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Jenaro Díaz. Entrenador asturiano del Clavijo de Logroño, de LEB Plata

“Jugar siete años el play-off de ascenso merece un respeto”

“Al margen del apoyo de las instituciones y las empresas, el OCB tiene que abrirse a más gente”

Jenaro Díaz, en un campus del Oviedo Baloncesto en 2017. | F. Rodríguez

Desde Logroño, el entrenador asturiano Jenaro Díaz (Oviedo, 3 de abril de 1971) contempla con cierta inquietud, pero también esperanza, la complicada situación del Oviedo Baloncesto, un club que vio nacer en 2004 cuando era responsable de la sección en el colegio San Ignacio. Desde ese año hasta 2017, Díaz acumuló más de 150 partidos como entrenador ayudante de la selección española, con varios seleccionadores. También tuvo experiencias en clubes de elite, como el Real Madrid y el Khimki ruso. Ahora dirige desde el banquillo al histórico Clavijo de Logroño, en LEB Plata.

–¿Está al tanto de la situación del Oviedo Baloncesto?

–Por supuesto. Oviedo no se merece cortar así su tradición de baloncesto. Tenemos que tener un poco de respeto a la palabra tradición. Oviedo es una plaza muy respetada en la LEB Oro. Hay que cuidarla. Sé que Héctor Galán, Fernando Villabella, Luis Tuero y José Tuñón están haciendo todo lo posible para que siga adelante.

–¿Cómo se explica con la buena trayectoria deportiva?

–Lo mismo que la tradición te hace tener cosas buenas, te lleva a no contar con unos anclajes de rutina de apoyo institucional, de sentir más el equipo como propio. Tiene que haber un sentimiento común hacia el OCB, que sea un equipo de todos. Así sería todo más fácil.

–¿Por qué no cala el baloncesto de elite en Oviedo?

–Yo creo que sí se ha creado una corriente muy buena en los últimos años. En el barrio de Pumarín hay muchos aficionados de a pie, del día a día. Pero solo con los aficionados no basta. Hay que involucrar al Ayuntamiento, al Principado, a las empresas. Tienen que sentir al club como algo propio.

–¿Echa de menos un mayor compromiso de las empresas?

–Llega un momento en que abandonamos las cosas que son nuestras, de la ciudad y de la región. Hay que tener ese sentimiento y a partir de ahí crear unas dinámicas para no estar con estos problemas cada dos o tres años. El problema de Oviedo es mantener los clubes de éxito. El Cibeles y el Naranco tuvieron su época de gloria, pero desaparecieron. Por eso, para Héctor Galán y Fernando Villabella tiene que ser duro, después de 18 años, darse cuenta de que no detrás no hay nada, que tienes que volver a pedir como si llevases dos días.

–¿Cree que merecen más apoyo?

–Me parece muy injusto que se pueda perder un trabajo de mucho tiempo. Además, Oviedo es una ciudad de baloncesto. Hay tradición en el San Ignacio, en el Loyola, con gente como Ramón Fernández, Juan Llaneza, Toni Martín, Joaquín Prado, jugadores como Antonio Campoamor y Saúl Blanco. Hay mucha gente que ha salido de ahí. Hace falta que todo el mundo reme en una misma dirección, desde lo institucional a todos los niveles. Parece que nos relajamos, que lo damos todo por hecho. Jugar play-off cada año es muy difícil y subir es dificilísimo. La clave es respetar la tradición que tiene el baloncesto.

–¿Una de las claves puede estar en el paso de Pumarín al Palacio de los Deportes?

–Si es un proyecto ganador, como en su día el Cibeles o el Naranco, se llenará el Palacio. Pero hay que ganar porque las dinámicas negativas las va a soportar con la gente de siempre. En Oviedo veo necesaria una instalación de tres o cuatro mil espectadores porque del Palacio a lo siguiente hay un vacío de pabellones intermedios. Hay que tener pabellones de tres o cuatro mil para equipos de segunda línea alta como los que tiene ahora Oviedo.

–¿Cree que se valora lo suficiente tener un equipo competitivo de LEB Oro?

–Jugar siete años el play-off de ascenso merece un respeto. Hay que valorarlo porque, además es un reflejo para la sociedad. Tener un equipo a ese nivel es un espejo, una ilusión para todos los niños. Por eso, al margen de las instituciones y las empresas, es importante que haya una apertura en el Oviedo Baloncesto, que abra las puertas a más gente y sea un OCB de todos.

–Quedan seis días para el cierre de plazo de inscripción en LEB Oro. ¿Es optimista o pesimista?

–Yo confío mucho en Fernando Villabella, pero esto no tiene que ser como el que estudia el último día antes del examen para aprobar. Esto tiene que servir para crear unas dinámicas y no volver a estar así en los próximos años. Es como lo del pabellón. No puede ser que lo hagamos porque la ACB exige una capacidad determinada. Vamos siempre por detrás.

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