Un gol del hijo de un mítico ex del Oviedo condena a un gran Langreo (0-1)

El Ávila, más eficaz, se lleva los tres puntos de Ganzábal ante un notable equipo de Acebal

Omar Álvarez pelea el balón con el visitante Javi Pascual.

Omar Álvarez pelea el balón con el visitante Javi Pascual. / David Cabo

Dani Ruiz

Derrota dolorosa por injusta la que sufrió ayer un gran Langreo en Ganzábal contra el Ávila. A pesar de haber contado numerosas oportunidades para hacer más de un gol, los de Acebal se fueron de vacío frente a un conjunto de abulense que, pese a su inferioridad en el juego, supo sacar máximo provecho de su puntualidad en las áreas para llevarse tres puntos de su visita a Asturias en un choque que a punto estuvo de igualar el portero local Adrián Torre en el último suspiro de partido en un remate de cabeza picado tras una falta botada por Álex Menéndez que pudo de desatar el delirio en Ganzábal.

El Langreo salió decidido a ganar desde el minuto uno para prolongar su buena racha de cuatro encuentros consecutivos sin perder. La primera ocasión del choque fue de Vanderson, que perdonó en el duelo al sol contra Álvaro De Pablo. Respondió el Ávila por medio de un remate de Vitolo, que obligó a empeñarse a fondo a Adrián Torre. Sin embargo, el dominio seguía siendo local y de nuevo Vanderson, a cinco minutos del descanso, remató al palo a la salida de una falta lateral.

Ante la superioridad del Langreo, el técnico del Ávila, Mikel De la Fuente, movió el banquillo e introdujo tres variaciones, una por línea, para tratar de reanimar su equipo. Pero el dominio seguía siendo del Langreo, que descontaba ocasiones sin conseguir anotar el tanto que hiciese justicia a su buen hacer.

Sin embargo, cuando el tanto local parecía al caer, llegó un gol visitante que dejó helado a Ganzábal. El espigado Mario Rivas (hijo del exoviedista Antonio Rivas), tras una buena jugada en banda derecha, cruzó el balón fuera del alcance de Torre para poner por delante al tercer clasificado del grupo I de Segunda Federación.

El Langreo respondió al mazazo con personalidad, redoblando sus esfuerzos por conseguir el tan esquivo premio del gol. Pero la suerte siguió dando la espalda a los de Acebal y Vanderson volvió a encontrarse con el palo. Finalmente, el denuedo del Langreo, que tuvo en la cabeza de Adrián Torre su última chance, resultó insuficiente para sacar el botín merecido en una tarde desafortunada en Ganzábal.

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