4-0: Batacazo del Avilés ante el Valladolid B
Los blanquiazules, que apenas hicieron acto de presencia, caen de manera abultada ante los pucelanos y despiertan viejos fantasmas

Frimpong trata de regatear a Josín / @RVcantera
Parecía que no iba a volver a pasar lo de Bergantiños, pero ocurrió. Tras sumar tres victorias consecutivas y cinco encuentros seguidos sin perder, el Avilés volvió a dar un gran batacazo, esta vez ante el Valladolid B. Los blanquiazules apenas hicieron acto de presencia en los anexos del José Zorilla y fueron aplastados por un conjunto que desde el primer momento demostró que se quería hacer con los tres puntos. Frágiles atrás y sin generar peligro en ataque, la actuación de los avilesinos estuvo muy lejos de lo que se le pide a un equipo que aspira a la zona alta de la tabla. La mejor noticia es que, a pesar de la dura derrota, los de Rozada seguirán en los puestos de play-off.
El Valladolid B salió desde el primer minuto a mandar y a imponer su ritmo de juego. El Avilés, que repitió el mismo once que le sirvió para vencer en casa al Ávila, empezó con sus piezas muy juntas, dejando los carriles completamente liberados. La idea, sobre el papel, era taponar el carril central para que los vallisoletanos no pudiesen combinar por dentro, pero nada más arrancar el duelo el plan se vino abajo como un castillo de naipes. El cronómetro no había llegado al minuto 10 cuando, tras varias posesiones largas del filial pucelano, la pelota llegó a Osky cerca de su propio córner. El ovetense, muy presionado, cedió atrás para Álvaro Fernández, que trató de despejar el peligro. Su golpeo se quedó muy corto y cayó en las botas de Frimpong, que lanzó un misil desde fuera del área ante el que nada pudo hacer el guardameta madrileño.
El golpe fue duro, pero peor eran las sensaciones que transmitía el Avilés. Maniatado, no era capaz de combinar una secuencia de pases que le permitiera instalarse en campo rival y poder despejar las ideas. El tanto en contra fue tan solo la consecuencia de un equipo que no se reconocía sobre el terreno de juego. Los de Javi Rozada intentaron reponerse del varapalo con una jugada a balón parado, pero el cabezazo de Babin tras un saque de falta acabó en las manos de Aceves. Esta fue la única acción de peligro blanquiazul en toda la primera mitad, síntoma de que algo no funcionaba.
Los pucelanos se encontraban muy cómodos con la pelota, buscando las cosquillas sobre todo a un Osky que estuvo lejos de su mejor versión. De hecho, el segundo tanto llegó también por el costado izquierdo de la defensa blanquiazul. Tras un saque de banda, la jugada parecía que iba a morir en la esquina, pero una serie de pases del Valladolid B hizo que la pelota llegase al pico del área. Esta vez fue Xavi Moreno el que lanzó un cohete imparable para Álvaro Fernández, diana que acabó de hundir a los de Rozada. Los fantasmas que asomaron en Bergantiños también hicieron acto de presencia en tierras vallisoletanas.
Tras el descanso parecía que había un rayo de esperanza, pero ese espejismo no llegó a durar ni diez minutos. Javi Rozada introdujo dos cambios para intentar darle la vuelta al marcador, sacando a Sergio García y a Callís por Javi Cueto y Soler, y de primeras parecía que la entrada del extremo andaluz era un soplo de aire fresco, pero en el minuto 53 todo se fue al garete. Josín cometió un penalti, muy dudoso, sobre Jorge Delgado al intentar arrebatarle la pelota por detrás. El árbitro no dudó, señaló la pena máxima y Adrián Verde fue el encargado de transformarla. Disparo seco a su derecha y 3-0.
El Avilés, que por momentos dio la sensación de que podía levantarse de la lona, estaba totalmente hundido. Sin capacidad para asociarse ni para generar ni el más mínimo peligro, los blanquiazules dejaron que pasasen los minutos para que el mal trago acabase lo antes posible. En el 60 fue Xavi Moreno, el hombre del partido, el encargado de cerrar el resultado. El extremo agarró la pelota en el centro del campo y, tras imponerse por velocidad a Osky, se plantó en el área, donde también superó a Álvaro Fernández. Los vallisoletanos tuvieron hasta tres ocasiones más para conseguir una «manita», pero el marcador no se volvió a mover.
Los fantasmas del Bergantiños volvieron a aparecer en Valladolid. El Avilés dejó en los anexos del José Zorrilla una imagen muy pobre, lejos de lo que se ha visto en los últimos encuentros, y regresó con una derrota merecida. No hay que alarmarse en exceso, ya que hasta este duro varapalo los avilesinos sumaban tres victorias consecutivas, pero no es la primera vez que sucede algo así. Ahora toca pensar en el Compostela, rival al que se enfrentan el próximo sábado en el Suárez Puerta.
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