Faustino Villamarín es otro de los productos de la profusa cantera de jugadores formados en el colegio Corazón de María de Gijón. Él fue uno de los primeros internacionales y jugó en los que en aquellos momentos eran los dos clubes más importantes del balonmano español, Atlético de Madrid y Barcelona, ciudad en la que acabó asentándose y en la que sigue viviendo.
–Llama la atención que se retirara siendo aún muy joven.
–Me retiro en 1978 aunque tenía dos años más de contrato en el Barcelona. Era joven y podría haber seguido jugando, pero fue un momento en el que se planteó empezar a entrenar mañana y tarde y yo ya me había buscado una salida laboral en un banco, lo que me impedía hacer dos entrenamientos. Fue además un año complicado porque hubo elecciones a la presidencia que ganó Núñez, para mí el mejor presidente que ha tenido el Barcelona en toda su historia. Fue el año en el que llevé la dirección técnica de la sección. Siempre he tenido muy buena relación con Núñez después de dejar el balonmano.
–A la selección le llamó Domingo Bárcenas, toda una institución en el balonmano nacional.
–En la selección siempre he estado con Domingo Bárcenas como entrenador. Efectivamente, toda una institución en el balonmano, creo que este deporte le debe mucho. Él me dijo que me conoció en la época en el que jugaba en el Codema. Bárcenas tuvo de segundo a Roncero, fue cuando éste empezó su relación con la federación española. A la vuelta de una de las concentraciones Roncero me enseñó una jugada que se hacía que era una finta tras amago de lanzamiento, era una novedad por aquella época hasta el punto de que cuando la empecé a hacer todos los árbitros pitaban pasos. Hoy en día es una jugada que se sigue haciendo. Bárcenas llevaba también la especialidad de balonmano en el INEF y buena parte de los entrenadores que luego se repartieron con éxito por el mundo pasaron por sus manos.

–¿Qué le parece este homenaje a todos los internacionales asturianos que se está organizando?
–A los jugadores que estuvimos en Munich-72, por desgracia de los 17 que éramos solo quedamos 10, nos hicieron un homenaje en noviembre pasado; allí decidimos juntarnos una vez al año en distintas localidades y Perramón propuso que este año fuera en Asturias. Quedamos para el 3 de octubre. Y luego coincidió que un grupo de personas prepararon este homenaje y se decidió poder compaginar las dos cosas. Yo llevo más de 50 años viviendo en Barcelona y para mí que desde tu tierra se sigan acordando de ti y te inviten a un homenaje supone mucho. Estando fuera se añora mucho la tierra y por eso estoy muy agradecido a los que organizan el homenaje.
–¿Cómo ve el balonmano en Asturias?
–Asturias tiene el mismo problema que el resto de autonomías, el dinero, los patrocinios, pero siguen saliendo jugadores de gran nivel.
–¿Hay mucha diferencia entre el balonmano de su época y el actual?
–Hay mucha diferencia. Hoy para jugar al balonmano hay que medir dos metros y pesar 120 kilos, correr... los extremos siguen siendo habilidosos gracias a la regla de que no se les puede tocar, antes los extremos recibían mucho. Ahora no vale solo con tener un buen portero, cada club necesita dos. Se está abusando mucho del cambio defensa-ataque, porque hay jugadores que no defienden. Pero hay un estudio que dice que obtienen mejores resultados los que menos cambios de este tipo hacen, sobre todo porque cada vez se juega con más velocidad. También creo que debe de haber un cambio en la definición del golpe franco. A veces veo algún partido con gente profana del balonmano y hay reglas que no entienden, el balonmano va a mal si hay cosas que la gente no entiende.
–Me dicen que no es muy partidario de la competición a edades muy tempranas.
–Me parece tremendo que un club como el Barcelona, por dar un nombre, tenga compitiendo equipos infantiles, niños de 12 años que lo que tendrían que hacer es practicar varios deportes sin la presión de la competición y que sea más tarde cuando se decidan por un deporte en concreto. Soy fanático de la escuela francesa, en la que hasta los 15 años están haciendo varios deportes. Creo que hoy en día los clubes tratar de captar demasiado pronto.
–Hablando de Munich-72, usted vivió en primera persona el ataque terrorista contra la delegación de Israel, ¿qué recuerda?
–Salimos a desayunar y cuando llegamos a los comedores, que estaban cerca del edificio donde estaba el equipo de Israel, fue allí cuando nos dijeron que no podíamos pasar. Nos dijeron que teníamos que marchar de la Villa Olímpica. Al volver por la noche vimos cuando sacaban en autocar a los terroristas y los tejados llenos de francotiradores. Luego nos enteramos de lo que pasó, cómo falló el intento de rescate y cómo mataron a los deportistas. Hubo días de mucho nerviosismo, hasta el punto de que en un partido días después nos desalojaron por una amenaza de bomba.
–¿Deportivamente que recuerda de aquellos Juegos?
–Deportivamente creo que tuvimos mala suerte porque llegamos a tener cinco bajas de jugadores importantes del siete titular y eso claro que se notó. Para mí el partido de mayor presión no fue en los Juegos, fue el que jugamos ante Bulgaria en el preolímpico porque sabíamos que o ganábamos o nos quedábamos fuera de los Juegos. Hoy creo que ese partido, sin la presión que teníamos en aquellos momentos, lo hubiéramos ganado mucho más fácil de lo que lo que lo hicimos.
Trayectoria
Lugar y fecha de nacimiento: Gijón, 19 de febrero de 1950.
Trayectoria como jugador: Codema, Sporting, Atlético de Madrid y Barcelona. 76 veces internacional. Olímpico en Munich-72.
Trayectoria posterior: Campeón de Liga y dos veces de Copa. Director técnico de la sección de balonmano del Barcelona. Cofundador del club Handbol Papiol.