Reengancharse a la vieja normalidad y convertir Pumarín en la caldera que solía ser. Ese es el objetivo del Unicaja Banco Oviedo, que hoy recibe al Juaristi en el debut en casa esta temporada (19 horas, LaLigaSports TV). Será el primer partido en el fortín una vez levantadas las restricciones por la pandemia, y el club confía en una entrada importante para empujar al equipo al segundo triunfo, tras la épica victoria en Alicante.
El OCB llega a la cita con más de 500 socios después de solo dos semanas de campaña, retrasada por el desconocimiento sobre los aforos que se iban a permitir en el Principado. Además, ayer se habían vendido para hoy cerca de 150 entradas de acompañante, dentro de la iniciativa del club de regalar una localidad a cada socio durante las tres primeras jornadas en Pumarín. Se espera, por tanto, buen ambiente en la cancha ovetense. Lejos quedan todavía las cifras de abonados de antes del covid, pero en la entidad se respira optimismo por ver un poco de luz al final de un largo túnel.
El equipo, por su parte, llega con las pilas cargadas después de ganar en Alicante en el último instante de la segunda prórroga, tras haber remontado una diferencia que superó varias veces la decena de puntos. El técnico, Natxo Lezkano, vio cosas positivas en sus jugadores (“hicimos todo lo posible en cuanto al aspecto mental y al físico”), pero es crítico en otros aspectos: “No me gustaron algunos temas de conceptos, de concentración de ir con una idea y jugar diferente. Creo que tenemos que ser fieles a lo que hacemos durante la semana y no renunciar a nuestro estilo, saber adaptarnos a los cambios que requieren los partidos. Tenemos que madurar ahí, a ver si somos capaces de hacerlo lo antes posible”.
La plantilla está al completo para la cita ante el Juaristi, por lo que muchos aficionados verán por primera vez a las incorporaciones.Pese a que los nombres del equipo vasco no dicen demasiado, Lezkano avisa de que “es un equipo mezcla de jóvenes con calidad y veteranos que juega muy bien al baloncesto y sabe lo que hace. Estuvo cerca de ganar a un equipo sólido como el Girona”.
Fiel a su discurso sobre la situación clasificatoria esperable para el OCB, el entrenador vizcaíno afirma que “probablemente sea un rival directo, de la parte media-baja de la tabla. Para nosotros no va a haber partidos fáciles. Algunos serán oportunidades de ganar, como sucedió el viernes, y en otros, como es este caso, ante rivales directos y en casa, tenemos la obligación de ganar”.
