La continuidad de Luis Rueda como entrenador del Avilés para la próxima temporada cada vez parece más lejana. Después de quince días sin poder ponerse en contacto con los dirigentes del club, Rueda se reunió ayer en el Suárez Puerta con el dueño y presidente, Diego Baeza, y con el recientemente nombrado director general, Luis Simón. Aunque ninguna de las partes quiso hablar sobre el contenido de la reunión, cada vez está más claro que el club tendrá que llegar a un acuerdo con el técnico para rescindir el año de contrato que le quedaba.
Hoy mismo puede aclararse un asunto que lleva coleando desde el mismo momento en que el Avilés se ganó una plaza en la nueva Segunda RFEF. Al día siguiente, 31 de mayo, LA NUEVA ESPAÑA reunía sore el césped del Suárez Puerta al presidente y el entrenador. Diego Baeza valoró el trabajo de Luis Rueda, pero evitó referirse a una continuidad que el técnico tenía recogida en el contrato que firmó en enero. “Sin Luis esto no hubiera sido posible, igual que los jugadores o Abraham en su momento. Todos han sido artífices del éxito”, declaró Baeza.
Desde entonces, hasta ayer, Baeza no volvió a hablar con Luis Rueda, ni siquiera para desmentir los rumores sobre su posible descarte. Unos rumores que incluían el nombre de Chiqui de Paz como su posible sustituto, reforzados por la llegada como director general de Luis Simón, que había ejercido el cargo de director deportivo durante las últimas seis temporadas en el San Martín, equipo al que dirigió De Paz esta campaña.
La pasada semana, Baeza aseguraba que la decisión sobre el entrenador del Avilés para la próxima temporada la tomaría el director deportivo que tenía previsto incorporar de forma inmediata. Pero ayer, según aseguró Luis Simón a LA NUEVA ESPAÑA, se rompieron las conversaciones que tenían muy adelantadas con el elegido para el cargo. Por lo tanto hoy, salvo giro brusco de última hora, el presidente y el director general asumirán la decisión de rescindir el contrato de Luis Rueda.
Luis Rueda firmó en enero un contrato con el Avilés hasta el 30 de junio, en el que se contemplaba una cláusula de renovación automática por una temporada en caso de que el equipo lograse una plaza en la Segunda RFEF. En dicho contrato se contemplaban unas cantidades que el Avilés tendrá que pagar en caso de rescisión unilateral. Lo que puede variar es la cuentía de la indemnización, en el supuesto de que la resolución del contrato se produzca antes del 30 de junio. Si no hubiera acuerdo entre las partes y Rueda decidiese denunciar judicialmente el despido, el técnico no podría dirigir a otro equipo la próxima temporada.
