Poco fútbol en el Suárez Puerta

El derbi entre el Avilés y el Langreo finaliza con un empate sin goles en el que hubo escaso espectáculo ante unas gradas que registraron una gran entrada

Kevin Bautista cabecea un balón ante Nacho López.  | MIKI LÓPEZ

Kevin Bautista cabecea un balón ante Nacho López. | MIKI LÓPEZ

Jorge Valverde

Jorge Valverde

Avilés

Abril ya no es mes de cómos y formas, sino de qués y fondos, así que el monumental cerocerismo que ayer se coció en el Román Suárez Puerta seguramente fue del agrado de los contendientes, pero no de una concurrencia que quizá haya sido la más elevada de la historia en día laborable. La trigésimo quinta edición del combate liguero más versionado sobre el cuadrilátero de La Exposición estuvo en desacorde con la expectación.

La teoría dice que la alineación avilesista no fue acorde con las declaraciones previas de Javi Rozada –"Nos jugamos un poco más que el Langreo"–, al menos por el elevado número de pesos pesados de la línea de vanguardia que quedaron en la reserva: hasta 20 goles empezaron descansando en el banquillo blanquiazul. En el equipo inicial, apenas figuraban cuatro jugadores con más de 1.500 minutos en Liga.

Por la otra parte, las palabras del técnico rojiazul, Pablo Acebal –"vamos con la idea de ser valientes", tampoco es que tuvieran reflejo, ya que ese término tan horrorosamente puesto de moda, el de la "fase ofensiva", el Langreo no lo hizo ver por ningún sitio. El míster visitante nunca perdió como jugador, y con cuatro equipos, en sus seis visitas ligueras al Suárez Puerta. En su primera como técnico, aguantó el envite.

La primera parte evolucionó desde una inicial intensidad, más o menos existente, a la parsimonia, a eso que se conoce por respeto mutuo, que no es más que un pacto de no agresión. El poder de intimidación de Jean Babin y Julio Rodríguez no animó a que el Langreo se soltara, mientras que, en la rotura de ambas líneas de tres cuartos, poco más se vio que un par balones paseando por las áreas y otras tantas acometidas de Éric Callís, sin destinatario.

De cara a la segunda parte, había mucho margen de mejora, pero fue eso, la mejora, lo que quedó al margen. Y eso que, a los 19 segundos, acontecía lo no visto, un propulsar la pelota entre palos, que David Momoh, de estreno en la titularidad, propició que la grada se enterara de que el Langreo venía con portero. La jugada no pasó de aparente, pues la abstención volvía a imperar. Para que la fluidez no surgiera, hasta el árbitro parecía dispuesto a colaborar con sucesivas señalizaciones de "personales" propias del baloncesto. Incluso los auxiliares del Langreo, que tampoco se encarnaban en Usain Bolt para llegar hasta los lesionados.

De lo que se trataba era de saber cuándo iba a romper aquello. El presagio venía acompañado por la entrada de Álvaro Santamaría e Isi Ros y, en el minuto 65, un balón raso que Davo Fernández atiborró de veneno en paralelo a la línea de gol no encontró rematador. En responder, el Langreo tardó diez minutos, con una falta que, a modo de centro chut, estremeció desde que salió de la bota derecha de Miguel Guerrero.

El cero a cero de catedral se rebajó a ermita un par de veces más, cuando, en el minuto 83, Juan López voleaba a quemarropa para recordar el porterazo que tiene el Real Avilés, y en el 94, con la vaselina de un Isi Ros dispuesto a desquiciar, como en otros precedentes, a los langreanos.

El "punto ser punto" fue la conclusión de un partido, digamos, arancelario. Mucha intervención y poco negocio.

"El empate es justo". Así de rotundo se mostró Pablo Acebal, entrenador del Langreo, tras las tablas entre su equipo y el Avilés. "Nosotros tuvimos nuestras opciones, una muy clara de Juan López. No estuvimos acertados cuando estuvimos mejor que el Avilés, generamos mucho, arriesgamos, pero sin acierto", analizó el gijonés, que cree que fue un duelo marcado por el respeto entre ambos conjuntos. Acebal apuntó que ahora deben hacer bueno el punto este domingo ante el Llanera, porque necesitarán ganar los tres próximos partidos para colarse en el play-off. "Nos hemos ganado el derecho a soñar, aunque está difícil. Vamos a luchar por entrar y si conseguimos el premio de la Copa del Rey se celebrará. Igualmente es una temporada para estar orgulloso del equipo", afirmó.

Javi Rozada, entrenador del Avilés, califico el derbi ante el Langreo como un partido "distinto y donde no han pasado muchas cosas", aunque cree que "los mejores acercamientos fueron nuestros". El ovetense destacó el sacrificio defensivo de su equipo, ya que "ellos no conectaron con sus delanteros, algo en lo que Gete fue clave y, además, no queríamos encajar gol". Sobre las rotaciones masivas del Avilés, el técnico explicó que "podemos jugar un play-off y no nos podemos arriesgar a que alguien se rompa". "Es precipitado jugar tres partidos en una semana, quería quitarme este encuentro del medio", aseguró Rozada, que tuvo palabras de elogio para su afición. "Chapó por ellos, jugaron un papel decisivo para que no sufriésemos, nos han empujado", sentenció.

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