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“En Asturias hay buenos jugadores, pero nos falta apoyo”

“El final de la temporada fue duro; tenemos ganas de volver a empezar y conseguir el ansiado ascenso”

Nacho Huerta, en Oviedo Luisma Murias

Nacho Huerta (Oviedo, 1989) es el capitán del Unión Financiera Base Oviedo y dice que hay que mirar hacia adelante. El equipo ovetense acabó la temporada de forma cruel: se quedó a las puertas de lograr el salto a División de Honor en la fase de ascenso. El extremo, que es profesor de Educación Infantil en el colegio Alcalde Próspero Martínez Suárez (Riosa), analiza la temporada del equipo, que a partir de ahora dirigirá Ricardo Margareto, y la situación del balonmano asturiano.

–¿Todavía piensa en lo que pasó en la fase de ascenso?

–Fue una temporada muy atípica por el covid, que afectó a todo el mundo. La disponibilidad de gimnasios, los horarios, el confinamiento… Fue complicado para nosotros y para el resto de equipos. Por otro lado, tuvimos muchas caras nuevas y un nuevo entrenador. El equipo fue de menos a más, con algún tropiezo en Liga, pero con buenas sensaciones. El sabor fue agrio por la fase de ascenso: no conseguimos ascender por un gol. Fue un palo, pero la temporada fue buena.

–¿Cómo se supera un final tan duro?

–Fue un palo gordo en lo deportivo, principalmente porque lo veíamos posible. Al acabar todos teníamos ganas de desconectar y tomarnos un descanso, de reiniciar la cabeza y el cuerpo. Ya estamos pensando en nuevos objetivos, porque estamos formando otra plantilla. Habrá nuevos fichajes y gente que venga con un aire diferente. Tenemos ganas de empezar y de conseguir el ansiado ascenso.

–¿Qué necesita el club?

–Un ascenso, salvo casos excepcionales, es un proceso largo de trabajo. No hay una fórmula mágica y puedes tener una gran plantilla, pero se trata de juntar nuevos ingredientes. Tiene que haber buen rollo en el equipo, ambición y suerte.

–Van cuatro entrenadores en cuatro temporadas, ¿qué indica ese dato?

–Son circunstancias del deporte. Por unos motivos o por otros, el club ha ido necesitado cambios. No es que uno haya sido mejor que otro, pero es verdad que a veces si no consigues un objetivo y no eres capaz de gestionarlo hacen falta cambios. El club mira por los intereses del equipo.

–¿Cómo ve la salud del balonmano asturiano?

–A nivel amateur, como puede ser el nuestro, creo que estamos en una etapa de renacer. Hay que felicitar al Balonmano Vetusta, que ascendió a Primera Nacional. Tenemos a seis asturianos en esa categoría y es algo para reseñar, pero es cierto que en categorías de élite, quizá por presupuesto o falta de interés, Asturias no tiene ningún representante. Hay cantera, pero los buenos se tienen que ir porque económicamente no hay futuro. En Asturias hay buenos jugadores, pero estamos faltos de apoyos.

–El último gran jugador es Entrerríos.

–Es una leyenda, gente que ves desde pequeño y un referente por su calidad, constancia y regularidad. Los años que ha estado en la élite son para analizarlos.

–¿Cómo compagina usted el balonmano con su trabajo?

–Estoy a media jornada, también preparando oposiciones y me puedo organizar más o menos bien. Con ganas, todo se puede lograr. El balonmano es también una vía de escape necesaria en mi día a día.

–¿Se puede vivir del balonmano?

–Es difícil. El balonmano da para lo que da. Hay que buscarse la vida por otro lado y tener un plan b. Yo nunca dejé de prepararme y formarme.

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