La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Yo le gané un set a Nadal: la historia del asturiano que llevó al balear al tercero

El avilesino Roberto Menéndez perdió en el tercer parcial ante el manacorí cuando este tenía 16 años, en 2002: “Desde pequeño se le veía una fortaleza mental que no era normal”

Roberto Menéndez, entrenando a chavales en el Parque del Oeste. | Miki López

“Lo que más destacaría, su fuerza mental”. Roberto Menéndez Ferre (Avilés, 1976) confirma la sospecha generalizada en su primera aproximación a la figura de Rafa Nadal, el mejor tenista de la historia tras su 21.º Grand Slam conquistado este domingo. Menéndez conoce al balear desde sus primeros pasos en el circuito. Y completa su valoración con una anécdota: “Rafa tendría 14 o 15 años y estábamos un grupo de siete u ocho jugadores. Le dije que si firmaba algún día ser top 10 del mundo. Me dijo al momento que no, que solo firmaba top 1. Nadie de los que estábamos allí nos reímos. Sabíamos que lo decía en serio”.

Nadal, en Londres, en 2003. | Sergio Carmona

Menéndez vivió de cerca la irrupción de un fenómeno del que ya se intuían grandes cosas. En 2002, en un torneo en Maspalomas (Gran Canaria) los dos se cruzaron en treintaidosavos de final. Se vieron las caras en la pista central del Tenis Center de Maspalomas. Nadal ganó el primer set por 6-1, pero el asturiano reaccionó y se llevó el segundo parcial, 4-6. El balear, 16 años por entonces, diez menos que Menéndez, impuso su ritmo en el decisivo set: 6-4. “No tengo muy buena memoria, pero creo que en el tercero me hizo el break rápido y supo controlarme”, señala el avilesino.

En 2002, el balear ya era insaciable. “Ya por entonces se le veían cosas parecidas a ahora, como esa bola alta desde el fondo… Pero lo que más llamaba la atención era su fortaleza mental. Ya desde pequeño se veía que no era normal”, explica el avilesino. “He coincidido con otros tenistas de nivel, como Marat Safin, que llegó a ser número 1, pero esto era diferente. Nadal no te sorprendía por sus golpes, sino por su mentalidad. Nunca he visto nada igual”, indica.

“Ganar es fácil, lo complicado es saber perder; y Rafa siempre es un ejemplo”, indica el avilesino

decoration

Hay otro detalle que ya desde entonces sorprendía al asturiano: su capacidad de adaptación. “Coincidimos en un torneo en Barcelona, en tierra batida, una pista superlenta. Ganó Nadal. A la semana siguiente, había campeonato en Madrid, en altura, en pista dura: Iba tan rápida que yo no veía la bola. Y ese torneo también lo ganó”, relata.

La vida los llevó por caminos diferentes. A Nadal, a encumbrarse como el mejor tenista de la historia. Menéndez llegó a alcanzar como mejor marca el número 292.º de la ATP. El coste de la vida del tenista alejado de los primeros puestos (vuelos, hoteles, entrenadores…) le hizo dar un paso al margen cuando tenía 28 años. Ahora, sigue ligado al tenis, como entrenador el club Pro Tenis de Oviedo y compitiendo: ha sido campeón del mundo de veteranos y juega en un equipo de Berlín con otros exjugadores de la talla de Tommy Robredo, el alemán Kiefer o el sueco Enqvist.

El tenista más grande la historia también marca cuando deja la raqueta de lado. “Ya no es solo cuánto gane, sino cómo lo hace. Ganar es fácil, lo complicado es saber perder. Y el comportamiento de Nadal ha sido ejemplar desde el primer día. Nunca se le ha visto un mal gesto. Es un ejemplo no solo para el tenis, también para cualquier deportista y para los jóvenes”, cierra Menéndez.

Compartir el artículo

stats