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Un equipo asturiano que tiene que competir en Castilla y León: la historia del waterpolo Ciudad de Oviedo

El Ciudad de Oviedo, único club con sección de waterpolo en la región, entrena todos los días, compite en Castilla y León y solo juega una vez al mes

Así entrena la sección de waterpolo del Club Natación Oviedo, que compite en la Liga de Castilla y León

Así entrena la sección de waterpolo del Club Natación Oviedo, que compite en la Liga de Castilla y León VÍDEO: Xuan Fernández / FOTO: Ricardo Solís

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Así entrena la sección de waterpolo del Club Natación Oviedo, que compite en la Liga de Castilla y León Xuan Fernández

Entrenan todos los días de la semana. Unas dos horas, trabajo físico incluido. Un poco de calentamiento y directos a la piscina. Hay tres categorías: senior masculino, senior femenino y cadete mixto. En total, 56 deportistas. Lo suyo es la moral: pasan incontables horas dentro del agua y suelen competir solo una vez al mes. Y para hacerlo deben cruzar el Negrón y conocer piscinas de Castilla y León. Es el curioso caso del equipo de la sección de waterpolo del Club Natación Ciudad de Oviedo, obligado a competir en la Liga vecina porque en Asturias no hay liga regular.

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Las imágenes del Ciudad de Oviedo de waterpolo

El de la entidad ovetense es el único equipo de waterpolo en Asturias, un deporte con poca tradición en la región. Pese a todos los obstáculos, compiten al alto nivel. “Los desplazamientos son largos y a veces la organización puede ser un follón, pero nos arreglamos como podemos porque los chavales quieren hacerlo”, explica Pablo Hurlé, director técnico del club y responsable de la sección de waterpolo, fundada en el año 2008. “Todos los jugadores y jugadoras que tenemos quieren jugar más y sería bueno que hubiese más equipos para poder formar una Liga en Asturias”, asegura el presidente del club, Armando Pastur.

Los dos dirigentes, claves en el día a día de la entidad, resaltan la “complejidad” de organizar un equipo para apenas competir. El riesgo es desgastar la moral de los deportistas. Durante el curso pasado, debido a la pandemia, ni siquiera hubo Liga. “Al menos, tenemos la fortuna de tener estas instalaciones (las piscinas del Parque del Oeste) y utilizarlas. Los jugadores ponen muchas ganas y se adaptan porque les encanta este deporte”, recalca Hurlé.

Lo que dice el director técnico se comprueba con un vistazo a la piscina ovetense en un día de entrenamiento. El estruendo de los chapoteos abarca todo el recinto. El waterpolo es una disciplina tremendamente exigente en lo físico, que requiere preparación específica. Los jugadores tienen gorros protectores y no pueden utilizar gafas debajo del agua. En vez de carrera continua, varios largos. Luego, unos pases. Después, tiros a puerta. “Llevamos muy bien ser el único equipo de Asturias, aunque es una pena que solo quedemos nosotros. Aquí estamos todos a una y mis compañeros son como mi familia. La unión que se hace en waterpolo es impresionante. Debajo del agua nos pegamos, pero fuera hacemos muchos lazos”, dice Marcos Rodríguez, ovetense de 24 años y jugador del masculino.

Erika García, de 18 años, juega en el femenino y encuentra un remedio rápido para los viajes largos. “Me llevo los apuntes y se me hacen más amenos. Hice natación, pero me resultaba más dura y cansada y en el waterpolo había más piña y ambiente de equipo”. Senén Valle, de 16 años, juega en el cadete mixto. “Muchos compañeros empezaron este año, son nuevos y se les hace algo duro, pero no llevamos mal competir fuera de la región. Lo damos todo por este deporte”. Los tres contestan a la pregunta obligada antes de sumergirse en la piscina y seguir entrenando. ¿Piensan en dejarlo? “¡Qué dices! Imposible”.

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