La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El Llaranes no sabe perder: es el único equipo invicto hasta Primera Regional

El conjunto avilesino logra la marca a pesar de renovar casi por completo su plantilla

La plantilla del Llaranes, ayer, antes del entrenamiento en La Toba. | Ricardo Solís

Hasta a Isaac Marquínez Fernández, un entrenador con quince años de experiencia, le cuesta explicar la temporada de su equipo, el Llaranes, el único invicto en el fútbol asturiano hasta la Primera Regional: “No esperábamos gran cosa porque tuvimos que fichar a veinte jugadores nuevos”. Y, sin embargo, después de 19 jornadas ahí están, líderes del grupo III sin conocer la derrota. Solo el Codema, de Segunda Regional, iguala el registro. Ya en la recta final de la Liga, Marquínez se expresa con la misma prudencia del principio porque sigue sin considerarse favorito para el ascenso a Preferente.

“Entre la victoria y la derrota hay una línea muy fina”, asegura Marquínez, que pese a su profesión como militar prescinde de la terminología bélica cuando habla de fútbol. Precisamente una misión en Afganistán, en 2013, marcó un antes y un después en el deporte, ya que hasta ese momento compatibilizó su etapa de jugador con sus inicios como técnico. Tras debutar en Los Campos y pasar por las categorías inferiores del Avilés, el Covadonga de Liga Nacional Juvenil y como segundo del Avilés Stadium, esta temporada le llegó la oportunidad en el Llaranes, que al principio le pareció envenenada.

Isaac Marquínez recuerda la pretemporada casi como un mal sueño: “Muchos jugadores se marcharon al Siderúrgico y nos quedamos solo con dos”. Así que el técnico tuvo que tirar de agenda para tapar huecos y concretó veinte fichajes: “Traje algunos que conocía del Covadonga de Liga Nacional, otros del Avilés. Mi prioridad era hacer un buen vestuario, sano, que el equipo fuera un grupo de amigos”.

Además de las limitaciones del mercado, al competir con otros equipos de la comarca de superior categoría o con más medios materiales, Isaac Marquínez tampoco podía ofrecer incentivos económicos: “Los jugadores solo cobran veinte euros por victoria”. Pero, después de unos comienzos con dudas, la fórmula funcionó: “Al principio empatamos cuatro partidos seguidos. Después alternamos alguna victoria, en el parón de Navidades seguimos entrenando fuerte y cogimos una rachina que nos ha llevado al liderato”.

La implicación de los jugadores es, para Marquínez, la clave del invencible Llaranes: “Pocos equipos de Primera Regional tendrán a veinte jugadores como mínimo en cada entrenamiento”. Todos se sacrifican para no perderse una sesión, compaginando sus trabajos o estudios, como él mismo, que llega a La Toba tres días a la semana después de salir del cuartel de Cabo Noval a las tres de la tarde. Todo eso, además, con un equipo muy joven: “Nuestra media de edad es de 20 o 21 años. Veteranos solo tenemos a Lulu, de 44, y Diego Villaverde, de 40”.

Isaac Marquínez no quiere olvidarse de sus ayudantes: “Vengo del Covadonga, un club casi con una estructura profesional. Pero tengo un gran cuerpo técnico, con mi ayudante, Miguel; el entrenador de porteros, Robert; el preparador físico, Joaquín; a la psicóloga, Irma Álvarez, y al delegado, Nacho”. Con ellos espera poner la guinda a la temporada con el ascenso, aunque asegura que la presión es para otros: “Los favoritos son el Muros, el Narcea y el Raíces, pero hemos demostrado que somos un equipo que sabe sufrir. Por eso llevamos nueve empates”.

Quedan cinco partidos y, aunque el entrenador solo tiene ojos para el del domingo frente al Navia, admite que el penúltimo puede ser decisivo porque el Llaranes recibirá en el Muro de Zaro al Raíces, ahora tercer clasificado a tres puntos. En el partido de ida, 0-2 para el equipo de Marquínez.

Compartir el artículo

stats