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Condenan al jugador del Grujoan por agredir al técnico del Estadio

La tangana del domingo en el Luis Oliver se salda con una indemnización de 200 euros a Pablo Fernández

Pablo Fernández Tomé, en el Cristo. | LNE

Un jugador juvenil del Grujoan fue condenado ayer en un juicio rápido celebrado en Oviedo por un delito de lesiones a Pablo Fernández Tomé, entrenador del Juventud Estadio que resultó agredido el pasado domingo al final del partido entre los dos equipos, que se disputaban el ascenso a Liga Nacional y acabó en victoria del Estadio (1-2) en el Luis Oliver.

Agredido y agresor se cruzaron sendas denuncias y fueron citados a un juicio rápido. Finalmente, el jugador del Grujoan retiró su denuncia tras ser advertido de que la Fiscalía no aceptaría el parte de lesiones que presentó y que podía incurrir en otro delito de denuncia falsa.

El técnico del Estadio, por tanto, resultó absuelto. El juicio rápido se celebró entonces únicamente por las lesiones causadas al entrenador en el desenlace del partido. Ambas partes pactaron la pena antes de entrar a la sala.

El acusado aceptó la condena y tendrá que indemnizar con 200 euros a Pablo Fernández Tomé y además se le ha impuesto un mes de multa con una cuota de tres euros diarios (esa cantidad se debe a que el acusado carece de ingresos).

La sentencia es firme y no cabe recurso frente a ella. El técnico del Estadio se mostraba ayer satisfecho por la sentencia, aunque lamentaba que desde el Grujoan no se hubiesen puesto en contacto con él. Por otro lado, el técnico del Estadio ha sido suspendido de forma cautelar por Juez de Competición de la Real Federación de Fútbol del Principado de Asturias, en una circular hecha pública ayer. La Federación tiene en marcha un expediente para esclarecer los hechos sucedidos el domingo, que dieron la vuelta a la región y fueron filmados desde la grada.

El Grujoan condenó las agresiones desde el primer momento, aunque pusieron el foco en los gestos previos del entrenador del Estadio, que agitó los brazos mirando a la grada. Según el Grojuan, ese gesto fue una provocación y el causante de toda la tangana posterior. El entrenador del Estadio niega ese extremo y dice que solo fue una contestación a los insultos recibidos de la afición local.

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