El escalador colombiano Iván Sosa quiere otro título en la Vuelta a Asturias que comienza hoy

El "escarabajo" será el rival a batir en esta Vueltina, donde el italiano Lorenzo Fortunato quiere destronarle en la subida al Acebo

José Enrique Cima

José Enrique Cima

El colombiano Iván Ramiro Sosa, al frente de su equipo Movistar, afronta hoy en Oviedo la primera etapa (Oviedo-Pola de Lena, 182 kilómetros) de la Vuelta Ciclista a Asturias con la vitola de favorito a revalidar el triunfo del año pasado. Frente a él, catorce equipos con 101 corredores, entre los que tendrá grandes rivales. Entre otros, destacan los italianos Lorenzo Fortunato y Gianluca Brambilla, el francés Julien Simón o los españoles Mikel Bizkarra, Héctor Carretero, José Manuel Díaz Gallego y Jesús del Pino. El "escarabajo" tendrá de lugartenientes a su paisano Einer Rubio y al español Antonio Pedrero desde esta primera etapa que termina en Pola de Lena.

El recorrido, como siempre, será duro desde el inicio con esa última subida a Carabanzo o en las etapas siguientes, el sábado Candás-Cangas del Narcea, tras superar el temible santuario del Acebo o el domingo desde Cangas del Narcea a Oviedo con la durísima subida en la parte final del Tenebreo, que en esta edición sustituye a El Violeo, que tanto espectáculo dio en los últimos años, para luego bajar hasta la meta final en la capital del Principado.

Que ciclistas de la categoría del colombiano Iván Ramiro Sosa o el italiano Lorenzo Fortunato lleguen a Asturias con hambre de triunfo, el primero buscando de nuevo subir a lo más alto del podio y el azzurro no estando contento de su segundo puesto en la edición de 2022, ya avala por sí solo el espectáculo. Además, ambos vienen de correr el Tour de los Alpes con sus grandes puertos y, lo mejor de todo, con buenas sensaciones escalando las montañas francesas.

También es cierto que hay otros corredores que también estuvieron en la exigente prueba gala y por eso tanto Sosa como Fortunato no menosprecian a otros ciclistas que estuvieron allí y valoran mucho como bloque a conjuntos nacionales como Caja Rural-Seguros RGA, Euskaltel-Euskadi o Kern Pharma, que llegan con otra velocidad en las piernas.

Igualmente hay que destacar al único asturiano que estará en la carrera de su tierra como es Pelayo Sánchez, que la temporada pasada estuvo mucho tiempo en paro debido a la "enfermedad del beso". Esta temporada ha empezado muy fuerte y estuvo rondando el triunfo. Un resfriado con fiebre le obligó a retirarse precipitadamente en la Volta a Cataluña, pero el escalador de Tellego reconoce encontrarse ya muy recuperado y tiene ansias de triunfo. Su equipo, el Burgos-BH, tiene buenos corredores para protagonizar fugas como el cántabro Ángel Madrazo, pero también cuenta con el italiano Víctor Langellotti o el español José Manuel Díaz Gallego, que en carreras Word Tour suelen estar con los mejores en las grandes montañas. Así que en una carrera de menor categoría como la Vueltina es más fácil demostrar las fuerzas que tiene cada uno y brillar a mayor altura un equipo siempre tan combativo.

Lo normal en esta etapa inicial y con terreno rompepiernas desde la salida, pasando por Posada de Llanera y el alto de la Miranda, camino de Noreña, es que se produzca una fuga que tome unos minutos de ventaja y que al final a un conjunto poderoso como el Movistar le toque controlar las diferencias camino de La Colladona para en la parte final anular las ilusiones de los fugados. Será en las subidas finales, en especial el alto de Carabanzo, cima "Luis Balagué", donde los ataques entre los campeones permitan que uno llegue vencedor a Pola de Lena para alzarse con el primer maillot de líder de la Vueltina.

Mañana ya será otra historia en la etapa reina, donde como cada año el vencedor entre Candás y Cangas del Narcea suele ser luego el vencedor absoluto de la Vuelta a Asturias porque la ascensión al santuario del Acebo con sus grandes porcentajes suele hacer una selección definitiva. Y en la etapa final del domingo, siendo siempre dura, el equipo del líder suele controlar si se trata de uno fuerte, aunque habrá emoción y espectáculo hasta la parte final por anular la fuga y ver los ataques definitivos en las terribles rampas del Tenebreo, con desniveles superiores al 20 por ciento y a solo 18 kilómetros de la meta en la ovetense calle Uría.