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El Liberbank Oviedo Baloncesto no tira la toalla: Un equipo en el que creer

El OCB ha demostrado este año que nunca se rinde y el martes (19 horas) peleará por mantener vivo el sueño del ascenso

Elijah Brown, a la izquierda, y Saúl Blanco ayudan a Norelia a levantarse, el viernes en La Coruña. | Miki López

Lo más doloroso de la derrota (74-66) del Liberbank Oviedo Baloncesto el viernes en La Coruña fue lo cerca que estuvo de ganar y la sensación que le quedó de que fueron pequeños detalles los que impidieron completar una gesta que hubiera cambiado la eliminatoria por completo. Es solo una sensación, puesto que la realidad es que lo que acabó decantando el duelo a favor de Leyma fue, entre otras cosas, que la plantilla del conjunto gallego está formada precisamente para estar preparada en partidos de este nivel. Jugadores como Javi Vega, Peña, Monaghan o McGhee han sido contratados para responder en los días importantes. El viernes era uno de ellos.

Si hay que caer que sea con las botas puestas. Insistió Natxo Lezkano, entrenador del Oviedo Baloncesto, cuando acabó el partido ante el Leyma en que su equipo había tenido “demasiado miedo y respeto”. El entrenador vasco no habla por hablar y eso es buena noticia para el aficionado que vaya a presenciar el partido del martes, a las 19 horas, en el polideportivo de Pumarín. Si hacen caso a su entrenador, los jugadores del Liberbank Oviedo podrán ganar o perder, pero lo que es bastante probable es que no vuelvan a dejar pasar un tiro cuando estén en buena posición para lanzarlo. Si hay que morir que sea con el fusil cargado.

El error es parte del juego. El Liberbank Oviedo falló más de lo que es habitual en uno de los equipos que acabó la segunda fase de la LEB Oro con mejor porcentaje desde la línea de tres. Un 24% (5 de 24 intentos) que contrasta con el 34% de su rival (10 de 29) y que supuso un lastre excesivo. Ocho jugadores diferentes del cuadro azul lo intentaron desde la línea de 6,75 y tan solo tres lograron anotar. Llamativos fueron los porcentajes de Elijah Brown (1 de 5) y Saúl Blanco (0 de 3). Dos buenos tiradores con la mira desviada. Pero mucho peor que el error, una parte del juego, fue el temor que se notó en otros como Cameron Oluyitan, otro gran tirador al que ayer le costó armar el brazo en situaciones en las que ni se lo hubiera pensado en cualquier otro partido.

La fatiga impide pensar con claridad. Dio la sensación de que en los cinco últimos minutos del último cuarto el Liberbank Oviedo no tomó las mejores decisiones, perdió balones y, sobre todo, no aprovechó una ventaja que podía haber sido decisiva: el Leyma entró muy rápido en bonus y el OCB debía haber buscado situaciones del juego que le permitieran ir más veces a la línea de los tiros libres. Es fácil decirlo cuando no tienes enfrente a jugadores con el físico de McGhee, Nwogbo o Belemene ni llevas toda una temporada dándolo todo sobre el parqué. Y todavía más difícil si te encuentras con que los seis puntos de ventaja que tanto te han costado conseguir se esfuman en unos pocos minutos en los que Monaghan se hizo dueño y señor del escenario.

Y no estaba muerto. El Liberbank se ha ganado esta temporada que al menos no se les dé por muertos antes de tiempo. Sus fieles aficionados seguro que no lo harán y que empujarán el martes hasta el último momento para que su equipo alargue algo más de tiempo el sueño del ascenso. Tras la derrota del viernes muchos ya dan al OCB por muerto, pero teniendo a jugadores con el coraje de Norelia, siempre dispuestos a ir con todo a la batalla, lo mejor es esperar hasta al pitido final.

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