La gimnasia rítmica se ha identificado tradicionalmente con las mujeres, pero algo se mueve en los últimos tiempos en España para que esto cambie. También en Asturias y, por eso, el Club Rítmica La Corredoria se ha puesto al frente con la contratación como entrenador de Roberto Álvarez Villar, que intentará corregir en el futuro la soledad que ha sentido en sus años de deportista. De hecho, en su nuevo club solo cuenta con un niño, Gabriel Vigil.
Hace un año, padres y madres de gimnastas iniciaron en Galicia una campaña de apoyo a los “Valientes de la rítmica”, esos chicos que desafían los prejuicios que sufren los practicantes de esta modalidad. Y la soledad, como puede atestiguar Roberto Álvarez, que en los ocho años que lleva practicando rítmica apenas ha tenido rivales de su categoría. “En ninguna comunidad abundan los chicos, pero en otras hay más que aquí, sobre todo en Valencia”.
Roberto Álvarez, que antes de llegar al Club La Corredoria dio clases como actividad extraescolar en el colegio de Pando, es el único entrenador masculino de rítmica en Asturias. Asegura que las reticencias son más bien externas, ya que “aunque a algunas personas les siga sonando raro, en los clubes no hay ningún rechazo hacia los chicos”.
En ese contexto, Álvarez agradece la campaña “Valientes de la rítmica” y espera que vaya calando hasta conseguir más practicantes: “En los colegios también están por la labor, con iniciativas como no poner a chicas en las fotografías de los carteles”. Considera que el deporte escolar debe ser un buen caladero para ir cambiando una situación que él sufrió en primera persona.
La presidenta del Rítmica La Corredoria, Olga López de Zubiría, asegura que el fichaje de Roberto Álvarez no tiene que ver solamente con la necesidad de impulsar la rítmica masculina, pero sí espera que convierta a su club en una referencia de la modalidad en Asturias. De momento, el entrenador se ha hecho cargo de un grupo de niñas de iniciación.
También sigue de cerca la evolución de Gabriel Vigil, que cumple su tercer año en la gimnasia, primero con Tamara López y ahora con Ana Isabel Corte como entrenadoras. “En Asturias es difícil encontrar más de un chico por club”, confirma Álvarez.
La llegada de Roberto Álvarez a La Corredoria ha coincidido con un momento difícil del club por la imposibilidad de utilizar el Corredoria Arena, lo que ha obligado a los entrenadores a organizar las sesiones en los polideportivos de Teatinos y La Carisa, sin las condiciones adecuadas para la ejecución de algunos aparatos.
Pese a su nueva ocupación, Roberto Álvarez también está dispuesto a desafiar a otro prejuicio de la gimnasia, que se considera poco menos que un coto cerrado de niños y adolescentes. Álvarez, próximo a cumplir 25 años, quiere seguir practicando: “Disfruto mucho en las competiciones”.
Tocan techo en Teatinos y La Carisa
Las obras en el Corredoria Arena han trastocado el día a día del club de gimnasia. Según su presidenta, Olga López, desde que se cerró la instalación, el 13 de octubre, las familias se han organizado para mantener los entrenamientos. Pero algunos gimnastas, por incompatibilidad de horarios, han tenido que dejar su preparación, y el club se ha visto obligado a alquilar espacios, con el consiguiente perjuicio económico. El destierro también ha condicionado el desarrollo de los entrenamientos, ya que el techo de los pabellones de Teatinos y La Carisa es demasiado bajo para la realización de aparatos como la cinta, que en más de una ocasión se ha quedado enganchada en la cubierta. Por eso, Olga López ha recibido con satisfacción el anuncio del Ayuntamiento de que el Corredoria Arena volverá a estar disponible en mayo: “Esperamos que las obras finalicen en el plazo previsto y que podamos acabar el curso escolar allí”.
