“He tenido la suerte de ser su alumna. Fue mi entrenador y una gran persona”, comentó sobre el fallecimiento de Eduardo Herrero ayer, la ex palista del Club Piraguas Sirio de Cangas de Onís, Ana Rodriguez, quien allá por el año 1978 ganaba el Descenso Internacional en mujer K-1 y, un año después, en 1979, lograba la primera medalla internacional –bronce- para el piragüismo femenino español en los VIII Juegos del Mediterráneo, en Split, en la antigua Yugoslavia. Sin embargo, a las puertas de la Olimpiada de Moscú-80, acabó por abandonar esa disciplina deportiva al declinar la Federación Española llevar representación femenina a aquellos Juegos Olímpicos. 

Herrero, que falleció ayer, a los 82 años, fue uno de los grandes técnicos de este país, iniciado en la década de los 70 del siglo pasado como entrenador de atletismo, especializado en lanzamiento de peso, aunque, poco tiempo después, acabó decantándose por el piragüismo en clubes madrileños de la época. Fue durante su estancia en el Vallehermoso- Retiro, de Madrid, cuando despertó la atención de la Federación Española de Piragüismo. Obtuvo el título de entrenador en 1962 y en 1969 la Federación le envió a Rumanía con un equipo de veinte piragüistas para entrenar con el conjunto rumano y sus técnicos, considerados entonces los mejores del mundo. 

Merced a aquella experiencia y fruto de aquel aprendizaje, y especialmente por su arduo trabajo y sus evolucionados métodos de entrenamiento, en el año 1975, bajo sus órdenes, el equipo nacional de piragüismo en aguas tranquilas, empezaría a acreditarse a nivel internacional alcanzando títulos mundiales y las primeras medallas olímpicas en los Juegos de Montreal, Moscú y en Los ángeles en la modalidad de canoa. Su primera medalla de oro fue en Belgrado en el Mundial de 1975, en la modalidad de K-4, y sobre la distancia de 1.000 metros (con el asturiano Herminio Menéndez, el gallego Luis Gregorio Ramos Misioné, el aragonés Esteban Celorrio y el ceutí José Ramón Díaz Flor), un año antes de ganar su primera la medalla olímpica. 

Fundador a principios de la década de los años 60 de la Escuela Nacional de Entrenadores de Piragüismo, en 1973 se sacó también el título internacional de árbitro en aguas tranquilas, convirtiéndose en el primer árbitro español con nivel internacional junto a Jacinto Regueira y Jorge Hernández. Una vez dejó el entrenamiento en el agua, Herrero se convierte en director técnico de la Federación Española de Piragüismo, siendo distinguido en 1989 con la medalla de Oro al mérito piragüístico. En 2002 ingresó en la Real Orden al Mérito deportivo, recibiendo de Sus Majestades los Reyes de España, Juan Carlos I y doña Sofía, la medalla de Oro.