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Un partido de juveniles en Oviedo acaba en batalla campal y con un entrenador en el HUCA

“Tengo los nudillos marcados en la cabeza y estoy algo mareado”, dice Pablo Fernández Tomé, entrenador del Juventud Estadio - El Grujoan condena lo sucedido, aunque asegura que hubo provocaciones previas

Un árbitro internacional

El Grujoan y el Juventud Estadio jugaron esta mañana en el Luis Oliver la última jornada de Liga en primera juvenil, con ambos equipos disputándose el ascenso a Liga Nacional. El Estadio se llevó la victoria (1-2) y el ascenso, aunque el partido quedó empañado por una tangana al final del encuentro en la que volaron puñetazos y patadas.

El entrenador del Estadio acudió a Urgencias del HUCA tras recibir dos puñetazos y denunciará por agresión a un jugador del Grujoan. “Estoy algo mareado y tengo sus nudillos marcados en la cabeza. Pero aparte de eso estoy bien. Me da pena acabar así un ascenso”, explica el técnico, Pablo Fernández Tomé, en conversación con LA NUEVA ESPAÑA desde el HUCA.

El supuesto jugador del Grujoan que agredió el entrenador, según fuentes del equipo ovetense, también tiene pensado denunciar a Fernández por agresión. Dos coches de la Policía Nacional acudieron al campo, aunque no hubo que lamentar detenidos. También se presentaron en el Luis Oliver efectivos de la Policía Local. Fue un partido con mucha tensión, en el que el Grujoan acabó con nueve jugadores, y escenas lamentables.

Según varios asistentes, todo se salió de madre al final del partido. Los jugadores del Estadio se tiraron al suelo para celebrar el ascenso. El entrenador, Pablo Fernández Tomé, se dirigió al banquillo del Grujoan para saludar a miembros del cuerpo técnico y puso rumbo al centro del campo para abrazar a sus jugadores y celebrar el triunfo. En un momento dado, Tomé se giró a la grada local con los brazos extendidos, lo que el Grujoan define como una “provocación” hacia el club y sus jugadores, hundidos por la derrota.

“Él provocó primero, se giró a la grada y nos llamó hijos de puta. Hasta entonces no había pasado nada”, explica Iván Bueno, coordinador del Gruojan y presente hoy en el Luis Oliver. Su versión no coincide con la de Tomé, técnico del Estadio, que admite el gesto, aunque recalca que fue insultado primero. “Es cierto que me giro y contesto, pero es una contestación a sus insultos previos. Que lo digan todo. En el primer tiempo un jugador del Grujoan tiró una botella a mi delegado y lo expulsaron”, asegura el entrenador. 

Tras el gesto del técnico, se desató una batalla campal en la que Tomé fue agredido por varios jugadores visitantes. Uno se le llegó a colgar del cuello tras intentar propinarle una patada y acabó en el suelo después de la pirueta. Otro futbolista del Grujoan se recorrió medio campo a sprin con la intención de darle otra patada, aunque falló en sus intenciones.

Los aficionados en la grada no daban crédito a lo sucedido. Varios jugadores del Estadio se esforzaron en celebrar el triunfo a grito de campeones mientras portaban varias banderas. El árbitro enfiló a vestuarios y tuvo que aguantar graves insultos de los aficionados locales. "Eres un hijo de puta", le gritaron.

Desde el Grujoan admiten la agresión de sus jugadores, pero insisten en poner el foco en el entrenador del Estadio. “Un jugador respondió a la provocación y le pegó un puñetazo. Aunque él tampoco se amedrentó y respondió. Lo de nuestros jugadores está mal hecho, pero no dejan de ser chavales, muchos son menores. Que lo haga un entrenador me parece más grave”, finaliza Bueno.

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