Espectacular remontada del Avilés (2-1): los blanquiazules tumban al Salamanca en el tiempo de descuento
Momoh, debutante, y Javi Cueto anotaron los goles de los locales en un encuentro marcado por el mal tiempo

Nico Fernández conduce el balón ante la presión de Loren / Ricardo Solís
Todo parecía perdido cuando en el marcador del Suárez Puerta corría el minuto 80. El Salamanca estaba con un 0-1 a favor y las sensaciones hacían pensar que se iban a ir del feudo avilesino con los tres puntos bajo el brazo. Alguno incluso se atrevió a irse del estadio. Pero con este Avilés todo puede pasar. Prueba de ello es lo que ha ocurrido hoy. Javi Cueto, en el 83, y Momoh, en los últimos compases, han dado al Avilés una victoria con la que nadie contaba. Puñetazo sobre la mesa de los de Javi Rozada, que tumban a un rival directo y se acercan al Ávila, tercer clasificado. Estos tres puntos saben a gloria si, sobre todo, se tiene en cuenta cómo estaba todo quince minutos antes de que el árbitro pitase el pitido final.
La primera parte estuvo marcada las diferentes interrupciones que tuvo el juego, con faltas (muchas faltas) para ambos conjuntos. Ninguno de los dos equipos era capaz de dominar el duelo y el partido se disputó, sobre todo, en el centro del campo. El Avilés trataba de desbordar por los costados, pero le faltaba ese último toque que dejase a los delanteros delante del guardameta rival. El Salamanca tenía más peligro en sus acometidas, pero sin llegar a tener una buena ocasión que metiese el miedo en el cuerpo a los blanquiazules.
Cabe destacar el trabajo en la presión de los de Javi Rozada. Al estar emparejados los sistemas (ambos equipos formaron con un 4-4-2), los futbolistas del Avilés podrían hacer marcajes individuales a los del Salamanca, lo que torpedeaba las acciones combinativas de los visitantes. Solo algún error de concentración y balón a la espalda lograba generar algo de peligro, pero los blanquiazules se afanaban a morder en la salida de balón rival para que eso no ocurriese.
Las notas más positivas del Avilés fueron Nico Fernández e Isi Ros. Ambos trataban de, con un regate o una acción individual, conseguir que la balanza cayese del lado avilesino, aunque sin resultado. El extremo madrileño fue el más incisivo de los dos, teniendo varios momentos donde sacó a relucir su buen estado de forma. Pero ni él ni el banda murciano tuvieron una jugada con la que metiesen en problemas a Jonvi.
En el otro lado del campo Álvaro Fernández sí que tuvo que esmerarse para repeler un par de disparos del Salamanca. Primero fue Emaná el que probó al portero, con un chut cercano que se marchó al córner. Esta jugada a punto estuvo de encender todas las luces de alarma, ya que al despejar el saque de esquina el madrileño se hizo daño en el hombro, pero tras varios minutos decidió que estaba para continuar. Tras esta acción tuvo dos buenas manos más, una a un disparo de falta y otra tras una buena combinación de los salmantinos, para dar tranquilidad a los aficionados del Avilés.
A Rozada no le tembló el pulso y al descanso introdujo dos cambios, para meter más pólvora en ataque. Sacó a Isi Ros y a Natalio por Davo Fernández y Javi Cueto y parecía que el equipo tenía una marcha más. Que le pregunten a Santamaría, que protagonizó una gran arrancada en la contra del córner para, desde su propio campo, plantarse en el área rival. Su disparo, eso sí, lo despejó Jonvi. Tuvo otra gran ocasión el Avilés, con una banana de Gete desde el costado a balón parado, pero el balón se paseó por el área sin encontrar rematador.
Tras este arreón, que parecía volcar el campo para el lado blanquiazul, llegó el jarro de agua fría. Souley recibió la pelota en el pico del área e intentó marcharse de Callís. El defensor catalán metió cuerpo para no dejar pasar al salmantino, pero el rival encontró un recoveco para colgar un centro al segundo palo. Allí apareció por sorpresa Loren, que remachó la jugada para adelantar al Salamanca.
Ya por detrás en el marcador llegó una mala noticia. Santamaría, que en la jugada en contra dio un golpe a un rival, tuvo que retirarse del campo al sufrir una lesión en esa acción. Entró al terreno de juego Edu Cortina y, con ello, el Avilés pasó a formar con un 4-2-3-1 con Javi Cueto como única referencia arriba y Kevin Bautista como mediapunta.
A pesar del cambio táctico, el Avilés no era capaz de darle la vuelta al marcador. La gente ya pensaba que el encuentro iba a terminar con derrota, algunos incluso ya habían abandonado sus asientos, pero, de repente, todo cambió. Tras una jugada muy turbia el árbitro decretó penalti para los avilesinos. Javi Cueto anotó, con una sutileza extrema, desde los once metros para rescatar un punto balsámico para los blanquiazules. Y a punto estuvo de dar la victoria a los avilesinos, pero se le escapó un control en los últimos compases del duelo.
Ese momento estaba destinado para Momoh, debutante. No tenía ni el nombre en la camiseta, pero hoy quería ser protagonista. Corría el descuento cuando Cueto recuperó el balón en el borde del área para cedérsela a su compañero de ataque. Llegar y besar el santo. Su disparo se coló en el fondo de la red y desató la locura en el Suárez Puerta.
Con este son ya cuatro los partidos que el Avilés suma sin conocer la derrota y ahora suma dos victorias en este 2025. Hoy la empresa era muy complicada, por momentos todo parecía perdido, pero finalmente han conseguido rescatar tres puntos que sabe a gloria para los intereses blanquiazules. Además, así siguen amarrados a los puestos de play-off y acercarse al Ávila, el gran objetivo.
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