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Shu Taira, “Asturiano del mes” de abril por su impulso al judo en España

El japonés, residente en Oviedo desde 1967, acaba de publicar su séptimo libro, “Jigoro Kano, la casa de las mil estrellas”, dedicado al maestro fundador del arte marcial

Shu Taira, en el centro del tatami del gimnasio Takeda, durante una clase de judo. | LNE

Shu Taira (Asahikawa, Japón, 1942) ha pasado 54 de sus 78 años en Oviedo, desde donde se ha convertido en un referente del judo en España. “No soy el fundador del judo en Asturias, pero sí puedo decir que he contribuido con mi trabajo”, decía Taira en 2015, cuando ya tenía la máxima graduación de este arte marcial, el cinturón rojo noveno dan. Aunque asegura que ya es un jubilado, Taira sigue acercándose y pisando el tatami para compartir sus conocimientos con las nuevas generaciones. Y honra al deporte que marcó su vida reconociendo a sus maestros. Como ahora, con el libro “Jigoro Kano, la casa de las mil estrellas”, dedicado al maestro fundador del judo, una de las razones por las que Taira recibe el reconocimiento como “Asturiano del mes” de abril de LA NUEVA ESPAÑA.

Shu Taira, en la plaza de América de Oviedo, en 2010. | LNE

Asturias es una potencia del judo español gracias, en buena medida, a las enseñanzas de Shu Taira, pese a que en su juventud tenía otras prioridades. Lo que le apasionaba era el teatro, la interpretación, pero la influencia de su padre resultó determinante. Con 11 años empezó a practicar en la sala de judo de la Federación, de la que era presidente su progenitor. “El entrenamiento era duro y no llegaba a disfrutar. Mi padre practicaba katas en la sala de mi casa y yo le acompañaba, pero no sabía lo que estaba haciendo. La enseñanza japonesa era así. Había que descubrir con inteligencia lo que se hacía, sin explicarlo verbalmente”, cuenta.

Tras acabar sus estudios universitarios de Económicas, durante los que siguió practicando judo, Shu Taira quiso profundizar en su carrera teatral. Admirador de las obras occidentales, se aventuró en un viaje a Europa, en principio con París como destino. Pero una visita a su compatriota Takeda en Madrid cambió sus planes. Acabó dando clases en su gimnasio en Oviedo, cuando el judo en Asturias era un deporte casi desconocido. De hecho, estaba integrado en la Federación de Lucha Grecorromana y no contó con una propia hasta dos años después.

En la década de los setenta, el judo empezó a practicarse con normalidad en colegios y polideportivos. En aquella época, Taira llegó a contar con siete ayudantes para satisfacer la demanda de clases en sus gimnasios. Por su condición de extranjero, Shu Taira no podía representar a Asturias en competiciones oficiales, pero sí lo hizo en el Trofeo Internacional “San Isidro”, en Madrid, con importante participación extranjera, que ganó. “Fue una buena publicidad para el Takeda y para el judo asturiano”, señaló Taira.

No volvió a competir y se centró en la docencia, con un prestigio reconocido no solo en Asturias, sino en toda España, como queda reflejado en su cinturón rojo noveno dan, el máximo reconocimiento, reservado hasta ahora a solo cinco maestros. Pero Taira siempre resalta que lo que más le llena es el respeto y el cariño de sus alumnos, miles de personas que se empaparon de su filosofía: “El judo y otras artes marciales, mediante sus técnicas, transmiten una serie de valores: constancia, investigación, sufrimiento, afán de mejora y humildad. Todo eso termina formando a una persona para vivir en sociedad con la mente más o menos equilibrada. La gente que hace judo, por lo general, es muy sana”.

De Asahikawa a Asturias

Shu Taira nació en Asahikawa (Japón) el 22 de julio de 1942. Empezó practicando esquí y patinaje, hasta que con 11 años se decantó por el judo por influencia de su padre, profesor y presidente de la Federación local. Estudió Económicas, mientras compaginaba el judo con el teatro, afición que le llevó en 1967 a viajar a Europa. En Madrid coincidió con Takeda, que le animó a acompañarle a Oviedo para dar clases en su gimnasio. Se quedó porque “me encontré muy a gusto , con gente que me respetaba”. Hasta su jubilación, poco antes de cumplir los 65 años, Taira calcula que habrá dado clase a unos ocho mil asturianos. “No nos dedicábamos a enseñar cómo había que luchar, sino cómo había que vivir”, recalca el maestro japonés, que siempre ha estado muy vinculado a la Federación Asturiana de Judo como asesor de varios presidentes. Ha escrito siete libros, el último sobre Jigoro Kano, considerado el maestro fundador de este arte marcial.

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