La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Alfredo Barro, el único asturiano que corrió la Titan Desert: "Fue duro"

Los expertos lo consideran el Dakar para ciclistas con temperaturas de hasta 50 grados y seis etapas de 100 kilómetros cada una

Alfredo Barro, ayer en Deva. En el detalle, Barro durante la prueba. | Ángel González / A. B.

Hay muchos retos gigantescos en el mundo del deporte pero pocos como la Titan Desert. Esta carrera es algo así como el Dakar para ciclistas. Cuestas en dunas, lagos secos, jaimas, temperaturas que bordean los 50 grados y seis etapas de cien kilómetros cada una componen un reto monstruoso con sus siete días y sus siete noches. Un reto que tuvo también acento asturiano gracias a Alfredo Barro, un gijonés de 53 años, que fue el único aborigen del Principado que se atrevió a dar pedales entre la arena. Logró no solo terminar la carrera, sino un meritorio puesto 35. “La experiencia es dura, pero muy bonita”, comenta.

Por todo lo mencionado antes, la Titan Desert no es una competición para gente que no esté preparada. Incluso aquellos que gozan del entrenamiento suficiente corren riesgo. Este año, sin ir más lejos, hubo que lamentar una víctima mortal. Fue Ernesto Escolano, de 50 años, que falleció debido a las secuelas de una dolencia cardiaca que sufrió en la segunda etapa de esta competición. “No es la primera vez que pasa”, asegura, con gesto calmado Alfredo Barro.

titan desert

“Hacer etapas de cien kilómetros de por sí ya es complicado, pero imagínate hacerlo por el desierto”, explica el gijonés, contento por el resultado obtenido. Explica Barro que su afición por la bicicleta le viene de muy joven. “Llevo pedaleando toda la vida”, indica. No es profesional, ni mucho menos. Es dueño de una conocida firma de construcción asentada en Gijón. “Por Asturias hacía marchas, iba a los Lagos de Covadonga. Buscaba un reto mayor y lo encontré”, resalta.

No se puede decir que no lo haya disfrutado. A pesar del sufrimiento, cuenta el deportista que mereció la pena la experiencia. “El calor es extremo. Se llega a los 50 grados. Además es un ambiente muy seco”, describe. Sortear las dunas también tiene su complicación. “A veces la rueda se queda clavada. También se va por lagos secos. Hay que hidratarse muy bien, se beben casi siete litros de líquido durante cada etapa”, especifica sobre una aventura de la que regresó hace nada.

La Titan Deserte de este año tuvo lugar entre el 8 y el 14 de mayo. “La experiencia es dura, pero es muy bonita. El ambiente es muy diferente. No tiene nada que ver con lo que se ve en Asturias”, explica Barro. “No todo son dunas. Hay lagos secos. Afortunadamente, no tuve ningún problema. No llegué ni a pinchar una rueda. Y eso que las motos del Dakar, a la hora de subir las propias dunas, ya lo pasan mal”, añade. “A ver, sí que se viven momentos duros. Sobre todo porque los que van en cabeza son profesionales. Va gente muy top”, recuerda.

Su posición fue realmente buena. Logró quedar en el puesto 36 en la clasificación general, compuesta por 410 personas en total. Fue quinto de su categoría. “Es una carrera de unas condiciones muy duras, adversas”, insiste Alfredo Barro, que era su primera su experiencia en la prueba celebrada en Marruecos. Pero por si quedaba alguna duda, este gijonés ya piensa en repetir una experiencia similar. Si se le arregla para el año que viene, probablemente repita de nuevo en Marruecos. Y si no es así ya tiene los billetes comprados para competir el 6 de diciembre en una prueba similar que se celebra en otro desierto, el de Abu Dabi.

Compartir el artículo

stats