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El OCB apunta alto y tumba a otro favorito

El Unicaja Oviedo resiste la genialidad de Speight y gana en la prórroga

Arteaga lanza a canasta superando la defensa de Fall. | Irma Collín

La victoria del Unicaja Banco Oviedo ante el Palencia suma mucho más que la novena victoria en la clasificación. Con este triunfo se pone fin a una inactividad que frenó en seco el sensacional inicio de temporada del equipo de Natxo Lezkano hace ya tres largas semanas. El OCB logró ganar a la que es su bestia negra, el equipo que en tres ocasiones le ha echado de los play-off de ascenso a la ACB, y se da un baño de moral de un valor incalculable. Para lograrlo tuvo que sobreponerse a Micah Speight, exjugador local que a punto estuvo de aguar la fiesta a la afición a la que tantas alegrías dio la pasada temporada y que ayer le brindó un merecido aplauso al inicio y al final del partido. El espectáculo que ofreció el pequeño base estadounidense fue de los que hacen época y hacen que esta LEB Oro sea una liga tan atractiva.

Ya desde que comenzó el duelo quedó claro que la lucha iba a ser encarnizada, con dos equipos que están realizando una fabulosa temporada y que, además, se conocen bien y se tienen muchas ganas. El añorado Speight puso rápido en juego ese talento en las distancias cortas que tanto disfrutó Pumarín. Entre él y Noah Allen llevaron el peso ofensivo de un Palencia que, a pesar de llegar con bajas, había preparado bien el duelo ante el cuadro carbayón. Pero no se amedrentó un OCB que sabía que en la pelea por el rebote estaban buena parte de sus opciones de llevarse el duelo. El equilibrio apenas se rompió tras el primer cuarto, que acabó con dos puntos de ventaja local (18-16).

Las cosas parecía que se torcían para el OCB en el segundo parcial. Los locales mantuvieron su tono defensivo pero maltrataron el aro en cada intento de tres puntos, con un errático Jeff Xavier tratando de hacer la guerra por su cuenta y que nunca encontró el acierto. Llegó a coger el equipo palentino una renta de seis puntos (20-26) a 4.25 minutos del descanso. Pero la revuelta palentina la frenó casi en solitario un Sean McDonnell que volvió a demostrar una entrega descomunal y una capacidad reboteadora impagable. La energía del estadounidense llevó en volandas al equipo de Oviedo y, al tiempo, a una afición entregada a un guerrero de los que todo el mundo quiere tener en su equipo. Gracias a él, el OCB se fue a los vestuarios un punto arriba (30-29).

Tras el descanso, las cosas se pusieron de cara para los de Lezkano. Speight se vio solo ante un OCB que fue poco a poco cociendo el partido hasta que, justo al final, el guiso hizo chup chup y un triple de Alberto Martín disparó la ventaja a nueve puntos (51-42) al final del tercer parcial. En el último, Arteaga, que cumplía ayer 39 años, aumentó a once la renta (53-42) cuando quedaban 8.29 minutos para acabar. Parecía casi hecho.

Sin embargo, en poco más de dos minutos el duelo se había igualado a 53 con un doloroso parcial de 0-11, antideportiva a Kamba culminada con triple y acción de cinco puntos mediante. A partir de ahí, el partido fue un OCB contra Speight que acabó 12-12 (diez de los doce puntos del Palencia fueron del exbase del Oviedo). Por parte local, Kabasele y el omnipresente McDonnell mantuvieron el tipo y llevaron el duelo a unos cinco minutos extra que dieron al choque un punto épico que lo engrandeció todavía más.

Y ahí apareció un actor que había tenido una actuación correcta pero más parecida al papel de secundario del pasado curso y menos al de absoluto protagonista que lo está bordando en la actual. Frey no quiso verse de nuevo superado por su amigo Speight y no solo metió el triple que prácticamente daba la victoria a los locales a 1:09 del final (73-69), sino que asumió la responsabilidad de dirigir a una orquesta que se niega a desafinar.

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