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Ánimos desde Asturias para Entrerríos: Gloria para el eterno Raúl

Las jugadoras del Liberbank y su primer entrenador confían en un oro olímpico para Entrerríos, que hoy juega la semifinal ante Dinamarca, y creen que podría seguir al máximo nivel

La plantilla del Liberbank Gijón ayer, antes de su entrenamiento. Ángel González

Desde Gijón, donde empezó una carrera que le ha llevado a la cima mundial del balonmano, a Raúl Entrerríos le llega toda la fuerza para ganar sus dos últimas batallas. Se lo transmiten las jugadoras del Liberbank, el máximo representante asturiano, que consideran al menor de los Entrerríos un referente. También le llega desde Aranda de Duero, donde ahora entrena uno de sus primeros técnicos, Alberto Suárez, que sentencia: “Raúl lo va a dejar en la gloria y espero que con una medalla de oro”. Primero tendrá que batir hoy a la poderosa Dinamarca (14 horas, La 1).

Raquel Álvarez, portera del Liberbank Gijón, también tuvo el privilegio de ver a Raúl Entrerríos en sus inicios: “Mi padre era presidente del Deportivo Gijón y lo vi jugar bastantes veces antes de que se marchase a León”. Ahora lo considera “el alma de la selección. Me da mucha pena que se retire porque lleva el peso del equipo, es el líder. Va a ser muy difícil sustituirlo”. Álvarez ve a Raúl muy bien físicamente: “Se nota que siempre se cuidó mucho. Le da mil vueltas a gente mucho más joven que él”. “Parece un chaval”, confirma su compañera Aida Palicio, que valora a Entrerríos como algo más que una figura del balonmano: “Es uno de los grandes referentes del deporte español”. A Palicio le cuesta destacar una característica concreta del capitán de la selección: “Como buen asturiano, la garra que saca en los momentos más complicados. También la serenidad y confianza para guiar al equipo”.

María González no se queda solo con la faceta deportiva de Raúl Entrerríos. “En el aspecto personal también está en los más alto”, asegura González, impresionada por el torneo que está realizando en Tokio: “Es tremendo ver cómo da el paso adelante cuando hace falta, cómo anima a los más jóvenes, demostrando que es un gran capitán”.

“Me gustaría que siguiese jugando al balonmano”, tercia Sandra Vallina, que está disfrutando con los partidos de los “Hispanos” y, sobre todo, Entrerríos: “Raúl sigue siendo un crack. Me impresiona su visión del juego y físicamente sigue a un nivel altísimo. Se nota que ha trabajado mucho y que se ha cuidado meticulosamente, a rajatabla”. Raquel Álvarez, cuatro años menor que Raúl, entiende su decisión: “Podría seguir jugando, pero me imagino que estará cansado mentalmente”.

Alberto Suárez, actual entrenador del Villa de Aranda, tuvo el privilegio de guiar los primeros pasos en el balonmano de Raúl Entrerríos. Es más, tantos años después reconoce que “estoy aquí gracias a Raúl y a su hermano Alberto. Es lo que tiene entrenar a dos de los mejores jugadores del mundo”. Y eso que, en sus primeros años, en el Grupo Astur, no destacaba especialmente: “Raúl era uno de esos jugadores con talento, pero que no explotan hasta que se desarrollan físicamente”.

Una explosión que llega a la actualidad, como recalca Suárez: “Raúl es uno de los mejores jugadores del mundo y se retira en el mejor momento de su vida deportiva. Podría seguir, pero no lo hará porque es un tío cerebral. Ha aguantado un año más solo por los Juegos Olímpicos. Y lo va a dejar en la gloria, esperemos que con una medalla de oro olímpica”. Y, por encima de todo, Alberto Suárez elige esta definición para Raúl Entrerríos: “Un paisano”.

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