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Regil, escalar el Picu e irse a la playa en el mismo día

José María Regil, ayer, en Arenas de Cabrales. | LNE

Una de las estrellas del Encuentro de Escaladores Históricos del Urriellu fue, sin duda, José María Regil. El bilbaíno, a sus 88 años, sigue estando en un magnífico estado de forma y tiene vivos los recuerdos de sus numerosas ascensiones al Naranjo. Pero antes de descubrir la joya de los Picos de Europa, cuando aún era un niño, hizo sus primeros pinitos en el monte Artxanda, muy cerca de su casa.

A principios de la década de los 40 del siglo pasado, la montaña no era la distracción de los niños “porque de aquella se podía jugar en la calle, incluso en Bilbao”. Su primera experiencia en los Picos de Europa llegó en 1949, con 16 años, cuando participó una excursión de la Organización Juvenil Española (OJE). Acamparon en la majada de Camburero y, junto a otros nueve compañeros, coronaron el Naranjo guiados por Alfonso Martínez.

“Nos fue bien, aunque entonces había problemas de material. Subimos con unas botas chirucas”, explica Regil, que añade que “aprendimos a escalar en serio en Horcados Rojos, Peña Santa y Collado Jermoso. De sus ascensiones al Urriellu destaca la segunda invernal por la cara Este y asegura que nunca pasó un momento de apuro.

Sobre la singularidad del Naranjo señala su fácil acceso, como explica una anécdota personal: “Alguna vez, veraneando en San Vicente de la Barquera, en el mismo día subimos al Urriellu y después volvimos a la playa”. También apunta a la roca, “que es muy especial, casi como mármol, con un brillo plateado”, aunque reconoce que su lugar preferido para practicar su pasión ha sido Chamonix, “el sitio para escalar más bonito del mundo”. A José María Regil le hubiera gustado compartir las jornadas de Arenas de Cabrales con su hermano Andrés, fallecido en 1970 en el monte Gorbea, después de un rescate frustrado en el que participó: “No pudimos hacer nada”.

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