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Arranca el play-off de ascenso: El OCB quiere más

El Unicaja Banco Oviedo comienza la eliminatoria ante el Palencia con el objetivo de doblegar por fin a los castellanos y clasificarse para su primera final a cuatro de la LEB Oro

Alonso Meana y Natxo Lezkano, durante el partido contra el Almansa. | Santiago Canaveras Brianso J. J. N. L.

Mayo es por costumbre un mes florido en el Unicaja Banco Oviedo Baloncesto. Suele ser la época en la que el club recoge los frutos de lo tan bien sembrado a lo largo de la temporada, en forma de clasificación para los play-offs de ascenso a la Liga ACB. La campaña del debut en LEB Oro, la 2013-14, pareció un milagro. Nueve años después, la entrada en las eliminatorias se ha convertido ya en una feliz rutina: esta es la séptima. Pero el OCB quiere más. Quiere clasificarse por primera vez para una final a cuatro, y para ello tendrá que dejar en la cuneta a su íntimo enemigo, el Palencia, algo que no ha conseguido en las tres ocasiones en las que se han cruzado en los play-offs. Y ha de hacerlo, además, con el factor pista en contra. El primer choque, hoy en la ciudad castellana (20.30 horas, Vinx y LaLigaSports), con la plantilla azul con el ánimo por las nubes pero en condiciones físicas precarias.

La cercanía de los dos primeros partidos (el segundo está fijado el sábado, a las 18 horas, también en el pabellón municipal de Palencia) hace que el cuerpo técnico ocebeísta se mueva con cautela máxima a la hora de manejar las lesiones.

 Todo hace indicar que el pivot Oliver Arteaga, capitán del equipo y faro que alumbra la pintura, tendrá hoy descanso para facilitar la recuperación de su gemelo derecho, dañado en el partido contra el Melilla en Pumarín. Es muy dudoso incluso su concurso el sábado. También será baja, en este caso para lo que resta de temporada, Alonso Meana, pese a que afortunadamente se recupera bien de las secuelas de un golpe que le obligó a pasar por el quirófano. El club se había movido para intentar cubrir la ficha del base gijonés acogiéndose a la excepción de lesión de larga duración (el plazo de fichajes está cerrado), pero finalmente los plazos de la recuperación serán más cortos de lo previsto, con lo que no hay autorización federativa para el refuerzo.

Con esto y con todo, el equipo viaja a Palencia convencido de sus opciones. No solamente por el hecho de que ya derrotó a los morados dos veces esta campaña, sino porque si algo ha demostrado este curso es capacidad para levantarse cada vez que se ha caído. Levantarse y reinventarse: tres de las principales piezas con las que cuenta ahora mismo, Hansel Atencia, Paul Jorgensen y Olle Lundqvist, no iniciaron la liga con el OCB. La rapidez y el mortífero tiro del colombiano, el efecto microondas del estadounidense y la creatividad del sueco son, hoy en día, argumentos de peso en favor del equipo del Principado.

Pero hay más: el gran momento de Kabasele pese a sus recurrentes problemas en la rodilla, el físico de Kamba, la fiabilidad de Elechi, totalmente integrado en el engranaje; el trabajo sucio de Bartolomé... y, por encima de todo, la lucha sin cuartel de Sean McDonnell, el corazón californiano que ha conquistado Pumarín. A los mandos, uno de los técnicos más expertos y respetados de la categoría, si no el que más: Natxo Lezkano. El vizcaíno parece haber dado a Jeff Xavier el rol de segundo base en ausencia de Meana, y su pericia estratégica siempre es de tener en cuenta. Falta saber si va a introducir novedades tácticas, como por ejemplo dar continuidad a las defensas zonales alternativas que tanto complicaron la vida al Estudiantes en la última jornada de la fase regular.

Enfrente, un Palencia asentado como potencia de la LEB y que ha vuelto a confeccionar un equipo amplio y de calidad. El club castellano, que empieza a recuperar el apoyo social congelado por la pandemia, espera una gran entrada en su pabellón para los dos partidos iniciales de la eliminatoria. El proyecto deportivo lo encabeza este año Pedro Rivero, que tiene plena confianza en el ex OCB Micah Speight, uno de los mejores bases de la competición; Prince Ali, un polvorín anotador, y las torres interiores Bamba Fall y Mus Barro. Todo aderezado con la clase de Noah Allen. Un alto muro que el Oviedo tendrá que escalar.

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