Javi Porrón fue el héroe del último ascenso a Segunda B del Lealtad, decisivo en la tanda de penaltis frente al Puertollano en Les Caleyes. Mañana tendrá una nueva oportunidad, aunque la reglamentación impedirá ir más allá de la prórroga. En caso de empate al final de los 120 minutos, la plaza en el Segunda RFEF sería para el Alfaro, mejor clasificado en la liga regular. Pero Francisco Javier Fernández Porrón (Oviedo, 13-6-87) espera que “los pequeños detalles”, como ocurrió frente al Sporting B, les favorezcan y pueda redondear su carrera en Villaviciosa, en el club que más le ha marcado.
Aunque aquel ascenso frente al Puertollano está en lo más alto, Porrón no olvida su anterior temporada en el Lealtad, la 2018-19, cuando rozaron el ascenso por dos veces, ante el Getafe B y el Villarrobledo, y se les escapó. “Cuando ganamos 0-1 en Villarrobledo parecía que lo teníamos hecho para sentenciar en Les Caleyes. Pero nos ganaron 1-2, así que nunca se sabe”.
Ahora, tras dos eliminatorias al límite contra el Llanes y el Sporting B, toca el Alfaro. “Será cuestión de detalles. Nuestra dinámica en la segunda vuelta y en el play-off ha sido muy buena. Pero ellos también ganaron los últimos siete partidos de liga y los dos del play-off. Es un equipo con mucho nombre, pero ahora llevan tiempo sin estar en Segunda B, así que estarán muy motivados”.
Espera que se den las condiciones del último éxito del Lealtad: “Había dos equipos que nadie quería, el Marbella y el Puertollano. Allí nos salvamos porque solo perdimos 1-0, pero pudieron meternos tres o cuatro. Luego se encontraron con un gol en contra y no supieron reaccionar”. Aunque, más que agarrarse a la historia, Porrón cree que la clave será “competir en la línea de los últimos meses”.
Javi Porrón volvió al Lealtad tras una temporada en el Marino y otra en el Caudal, en parte para poder compaginarlo con el trabajo: “Quería un equipo que entrenase por la tarde y cuando me llamó el Lealtad no lo dudé porque es como mi segunda casa. Además, vi una buena oportunidad para ascender”. Está a un paso de lograrlo pese a las dudas iniciales: “Fue clave la confianza del club en el cuadro técnico. Y también tener un buen grupo, un vestuario muy unido”.
De momento no quiere pensar en la próxima temporada, aunque, próximo a cumplir 35 años, se le nota con ganas de seguir: “Me encuentro muy bien en el día a día. Para mí el problema sería entrenar por la mañana. Me gustaría cerrar mi carrera en el Lealtad y si fuese en Segunda RFEF ya sería redondo”.
