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Balonmano

El salto a la División de Honor Plata del Base: Caco se moja por el ascenso

Heriberto Fernández, capitán del Naranco que subió a Asobal en 1997, espera repetir ahora como dirigente del Unión Financiera

Arriba, el guardameta Manolo levanta al presidente del Universidad Naranco, José Emilio Fariza, en la fuente de la Plaza de América, con Caco a la derecha. A la izquierda, Caco, en la actualidad en Vallobín | N. O. / U. F. B. O.

Heriberto Fernández, Caco, pisaba la cancha en el último gran éxito de un equipo ovetense de balonmano. El 20 de abril de 1997, el entonces Universidad Naranco consiguió el ascenso a la máxima categoría, ya por entonces Liga Asobal. Este fin de semana, ya desde el despacho, puede ayudar a que un heredero de aquel histórico club, el Unión Financiera Base Oviedo, dé el salto hacia la División de Honor Plata. “El equipo llega bien y jugamos en casa. Es una gran oportunidad”, asegura Caco.

Caco se moja por el ascenso

En la última jornada de la temporada 1996-97, el Universidad Naranco necesitaba la victoria frente al Anaitasuna en el pabellón de Vallobín para volver a la máxima categoría. Lo consiguió, con las gradas a rebosar, cuando todavía no habían llegado las butacas a la instalación y el aforo era más flexible. El equipo dirigido por Falo Méndez mandó desde el principio en el marcador, para acabar ganando por 33-21. Jugaron, por el Naranco, Manolo; Entrerríos (4), Caco (2), Cabañas (5), Pintado (3), Aimar (4) y Campos (7), como equipo inicial, Pablo, Viti (4), Sergio (2), Cabero (1) y Pagliota (1).

“Teníamos muy buen equipo”, señala Caco, que destaca a un jovencísimo Alberto Entrerríos y al guardameta Manolo, así como la dirección de Falo Méndez. “Aquel año en casa no perdimos ningún partido, así que llegamos con la sensación de que teníamos que subir sí o sí”, añade Caco, que tampoco olvida el ambiente –“Vallobín estaba a reventar, igual mil y pico personas”– ni la celebración posterior en la fuente de la Plaza de América, con baño incluido al presidente, José Emilio Fariza.

El Naranco no se pudo mantener en la temporada siguiente y Caco se marchó de un club que iniciaba la cuesta abajo. “Volví en la 2003-04, con Ambros Martín de entrenador, y descendimos a Primera Nacional”, añade el exjugador. El Naranco desapareció en 2010, cuando el Base Oviedo –fundado en 1993– ya asomaba como una alternativa seria, basada en la cantera.

Caco Fernández ha sido uno de los artífices en el crecimiento de un proyecto que está a las puertas de la segunda categoría del balonmano español, la División de Honor Plata. Además de director deportivo, Caco ejerce los cargos de secretario y tesorero en la directiva, por lo que valora todos los aspectos del club: “El apoyo de Unión Financiera es importante. Es el momento de subir a Plata y, por qué no, pensar en algo más”. Cree que hay argumentos para el optimismo: “El equipo llega bien porque está muy equilibrado y el entrenador puede hacer rotaciones. Y el factor cancha nos da un plus. Para los jugadores es ilusionante competir ante su gente. Los rivales son de gran nivel, pero estamos preparados para superarlos”, recalca en referencia al Agustinos de Alicante, el OAR Coruña y Anaitasuna B, el filial del equipo que perdió con el Naranco en 1997.

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