Los jugadores y el entrenador, Julio Arniella, son la cara visible del equipo revelación de Tercera, el Colunga, que llega a la última jornada con opciones de disputar la promoción de ascenso. Pero detrás está el trabajo en la sombra de una directiva y, sobre todo, de tres personas que llegaron al club hace 13 años, con el equipo en Segunda Regional y nueve mil euros de deuda, y lo han convertido en un modelo. Al frente, José Ángel Toyos, y siempre a su lado Armando Pis Sánchez, secretario, y María del Mar González, vocal todoterreno. A veces sus obligaciones les impiden ver los partidos, pero el domingo se sentarán en el palco del Carlos Tartiere, esperando alargar contra el líder Vetusta una racha que dura toda la segunda vuelta: 18 partidos sin perder. Y mirando de reojo hacia Grado, donde juega su rival por el play-off, el Caudal.
En 2009, cuando se puso al frente del Colunga, Toyos captó para su directiva a dos personas sin relación con el fútbol. Armando Pis era secretario del Colunga Atletismo y María del Mar González ni siquiera era socia. “Iba alguna vez al campo, pero no era fanática del Colunga”, explica. “Yo tampoco soy muy futbolero”, tercia Armando, que asumió las mismas funciones que en el atletismo: “Hacer los balances, dar de alta a los jugadores en la federación y ayudar en la taquilla cuando hace falta”.
Saldar la deuda obligó a dedicar muchas horas al club. Con apenas un centenar de socios, tocó volcarse con las rifas, con el bar del campo y las barracas de las fiestas de verano. Con eso, la organización de un campus y el apoyo del comercio local, no tardó en llegar el equilibrio financiero. El Colunga se ganó fama de club serio y también empezó a funcionar lo deportivo: en seis años el primer equipo logró tres ascensos, de Segunda Regional a Tercera División.
Desde 2015, el objetivo del club, con uno de los prespuestos más bajos de la categoría, ha sido la permanencia. Pero ya hubo una temporada en que merodeó la promoción y lo vueve a hacer ahora. Para Toyos, oficialmente director deportivo tras su renuncia a la presidencia, la clave futbolística estuvo en la decisión de trasladar los entrenamientos a Gijón.
Un año complicado
“Eso nos permite fichar a jugadores del centro. De Colunga solo van cuatro en un coche y les pagamos la gasolina”, explica Toyos, que firmó un contrato de filialidad con La Braña para entrenar en el campo de El Mortero. Aun así, el dirigente reconoce que no se esperaba este rendimiento: “Era un año muy complicado por los posibles arrastres de la Segunda RFEF, pero el equipo ha respondido”.
Armando Pis va más allá: “Es la mejor temporada de la historia del Colunga porque, pase lo que pase, seguiremos en Tercera”. María del Mar González firma debajo de esta afirmación y el domingo, descargada de responsabilidad, solo piensa en ver el partido en el Tartiere “con toda la tranquilidad del mundo”. Toyos dice que “vamos a por todas, a poner el broche porque es una oportunidad única”. Sus compañeros de viaje, sobre todo de Mari Mar González, le ponen en un pedestal: “Mientras siga José Ángel, ahí estaré. Si no fuera por él, el Colunga no existiría”.
