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Unzué y sus dos años de azul: “El vestuario donde me sentí más querido fue el del Oviedo”

“Mis compañeros no me querían por mis paradas, sino por mi actitud”, contó el navarro sobre su etapa en el Tartiere | “Siempre ha sido un valiente”, señala Ziganda, amigo suyo desde los 15 años

Pelayo Novo, Vili, Carmen Menéndez y Ramón Cuetos Lobo, con Unzué. | Irma Collín

Juan Carlos Unzué jugó dos temporadas en el Oviedo, entre 1999 y 2001, como petición expresa de Luis Aragonés, que ya lo había entrenado en el Sevilla. Apenas jugó, eclipsado por Esteban, meta titular. Lo que no evitó que disfrutara como en ningún otro lugar. “Cuando estaba en el cuerpo técnico del Barça le dije a la psicóloga que el vestuario en el que me había sentido más querido era el del Real Oviedo. Y había sido donde menos había jugado. Mis compañeros no me querían por mis paradas, sino por mi actitud. Me dijo que eso era egoísmo altruista“, expresó el navarro.

Ziganda y Unzué, con la selección de Navarra sub17. LNE

Su competencia con Esteban derivó en una bonita relación. “Íbamos en avión para jugar un partido de pretemporada y Esteban decía que se quería ir. Que como a mí me había pedido Luis, él no iba a jugar nada. Cuando Esteban se despierta, en pleno vuelo, ve que tiene a Aragonés sentado al lado. ‘Usted va a ser el portero titular. He traído a Juan Carlos para que le apriete y aprenda’. Y si Luis decía eso es que lo iba a cumplir”, recordó.

Muchos excompañeros de aquella etapa en Oviedo siguieron la charla. Estaba Oli, uno de sus mejores amigos. Y Rubén Reyes, Amieva, Jaime, Geni, Boris, Rubén Suárez y Bango. “Muchos de estos me sufrieron en los entrenamientos. Les pasaba cuando tocaba correr y se picaban, ¿eh? Me decían ‘a ver luego si paras alguna…”.

Cuco Ziganda, confidente.

Unzué estuvo acompañado durante toda la jornada por el entrenador del Oviedo, José Ángel Ziganda. Los dos fraguaron amistad desde que tenían 15 años. Unzué jugaba en el San Agustín; el Cuco, en el Pamplona. Y los duelos sobre el césped evolucionaron en una estrecha relación.

“Desde que lo conozco, siempre ha sido dinámico, valiente, echado para adelante. Siempre ha sido así. Lo de Juan Carlos, cómo lo lleva, el ejemplo que da, es de admirar”, explicó el Cuco. “Es el motor de todo esto, es el que da visibilidad a los enfermos, qué menos que apoyarlos con los pequeños gestos que podamos”, añadió.

Ziganda recordó cómo le contó su amigo que había sido diagnosticado de ELA: “Vino a Pamplona y nos reunió a algunos, a Goiko, a mí y a alguno más, en un bar. Lo explicó frío, nos dijo que estaba bien pero nos quedamos parados. Pero en seguida dijo ‘venga, unas cañas’, y siguió como si nada”.

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