Los consejos de Iñaki Marigil, la voz del último gran ascenso, para el duelo del Avilés ante el Gernika
"Deben volver con un buen resultado", dice el excentral, que sabe lo que es subir con los blanquiazules
Iñaki Marigil está recuperando la ilusión. El mítico defensa del Avilés, parte fundamental en el último ascenso del club a Segunda División, está volviendo a engancharse a los blanquiazules. "Desde que dejé el Avilés en la temporada 1997-98 no he vuelto al Suárez Puerta y ahora, viendo todo lo que envuelve al equipo, no descartó ir a los partidos de play-off", asegura el ovetense, que nunca dejó de estar pendiente de su equipo. Ahora afronta con emoción el que puede ser un nuevo ascenso para los avilesinos.
"Recuerdo la temporada en la que nosotros ascendimos como algo maravillo", recuerda Marigil. Él era uno de los grandes pesos pesados del Avilés que, en la campaña 1998-99, consiguió ascender a Segunda División tras acabar el año campeón en Segunda B. "Nunca se me olvidará el día que certificamos el ascenso. Fue un 13 de mayo, lo recuerdo como si fuese hoy. El Suárez Puerta estaba a reventar. Fue algo muy especial e inesperado", señala el ovetense, que se explica: "el año lo empezamos con una gran reestructuración. Se cambió todo en el club. Se redujo el presupuesto, se quedaron con lo básico del año anterior y se hizo una apuesta firme por la cantera. Nadie esperaba que un equipo así lo consiguiese". El Sporting de los guajes, pero a la avilesina.
Para Marigil, la clave de ese gran año estuvo en la juventud. "Los chavales de la cantera venían que nos mataban", bromea. Gracias al nivel de los Manel Menéndez, Nacho Castro y compañía, los veteranos tuvieron que apretar para seguir jugando. "Hacían que nos tuviésemos que esforzar mucho más. Flipábamos con ellos. Venían de abajo y se integraron muy rápido", indica.
Ahora, 33 años más tarde, el excentral blanquiazul da sus consejos a la actual plantilla del Avilés. "Los vi jugar contra el Vetusta y me gustaron mucho. Deben tener muy en cuenta que la eliminatoria dura 180 minutos, para controlar los tiempos. Que no se vuelvan locos si se ven con un gol en contra o si las cosas no salen", comenta Marigil, que avisa de la competitividad típica de los equipos vascos. "Son muy duros, por eso lo importante es sacar un buen resultado allí", afirma el central, que espera poder estar presente en el duelo de vuelta en el Suárez Puerta. "A ver si hay suerte y lo acaban consiguiendo", finaliza la leyenda, encantada de ver al Avilés resurgir.
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