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Demasiado líder para un flojo OCB (96-68): El Granada corta la racha de tres victorias del Unicaja Banco Baloncesto Oviedo

Kamba, del Unicaja Banco Oviedo, trata de encestar ante la defensa de Jacobo Díaz, del Granada. |

Coviran Granada, 96-Unicaja Banco Oviedo Baloncesto, 68

Cuartos: 24-17; 22-26; 23-12; 27-13

Árbitros: Victor Mas, Jorge Caamaño y Andrea Alejo. Sin exclusiones

Pabellón de Granada: Buena entrada

El Unicaja Banco Oviedo hizo casi todo lo que no debía para dar la sorpresa en la cancha del líder, el Covirán Granada, que terminó llevándose con comodidad el duelo y cortando la racha de tres victorias consecutivas con la que llegaban los de Lezkano. El cuadro andaluz, por su parte, suma la séptima seguida y es ahora mismo el principal candidato a lograr el ascenso directo a la ACB, por el lugar que ocupa en la clasificación y por el nivel de juego que despliega.

El OCB perdió el control del duelo desde el inicio, cuando la defensa asfixiante de Granada y su fluidez ofensiva castigaron una y otra vez a un Oviedo Baloncesto que apenas conseguía mantenerse en partido. En poco más de cinco minutos, Bropleh había anotado cuatro triples y disparado la ventaja a nueve puntos (16-7), obligando a Natxo Lezkano a parar el partido. Fue Jorgensen, con siete puntos, el que logró sostener al OCB en el primer parcial (24-17).

Una de las señas de identidad del OCB suele ser su superioridad en el rebote, su eficacia en esa faceta en buena parte por el trabajo y la intensidad de Sean McDonnell. Pero este sábado su rival igualó esa intensidad. Al Granada se le nota cuando sale a la cancha que juega con la mentalidad necesaria para lograr algo grande, defendiendo con agresividad y explotando sus muchas virtudes en todo momento. Un equipo en el que además los jugadores llevan mucho tiempo compitiendo juntos y eso se nota.

A pesar de todo, el talento que ha acumulado el OCB con las nuevas incorporaciones dio un atisbo de esperanza en el segundo cuarto del partido. Y eso que las cosas no pudieron empezar peor. Una falta bastante fea cuando estaba tirando Olle Lundqvist le costó al sueco una lesión de hombro que le impidió regresar al partido y que le obligará a hacerse pruebas para determinar la gravedad. Le tomó el relevo en el choque Atencia y el base colombiano volvió a demostrar que tiene una capacidad espectacular para anotar. Entre su acierto, con doce puntos en el segundo cuarto, y unas cuantas acciones de Oliver Arteaga lograron llevar el duelo al descanso cercano a la igualdad (46-43). Un espejismo porque los azules nunca fueron capaces de frenar las muchas amenazas ofensivas del Granada.

Un parcial de 7-0 nada más salir de vestuarios volvió a dar la iniciativa a los locales, en los que Pere Tomás, un alero de ACB, como Lluis Costa es un base también de la máxima categoría, se dedicó a castigar sin compasión y a empezar a vencer la resistencia de los visitantes, cada vez más escasa. Por si faltaba algún detalle, el árbitro, Víctor Mas, intrascendente para el resultado, pero nefasto e indolente como casi siempre, desesperó a Oliver Arteaga y a Natxo Lezkano, que vio una técnica al final del tercer cuarto y ya con el partido muy decantado (69-55).

El último parcial sobró y el OCB prácticamente se dejó ir al ver como no podía alcanzar el nivel de juego de su rival. Los de Naxto Lezkano aún tienen trabajo por delante para ser un equipo mejor, además les falta una pieza importante, el pívot Herve Kabasele, que da descanso a Arteaga y un punto físico que el OCB necesita. El jueves (20.30 horas), en casa ante el Prat, les toca volver al camino del que se desviaron en Granada.

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