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Cañedo debuta con victoria en el banquillo del Avilés

Los blanquiazules se imponen con un gol de penalti transformado por Morcillo en el tiempo de descuento

Natalio trata de irse de un rival del Salamanca UDS. | Ricardo Solís

Con altas dosis de agonía, el Real Avilés salvó el primer escollo de esta especie de tie break a 7 que le toca afrontar al mando de Emilio Cañedo. Como respuesta a las posibles claves que podrían decidir el partido, el técnico recién incorporado apeló con insistencia a los pequeños detalles, de amalgama siempre amplísima, pero que esta vez pueden reducirse a la “zamorana” de Manu Moreno. Cuando todo parecía abocado al empate, el jerezano del Salamanca interpretó el espíritu del legendario Ricardo Zamora, hundió a su equipo y alegró, como ya no se recordaba, a un Real Avilés que parecía asumir el récord histórico de partidos sin ganar en casa. Jorge Morcillo, inmenso en el temple desde el punto de penalti, lo impidió.

Las trayectorias divergentes de ambos equipos comenzaban a vislumbrarse en la cuestión posesiva, sobre todo en la parcela central, donde los salmantinos asumían el mando, de ahí que los avances blanquiazules se encauzaran más por los exteriores, pese a que jugadores como Iago Díaz o Kilian Grant no tienen en la velocidad su mejor característica.

El partido careció de actividad en las áreas. En la primera parte sólo se produjo un conato de ocasión para el gol (Hualde e Iago Díaz, en el minuto 4, triangulaban sin encontrar rematador a un palmo de la portería de Salcedo) y, en la segunda, aparte del penalti decisivo, un testarazo de Kilian Grant a servicio de Nacho López en el minuto 60. Mientras tanto, los charros (por favor, que nadie se deje llevar por quienes tratan de usurpar la identidad del histórico y desaparecido UD Salamanca con el equipo que ayer visitó por primera vez el Suárez Puerta) siguieron enarbolando la estilográfica con la que estaban dispuestos a firmar el empate. Su actitud hasta encajaba con la ilógica parsimonia avilesina y eso que en cancha ya fluía la zancada de Cedrick Mabwati. Y en esto apareció el brazo de Manu Moreno, con su codo y todo, para el flagrante penalti que Jorge Morcillo no desdeñó.

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