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La anécdota que hizo a Prosi convertirse en Diego en Italia

“Allí son más de Maradona”, dice el ovetense, que espera su debut con el Ceares tras dos años fuera de España

Prosi posa con la bufanda del Ceares. | Cristina Velasco

No le quedó centímetro del fútbol nacional por recorrer, cuando su participación en unas jornadas AFE (Asociación de Futbolistas Españoles) para jugadores en paro se convirtieron en su puente hacia Italia. Prosi inició un periplo en la Serie D (una Segunda RFEF española) que le llevó al Gravina, en la provincia de Puglia; al Lavello, en Potenza, y finalmente al Sassari Torres, en Cerdeña. Dos años en los que dejó de ser Prosi, el apodo futbolístico por el que se le conoce desde niño, para convertirse en Diego, su nombre de pila. “Allí son más de Maradona”, comenta el que se ha convertido en refuerzo del Ceares. Diego está de vuelta para ejercer de Prosi.

“El primer día que entré en el vestuario en Italia me preguntaron cómo me llamaba. Empecé diciendo Prosi, pero me miraron con cara rara. Como vi que al poco tiempo me volvían a preguntar cómo me llamaba, respondí Diego y desde entonces seguí siendo Diego para todo el mundo”, comenta, entre risas, el centrocampista ovetense. La melena rubia y sus grandes condiciones técnicas hicieron que, con apenas cinco años, Diego Álvarez Argüelles (Oviedo, 25-1-1988), prometedor canterano del Oviedo, se ganara el sobrenombre de “Prosi”. ¿El motivo? Su parecido con Robert Prosinecki, fichaje estrella del Madrid que poco después terminaría reforzando al conjunto azul. Invirtieron sus caminos.

Prosi, el asturiano, fichó por el Madrid con apenas 15 años. Los seis siguientes vistió de blanco. Montañeros, Almería, otra vez Oviedo, Caudal, Guadalajara, Cartagena, Burgos, Pontevedra y de nuevo el Caudal continuaron una carrera en la que “tenía la espinita clavada de probar en el extranjero”. Y entonces, Italia. “En la Serie D hay un buen nivel, aunque es un fútbol más físico, más táctico”, explica el asturiano. Él se dedicó a combatir patadas con desborde y pase. “Si eres técnico destacas”, confirma. Este verano, asentado ya en el Sassari Torres, un histórico de Cerdeña “al que salvamos del descenso después de que en diciembre tuviéramos solo dos puntos”, todo cambió. El club cambió de propiedad y se quedó esperando alternativas. Finalmente, el mercado se cerró sin destino concreto.

El teléfono de Prosi sonó hace unas semanas. Al otro lado, Pablo Busto, entrenador del Ceares. “No le conocía personalmente, pero sí del fútbol. Insistió mucho, me dio confianza. Al poco salió otra cosa para volver a Italia, pero preferí quedarme y jugar en el Ceares. Me llama esta categoría y es un club diferente, respira fútbol”, asegura. Prosi lleva once días entrenándose con el conjunto gijonés y está pendiente de la llegada del transfer para ser inscrito y debutar. “Es un trámite burocrático que lo mismo tarda diez días que un mes. No sé exactamente cuándo podré participar”, comenta Diego. El estreno de Prosi en La Cruz está más cerca.

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