La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Al Liberbank Oviedo Baloncesto le arrebatan el sueño: pierde 69-70 en un polémico final

El OCB llegó a ir perdiendo por 17 puntos y tuvo una acción para ganar pero los colegiados no señalaron falta

18

La derrota del Oviedo Baloncesto, en imágenes Luisma Murias

Al Liberbank Oviedo Baloncesto le arrebataron el sueño de las manos en el segundo partido del play-off de ascenso a la ACB. El equipo carbayón se había ganado al menos disputar un tercer encuentro el viernes en La Coruña, pero lo sucedido en la última acción del partido de ayer –coherente con lo que había venido pasando en el resto del partido– se lo impidió y será el equipo gallego el que dispute las semifinales del play-off.

Quedaban poco más de dos segundos, el OCB perdía por uno (69-70) y Speight sacaba de banda en campo de ataque tras un tiempo muerto. El balón fue a las manos de Brown, el hombre con la muñeca más caliente en el tramo final del partido. El estadounidense se fue directo al aro y Matulionis le hizo dos faltas, una con el brazo y otra con la rodilla, que impidieron al escolta llegar al aro. La historia azul se acabó ahí, en una acción en la que Pere Munar, Guillermo Ríos y María Ángeles García, el trío arbitral, se comieron el silbato. Fue la culminación a una noche maravillosa de baloncesto que tan solo empañaron ellos con su falta de rigor.

Merece poco la pena seguir hablando de lo que fue mediocre y mucho más de lo que fue una maravillosa noche de baloncesto. Y es que lo que sucedió al final no es responsabilidad del Leyma, que jugó una gran primera parte y que en el cómputo general de los dos partidos del play-off fue mejor. Un equipazo que ahora espera rival de la eliminatoria que están disputado Granada y Murcia para seguir dando pasos hacia la ACB. Tienen plantilla, instalaciones y presupuesto para ello.

Norelia, con el balón, defendido por Jakstas, ayer, en el polideportivo de Pumarín. | Luisma Murias Antonio LORCA

Pero lo del Oviedo Baloncesto de esta temporada es para ponerle un monumento. Que el equipo de Natxo Lezkano –ayer expulsado del partido por los tres tenores en el tercer cuarto– fuera capaz de llegar al final con opciones de victoria, con un balón para ganar que debió haber servido al menos para tirar dos tiros libres que, de meterlos, le hubieran dado la victoria, es para quitarse el sombrero. Los de Pumarín comenzaron mal, incapaces de igualar el nivel físico de su rival, fallones desde el triple y algo apagados. Norelia, un jugador que siempre está metido en el partido, parecía ayer superado tras una temporada muy larga y en la que apenas se ha podido tomar ni un pequeño respiro. Ya en el primer cuarto se vio al OCB por debajo, con dificultades para frenar a Peña, un jugador que ya le había causado muchos problemas en el primer partido, con un Javi Vega excelso y con McGhee haciendo mucho daño en el rebote. Al equipo local le costaba correr como le gusta y tan solo el acierto de Frey le mantuvo en ese primer parcial (16-21).

Al OCB le arrebatan el sueño Antonio LORCA

Las cosas empeoraron muchísimo en el segundo. El equipo local perdió algunos balones absurdos y le costaba un mundo generar en ataque. Una protesta del entrenador local a 3:10 del descanso, con el marcador 22-35, le costó la primera técnica y la desventaja siguió creciendo hasta los 17 puntos en contra (22-39) a 2:36 del descanso. Fue en esos últimos instantes cuando comenzó a aparecer Elijah Brown, que después sería el gran protagonista del encuentro. Un par de acciones suyas y una canasta de Oliver Arteaga permitieron a los azules salir vivos del primer periodo (28-41).

Había pocas razones para ser optimistas tras lo visto en la primera parte. Si en el primer encuentro, el disputado en La Coruña el viernes, la igualdad había sido enorme casi hasta el final, en el de ayer la superioridad de los visitantes en la primera mitad había sido total. Tras la reanudación, las cosas no parecía que fueran a mejorar mucho para los locales. Ni el acierto aparecía ni se encontraba la fórmula de parar el arsenal de los gallegos. A 7:40 de acabar el tercer cuarto, el Leyma mantenía los 17 puntos de ventaja (30-47). Pero Brown no estaba dispuesto a tirar la toalla y, encima, Norelia despertó y empezó a atacar el aro con furia. Así llegaron los puntos, el juego empezó a entrar en el ritmo que le interesaba al OCB y a 1:49 de acabar el cuarto la desventaja ya era solo de siete puntos (45-52).

Pero regresaron los tres tenores a cantar y a condicionar el partido. Una falta clarísima de Maiza sobre Frey que sucedió justo delante del banquillo local no fue señalada cuando tanto la colegiada como el entrenador local estaban delante. Las protestas de Lezkano le costaron la segunda técnica y, por lo tanto, la expulsión del partido. Y, encima, a continuación recibieron un triple que nunca debía haberse lanzado (45-56). El OCB perdía para el final del partido a un entrenador acostumbrado a jugar este tipo de finales, que estaba ahí para eso, y que fue echado de la cancha por reclamar algo que era de justicia.

Dio igual porque el OCB no se iba a rendir y ahí llegó el ovetense Jorge Álvarez, ayudado por Alejandro González, para tomar las riendas del banquillo. Un triple de Saúl Blanco y dos tiros libres de Frey redujeron la desventaja a ocho puntos (50-58) para el último y definitivo cuarto. Y en él llegó la locura. Kabasele primero, Norelia después y un triple de Brown para seguir dejaron el marcador en un pañuelo (57-60) y obligaron a Sergio García, entrenador del Leyma, a parar el partido cuando todavía quedaban 6:46 por jugarse.

Resistía el Coruña con el físico de McGhee y con el talento de Javi Vega, pero a Brown no lo paraba nadie y a 4:02 del final anotó una canasta para poner a su equipo a un punto (62-63). Eso sí, hubo que esperar al final para completar la remontada. Una pérdida del conjunto gallego a 23 segundos del final le permitió al OCB tener balón para ganar el partido. El elegido fue Speight, acreditado especialista en este tipo de acciones, como ya demostró en la canasta para ganar en el último segundo ante el HLA Alicante, y el base respondió. Encestó y puso por delante al OCB (69-68) a 13 segundos del final. Mucho tiempo. El suficiente para que Monaghan metiera una canasta espectacular (69-70), dejando solo algo más de dos segundos para que el OCB respondiera. Lo hizo. Brown, que debió haber tenido dos tiros libres para ganar, pero no se los concedieron. Poco importa ya. La afición de Pumarín puede estar muy orgullosa de un equipo que hace meses que cumplió su objetivo, que les ha hecho disfrutar y que ayer se dejó la piel por alargar un sueño.

Compartir el artículo

stats