La asturiana Laura Fuertes, la primera boxeadora española en unos Juegos Olímpicos: "Hemos hecho un buen trabajo para cambiar estereotipos sobre el boxeo"
"Creo que mi clasificación ha servido para que las niñas que quieran practicar este deporte no tengan miedo y se animen a probar"

Laura Fuertes, en un ring de boxeo. | / @icasares

Laura Fuertes (Gijón, 2000) irá a casa cuando todo pase, cuando se haya batido el cobre en los Juegos de París y se haya convertido en la primera española que boxea en una cita olímpica. Irá a Monteana, a la zona rural de Gijón, donde le esperan los suyos no para celebrar un resultado, sea el que sea, sino un camino del que está muy orgullosa porque ha trabajado y, sobre todo, porque siente que está sirviendo para cambiar cosas, para que ahora sea más fácil que una niña se decida a subirse a un ring y aprender a boxear, que no a pelear.

Laura Fuertes, a la izquierda, durante un combate. | / @icasares
"Creo que ahora la gente está más informada sobre el boxeo, hemos avanzado como sociedad, el boxeo ya no se ve como dos hombres que se pegan sin técnica, la gente ya sabe que no es que se peguen, es que boxean. Es cierto que todavía hay quien piensa que el boxeo es un deporte masculino, pero estamos haciendo un buen trabajo para cambiar estereotipos y sinceramente creo que lo estamos consiguiendo", dice la asturiana desde Asís, municipio italiano de la región de Umbria, donde está concentrada y entrenándose para llegar en perfecto estado a los Juegos de París.
La preparación está siendo larga y Laura reconoce que tiene "ganas" de que llegue la competición: "Está siendo bastante dura, llevamos mucho tiempo fuera de casa, poco tiempo en España, pero ya se está terminando y estoy con ganas de demostrar lo preparados que estamos". La estancia en Italia le sirve para "entrenar al máximo nivel y competir con boxeadores de otras federaciones". Todo con un objetivo que está marcado a fuego desde que consiguió la clasificación: "Buscamos estar al 100% en julio. El boxeo necesita muchas cosas, como gimnasio y otras cosas más específicas, las categorías van por peso y eso también hay que cuidarlo". Desde 2019, Laura reside en Madrid, en el Centro de Alto Rendimiento, y pasa por Asturias lo que puede. La última vez, corta, fue en junio: "Estuve a principio de junio para cargar un poco las pilas, cuando terminen los Juegos ya disfrutaré de Asturias". Un esfuerzo que cansa pero que no le pesa porque la motivación es máxima y el objetivo, ambicioso: "Estoy en buena forma, lo importante es la motivación, la ilusión, eso es lo que te va a dar algo más".
La competición de boxeo en la que participa Laura está ya a la vuelta de la esquina, el día 28 de este mes, es decir, el próximo domingo. Una competición que será dura para la asturiana. "Hay cabezas de serie, que son las que quedaron primera y segunda en los Juegos Europeos. Lo más probable es que a mí me toque competir desde la primera ronda, eso supone más combates, más exigencia y menos descanso", explica. Pero antes de eso vivirá la ceremonia de inauguración, algo que le hace "mucha ilusión".
El caso de Laura ha sido especial por lo que ha significado su clasificación, por ser una pionera, lo que la lleva a sentirse bastante valorada: "La gente me apoya un montón por ser la primera española que participa en unos Juegos, creo que ha servido para que se hable más de boxeo, para que las niñas que quieran practicarlo no tengan miedo y se animen a probarlo. Por todos lados donde voy me van diciendo y preguntando cosas". Su objetivo es dar un apoyo que ella no tuvo en su día: "Cuando empecé no tenía a un referente y cualquier ayuda que pueda darles me gusta".
El suyo ha sido un trayecto singular, comenzando en el boxeo a los 16 años y después de haber competido como nadadora. Una velada lo cambió todo: "Empecé haciendo natación a los 8 años, competía, pero llegó un momento en el que no me motivaba ni entrenar ni competir. Probé primero con el kárate hasta que un día un conocido me llevó a una velada de boxeo, después me apunté con mi padre, que se vino conmigo para que no fuera sola y al final me quedé con el boxeo". Su padre lo dejó, pero ella no.
El camino que la ha llevado de ver una velada a plantarse en unos Juegos Olímpicos responde a una personalidad "competitiva": "Soy una persona muy competitiva, me gustaba competir conmigo misma, mejoré rápido en el boxeo, la competición es lo que más me gusta de hacer deporte". Ella ya sabía lo que era eso por su etapa como nadadora, disciplina de la que se llevó "muchas cosas".
Ahora vienen los Juegos, después ya se verá. No descarta pasar al profesionalismo, pero "no es nada que esté claro". Lo que sí que tratará es de retomar los estudios de Comunicación Audiovisual, que han quedado un poco apartados para llegar a París al máximo nivel, darlo todo y volver satisfecha con el camino recorrido.
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