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El adiós de un resistente

La calidad y la fuerza de voluntad marcan la vida de Saúl Blanco, que se retirará tras el play-off

El adiós de un resistente Mario RODRIGO

Solo una persona con la determinación y los hábitos de Saúl Blanco (Oviedo, 15 de mayo de 1985) pudo recuperarse tras una lesión de cartílago en la rodilla que le tuvo penando un largo año. La “operación retorno” requirió de toda su fuerza de voluntad: por la mañana, carrera en la playa de San Lorenzo, trabajo en la pista lateral del Palacio de los Deportes de Gijón y sesión de tiro. Por la tarde, piscina o más ración de entrenamiento en El Requexón o en La Morgal. Así durante ocho largos meses. El premio, la vuelta a las canchas cuando algunos lo daban por perdido para la causa y un amigo, hermano, de por vida: Jorge Fernández Campomanes, que tiró de él cuando las fuerzas le flaqueaban.

Para entonces, recién superada la treintena, se había truncado la brillante carrera de Saúl Blanco, que ya le había llevado a ser considerado, sin ningún género de dudas, el mejor jugador asturiano de la historia. Iniciado en el Ecole, donde coincidió con Jorge Álvarez, actual entrenador asistente del Liberbank Oviedo Baloncesto, sus enormes cualidades físicas, técnicas y tácticas le llevaron a ser becado para la escuela de formación de jóvenes talentos de la Federación Española, el Proyecto Siglo XXI. Primero se mudó a Lugo y, tras el cierre de la sede gallega, a Fadura, en Getxo, en una camada de la que salieron, entre otros, Sergio Rodríguez, Fran Vázquez y los hermanos Urtasun.

Su salto al profesionalismo fue rápido, y la progresión acorde a su potencial. Primero, la LEB en casa, en el Gijón Baloncesto, al que llegó de la mano de Moncho Fernández. Después, rumbo a la ACB. Tras destacar en el Fuenlabrada, donde exhibió su portentoso físico quedando segundo en un concurso de mates, fue protagonista de un culebrón que duró dos veranos. En el de 2008 firmó una oferta del Valencia Basket que fue igualada por el Fuenlabrada en el derecho de tanteo. Un año después, tras llegar a un acuerdo con el Unicaja, Saúl se acogió al famoso decreto 1.006 para rescindir su contrato. El club madrileño acabó traspasando al exterior asturiano al club andaluz por cerca de un millón de euros, una cantidad muy apreciable en ese momento, lo que desató la ira del Valencia, que consideraba suyos los derechos deportivos del jugador una vez abandonase el Fuenlabrada.

En realidad, no abandonó la entidad del todo, porque volvió dos años y medio después sin haber cuajado del todo en el Unicaja. Posteriormente saltó a las Canarias, donde su carrera vivió un nuevo esplendor antes de ser frustrada por las lesiones, primero en el brazo y después en la rodilla.

Dotado de una gran inteligencia, premiado por sus estudios en sus años mozos y licenciado en Administración y Dirección de Empresas, el año de ostracismo terminó de forjar el carácter de Blanco. Introvertido de cara al exterior, solo se suelta en las distancias cortas, aunque nunca ha ocultado su malestar por la falta de reconocimiento en Asturias y, especialmente, en Oviedo. No es una casualidad que tuviera que llevar a cabo su recuperación en Gijón, cuando pensaba que no iba a poder volver a jugar al baloncesto. El Gijón Basket le abrió las puertas del Ayuntamiento gijonés.

Preocupado por su cuerpo, es abstemio y no perdona el descanso. Su pasión son los cómics, y ha encontrado un refugio para su “frikismo” en Hangar Rebelde, la tienda ovetense gestionada por un ex jugador de baloncesto, Jorge Echegoyen. También ha hecho buenas migas con los gestores de la Rookie Basketball Academy (RBA), que organizaron con mimo el acto de anuncio de su retirada, al que acudió acompañado por sus padres y su novia, la valenciana Noemí Torró.

Dicen los que le conocen que va a ser un gran entrenador de baloncesto: tiene abundantes conocimientos tácticos, luce buena empatía con los niños y es un líder natural. De momento, mientras saca el título, también ultima el máster que le permitirá ejercer como profesor de Economía. Y, superados los problemas físicos que le han invitado a la retirada, sueña con acabar su carrera dejando al OCB en la ACB.

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