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El OCB cae con honor tras un partidazo ante el histórico Estudiantes

Los de Lezkano terminan cediendo, con polémica arbitral en algunas acciones finales, ante el histórico Estudiantes, más acertado en los momentos calientes

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En imágenes: así fue el partido entre el Oviedo Baloncesto y el Estudiantes

El Unicaja Banco Oviedo acabó cediendo este domingo ante el Estudiantes, historia del baloncesto español, ahora líder destacado de la LEB Oro, en un polémico final y tras una batalla épica, en la que los dos bandos suplieron su falta de acierto exterior con una defensa de altos vuelos. Los madrileños impusieron su talento y experiencia para acertar en las canastas decisivas de los últimos instantes, mientras que el equipo local erró los tiros que le podían haber dado opciones hasta el último suspiro. Pero, a pesar de caer, el OCB volvió a hacer que su afición se sintiera orgullosa, llegando a dominar por momentos a un equipo que contaba en sus filas, entre otros, con Javi Beirán, campeón del mundo, o Edwin Jackson, exjugador de equipos como el Barcelona.

El equipo de Pumarín, que ayer se llenó para empujar a los suyos en los que fue una magnífica mañana de baloncesto, cayó por su falta de acierto, quizás por llegar algo cansado al final del duelo tras una lucha titánica, pero algunas de las decisiones arbitrales en momentos clave también ayudaron a vencer la resistencia local. A 5.22 minutos del final, con el partido empatado a 62, Kamba anota una canasta en la que, repasado posteriormente el vídeo, recibió una falta que debió suponerle un tiro adicional. Los colegiados, en cambio, señalaron falta en ataque del congoleño, que veía así su cuarta personal, dejando a uno de los mejores defensores locales al borde de la eliminación. Otra acción clave llega a 3:45 del final del partido, tras un gran defensa del OCB que había dejado sin tiempo de posesión al Estudiantes, con el choque empatado a 64, y se concende una falta a Larsen de Bartolomé, que no le toca. El fabuloso pívot danés anotó los dos tiros libres y volvió a adelantar a los madrileños.

Pero más allá de esos detalles, el Estudiantes supo imponer el talento de su plantilla en un final igualado con el que logró sacar adelante un partido que se le complicó muchísimo. Sean McDonnell, que volvió a dejarse el físico en la pista en cada rebote, tuvo un triple clave a dos minutos del final para empatar el partido y lo falló. No así Beirán, que, a continuación, sí que acertó desde la línea de 6.75 para dejar casi sentenciado el choque a 1.50 de acabar (67-73).

Detalles que decidieron un duelo fantástico que engrandece aún más la temporada que está haciendo el equipo de Natxo Lezkano, metido entre los mejores de la categoría y compitiendo con todos a pesar de contar con uno de los presupuestos más humildes de la LEB Oro. Y si está ahí es porque se faja como un equipo, porque nunca se rinde, porque McDonnell no se cansa de coger rebotes en ataque que, probablemente, sus compañeros no serán capaces de aprovechar a continuación. Pero le da igual y vuelve a por el próximo.

Una de las acciones que define lo que es este OCB y lo que fue el partido ante el Estudiantes se vio a 9.08 del final. Frey falla una contra clara y Kamba aparece para coger el rebote, el OCB saca el balón fuera para que Jeff Xavier lance un triple liberado, que también yerra, pero McDonell se faja entre los potentes interiores estudiantiles para coger de nuevo el rebote y encestar a la tercera colocando a su equipo cuatro arriba (62-58). El mensaje del estadounidense es clarísimo: si tu rival tiene más talento tú tienes que pelear más duro.

El duelo empezó como una batalla entre pivots. En el lado local un impresionante Kabasele, que anotó los ocho primeros puntos de su equipo, y en el visitante Larsen, dominante en esta categoría, que le contestaba cada vez en el otro aro. A Kabasele le tomó el relevo Oliver Arteaga y entre los dos hicieron los 16 puntos del equipo ovetense en el primer parcial, que acabó empatado. Nadie acertó desde la línea de tres en ese primer cuarto, con cinco errores del OCB y ocho del Estudiantes.

El partido estaba todavía en rodaje cuando, en el segundo parcial, el OCB metió una marcha más y le dejó claro al Estudiantes que para ganar iba a tener que sudar de lo lindo y que, por mucho bagaje que tuvieran sus jugadores, es muy difícil ganar en el polideportivo de Pumarín. Los dos triples de un Bartolomé que ayer hizo un partido muy completo dispararon a un Oviedo que se fue a los vestuarios siete arriba (39-32). El rebote ofensivo estaba siendo clave en esa ventaja local.

Los madrileños salieron tras el descanso dispuestos a parar la rebelión, pero el OCB es un buen encajador, que sabe responder a los golpes y que insiste una y otra vez. Frey, Kabasele, Arteaga, Meana y Kamba tuvieron sus momentos de inspiración para ir manteniendo una exigua renta en el marcador, basada siempre en una concentración defensiva que, es cierto, empezó a agrietarse un poco por la fatiga.

La ventaja era de solo dos puntos (58-56) para el OCB de cara al último cuarto. La afición, entregada, creía en el milagro de doblegar al Estudiantes y las acciones iniciales de Arteaga y McDonnell abonaban ese optimismo (62-56). Pero, enfrente, los puntos que a unos les costaba un mundo conseguir los lograba Jackson con una insultante facilidad. Y en la igualdad llegó la polémica cuarta falta a Kamba, el acierto de Beirán, la falta a Larsen, el triple de Faggiano y, aún con la rabia de haberlo tenido muy cerca, al Oviedo le tocó felicitar a un rival que ayer comprobó lo difícil que es conquistar el fortín de Pumarín.

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