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Uno de los impulsores del Gijón Open
Fernando Castaño Presidente de la Federación de Tenis del Principado de Asturias

"Nunca soñamos con tener un cuadro así, es potente y atractivo"

"Intentamos traer a Alcaraz, que ya está en otra liga, y a Tsitsipas, pero con 5.000 espectadores la taquilla no puede generar los ingresos para pagarlos"

Fernando Castaño, ante la pista del Gijón Open. | Marcos León

Fernando Castaño Fernández (Gijón, 1969) cumplió en mayo un año al frente de la Federación Asturiana de Tenis. Empresario hostelero, es uno de los actores fundamentales para la consecución del Gijón Open, el torneo ATP 250, que se celebra en el Palacio de los Deportes de La Guía del 8 al 16 de octubre.

–Llegar y besar el santo.

–Llegar y casi marchar, tenía que ser. El que venga detrás de nosotros no hace falta que lo supere, con que lo empate... basta (risas).

–Es que es para estar contento...

–Sí, ha sido un año muy intenso. El Gijón Open es la guinda del pastel. Ha sido un año de mucho trabajo. Más del que pensábamos. Nuestro proyecto en la Federación es totalmente distinto al que rigió el tenis los últimos 26 años.

–Cuente.

–No somos ni mejores ni peores. Tenemos una visión distinta. Hemos aterrizando, hemos visto lo que había y hemos tratado de poner un poco de orden en la gestión, que no existía. También hemos puesto orden en la economía y en otras facetas que, desde nuestro punto de vista, no estaban como deberían de estar.

–Enumere alguna de sus acciones.

–Hemos trabajado en el tenis base. Trajimos una prueba del Marca Jóvenes Promesas a Gijón, y otra de tenis playa. Logramos que se hable de tenis y se nos escuche en Madrid. Activamos un programa de becas para tenistas y hemos recuperado los viajes a los campeonatos de España financiados por la Federación. Antes, se les daba solo una ayuda de 150 euros y los padres se tenían que buscar la vida. Hemos trabajado, sí, pero aún queda por hacer.

–¿Tiene críticas?

–Nuestro programa electoral generó muchas expectativas. Por eso, ganamos con el cien por cien de la asamblea. La gente tenía tantas expectativas y ganas que parece que nos salieron fiscalizadores desde el momento uno. El programa es a tres años, que es lo que dura, por los Juegos Olímpicos, este mandato.

–¿Qué le ha llevado a meterse en la Federación?

–En todo esto hay un gran equipo detrás. Me ayudó a ganar las elecciones y están en el día a día aunque yo sea la cara visible. Mis dos hijas juegan al tenis y yo mismo juego con los veteranos del Grupo. Siempre me encantó. Jugué hasta los 14 años. Volví al tenis por mis hijas.

–Dijo que el Gijón Open tiene mejor cuadro que el Conde de Godó. ¿Lo mantiene?

–Sí. Cuando nos dieron este torneo hubo dos partes que me quitaron el sueño. A mí y a Tomás Carbonell –el director del torneo– y al resto de la Federación Española. Tener un cuadro deportivo atractivo en un torneo nuevo, que nadie conoce, era una de esas preocupaciones. O sea, tener un cuadro atractivo para los amantes del tenis y que fuera espectáculo para el público general era muy importante.

–¿Y la otra preocupación?

–La técnica y la logística. Estamos montando una mini ciudad en el Palacio de los Deportes. Es una vorágine todo. Es adaptar una instalación que no es específica de tenis. Lo mismo pasa con las pistas del Grupo.

–Pero volviendo a lo del Godó...

–No soñaba con tener un cuadro deportivo así. El mérito es en gran parte de Carbonell. Solo hay que mirar los nombres. Fognini es un número cincuenta del mundo, pero llegó a ser séptimo. Es un súper clase. Tommy Paúl es un chaval que la gente no conoce pero en cuatro años va a estar arriba seguro. Ya ganó a Alcaraz y a Nadal. Hay gente muy buena. El cuadro es muy potente y atractivo. Lo he comparado con otros.

–¿Tras el Mutua Madrid Open y el Godó estaría Gijón?

–Sin duda.

–Mucha gente se preguntó por Nadal o Alcaraz. ¿Era imposible?

–Rafa Nadal no juega un 250. Alcaraz, sí, pero estamos hablando de cifras muy altas, como las de Tsitsipas, Kyrgios, que no es top ten pero es el hombre espectáculo... Si tuviéramos 15.000 plazas para vender, vale, pero es que tenemos 5.000. La taquilla no te puede generar ese volumen de ingresos para poder tener un cuadro de jugadores a los que les pagues.

–¿Cómo será el trato a los jugadores?

–Es una faceta en la que trabajamos mucho. Van a poder ir a jugar al golf y los que vienen con su familia y entrenadores podrán hacer visitas. Al final, que un torneo repita depende de su éxito y este de que los jugadores hablen bien de él. Gijón es una ciudad muy amable para este tipo de torneos.

–¿A quien quisieron traer y no se pudo?

–Tsitsipas lo intentamos y también probamos con Alcaraz, porque es español y la Federación Española le ayudó con becas. Pero claro, ahora mismo es el número 1 del mundo y es pasar a otra liga. Tocamos a otros, pero no pillamos un disgusto enorme por no poder traer a ninguno y sí nos llevamos alguna alegría con alguno que no contábamos, como Rublev. A Dimitrov también lo intentamos, pero no quiso.

–¿Hubo apoyo institucional desde el principio?

–Desde el primer momento que hubo una ola en la ciudad de apoyo, no solo en lo institucional sino de las asociaciones empresariales como Otea, Unión de Comerciantes, Fade y Cámara de Comercio, se nos manifestó que era un evento que tenía que venir a la ciudad. Debe de ser de los pocos acuerdos unánimes que hubo en el pleno del Ayuntamiento de esta ciudad.

–En 2012 hubo Copa Davis... pero el retorno económico no fue el esperado. ¿Hay temor a esto?

–Desconozco esas cifras, pero hay una diferencia. La Copa Davis fue más cara que el Gijón Open porque no tenía bolsa de premios. De los 1,2 millones van 675.000 dólares a premios, 150.000 dólares va para lo que cobra la ATP por ceder el torneo y 140.000 euros son para las pistas. Llegará a los dos millones de euros en gastos. Pero tenemos ya un retorno, por ejemplo en los proveedores. Hay un compromiso y es que los proveedores tienen que ser de Gijón; si no los hay en Gijón, de Asturias, y si no los hay en Asturias buscar fuera al mejor. Así lo hemos hecho desde el inicio.

–Y está el retorno indirecto.

–Claro, eso se puede cuantificar perfectamente, cuál es el retorno de la imagen de Gijón en una semana en tres partidos diarios en Teledeporte, a nivel nacional. Habrá señal a 70 países que va a poner a Gijón en el mapa, con vídeos de la ciudad y demás. Los cálculos es que poner la palabra de Gijón en esos medios costaría del orden de los tres millones y medio de euros, según nos explican desde el Ayuntamiento.

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