Así llegaron a un acuerdo el Oviedo y el Sporting de cara al derbi: vuelve el sentido común

El pacto para el control de las aficiones, donde ambos clubes cedieron en sus pretensiones, evidencia un cambio en las relaciones entre el Oviedo y el Sporting

Jesús Martínez (Grupo Pachuca) y Alejandro Irarragorri (Orlegi), juntos en México, en una imagen de archivo.

Jesús Martínez (Grupo Pachuca) y Alejandro Irarragorri (Orlegi), juntos en México, en una imagen de archivo. / X. Fernández / A. Menéndez

En realidad, nada tendría tener de extraordinario que Oviedo y Sporting se pongan de acuerdo para pactar un dispositivo de seguridad antes de un derbi. Ha imperado el sentido común. Pero el pacto de mínimos evidencia que Orlegi y Pachuca han traído nuevos tiempos, también de cara al entendimiento entre las dos entidades deportivas más grandes de Asturias.

El curso pasado todo eran problemas que ya venían de largo por la ruptura de relaciones del Oviedo por la "crisis de los urinarios". El Sporting rechazó las entradas y cargó contra el dispositivo que planteó Delegación del Gobierno, incluyendo el viaje burbuja. Para el partido de vuelta, no mandó entradas al Oviedo. Eso fue solo hace unos meses antes de un derbi que acabó con una agresión a Femenías, portero del Oviedo. Ahora han bastado varias llamadas, un par de encuentros y que las dos partes cediesen terreno para la primera fumata blanca entre Pachuca y Orlegi, rivales en México y ahora también en Asturias.

Los ultras viajarán encapsulados en autobús desde Gijón (el dispositivo se repetirá para la segunda vuelta) y el resto de la afición puede ir por libre, aunque debe acudir al estadio desde un punto concreto. Eso es lo básico del acuerdo en un operativo que planifica Delegación del Gobierno y que, en general, parecen aprobar las aficiones.

¿Cómo se ha pasado en tan poco tiempo del desencuentro al pacto? Cada uno ha cedido en las pretensiones iniciales. Delegación del Gobierno pidió a las peñas de Sporting y Oviedo que mandasen propuestas. También los clubes tuvieron mucho que decir. El club rojiblanco, que siempre optó por reducir las medidas de seguridad, seguía en la posición de hace meses: que no hubiese burbuja y que cada hincha acudiese con libertad. El conjunto carbayón tampoco se movía y veía con buenos ojos el mismo dispositivo de años anteriores, sin libertad de movimientos. Entonces ambas partes optaron por lo que parecía evidente: ni albedrío total ni tampoco el férreo marcaje de antaño. Ni para ti, ni para mí. Un primer paso para seguir flexibilizando medidas si todo va bien. Se llegó a que lo adecuado era esa idea maestra, que pasa por separar a los ultras del resto de aficionados. Sporting y Oviedo se pusieron rápido de acuerdo a través de sus respectivos responsables de seguridad, Jesús Manuel Álvarez en el bando azul, y Carlos Barcia, director del área corporativa, en el rojiblanco. Ambos responsables tienen buen trato desde hace años y mantuvieron la buena relación pese a los problemas pasados de sus jefes, que ahora han cambiado. La Policía Nacional vio necesario incluir el citado punto de control para los aficionados que viajen por su cuenta, algo que los clubes vieron normal.

Si el dispositivo funciona está previsto que en derbis futuros se reduzca aún más la presencia policial. De momento, los agentes ya han advertido a los clubes que estarán atentos a los movimientos de los aficionados y que al mínimo desliz habrá intervención. Todas las partes, Delegación del Gobierno, Sporting, Oviedo y peñas de ambos bandos, han recibido bien los cambios. Todo está preparado. De hecho, en esta ocasión no habrá finalmente la tradicional reunión en Delegación del Gobierno en la semana del derbi porque no se considera necesario. Con la del miércoles, que no estaba en la agenda, ha bastado para dejar todo claro. Los tiempos han cambiado. Parece imperar el sentido común.

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