El Avilés se deshace en la segunda parte: contundente derrota de los blanquiazules ante el Rayo Cantabria (4-1)

Los de Rozada, que cuajaron un gran primer parcial, no pudieron contener al Rayo Cantabria, que los goleó

La derrota del Ávila los mantiene terceros

Una acción del partido

Una acción del partido / @RacingCantera

Área 11

Astillero

Difícil explicación tiene lo vivido en la mañana de ayer en La Planchada. Difícil, porque el Avilés mostró su mejor cara en un primer tiempo muy serio, en el que fue superior al filial racinguista. Una superioridad que se vio reflejada en el marcador con el gol de Álvaro Santamaría en el minuto 28, que dejaba bien encarrilado el choque.

Cuesta imaginar qué pudo decir el técnico local a sus jugadores en el intermedio, porque el conjunto rayista salió como un vendaval tras la reanudación, dándole la vuelta al resultado en apenas ocho minutos, con los goles de Quicala Bari y Sergi Baldrich, en parte gracias a una zaga que no estuvo a la altura. Álvaro Fernández, que había evitado el empate con una gran intervención a un testarazo de Baldrich en el minuto 50, falló estrepitosamente en el 66: se tragó un saque de esquina botado por Ángel Pérez y dejó el balón muerto en el área pequeña, donde Baldrich aprovechó para firmar su doblete. Lejos de mejorar con los cambios, el conjunto avilesino quedó expuesto a las constantes contras de un Rayo Cantabria que puso el broche a su gran segunda parte con el gol de Diego Díaz en el minuto 107. Una prolongación tan larga se debió a la indisposición de un auxiliar de García Arriola en el minuto 78, que obligó a detener el encuentro durante casi un cuarto de hora para ser sustituido por un árbitro cántabro presente en la grada.

El Avilés ya había metido el miedo en el cuerpo a la afición visitante cuando solo se llevaban disputados tres minutos. Un disparo demasiado centrado no pudo ser atajado por el portero rayista, y el rechace en el área pequeña lo recogió Álvaro Santamaría, que sirvió el gol en bandeja a Natalio para que empujara el balón de cabeza a la red. Sin embargo, el delantero se encontraba en posición ligeramente adelantada y la acción fue invalidada.

El encuentro discurría con un ligero dominio local. El Avilés tenía en las arrancadas de Álvaro Santamaría y en las internadas por banda derecha de Isi y Soler sus principales armas ofensivas. Ángel Pérez avisó de su talento al cuarto de hora, con una internada por la derecha que culminó con un disparo escorado que se estrelló en el lateral de la red.

En el minuto 28, una buena combinación entre Isi y Soler acabó con un centro del lateral al área. El balón golpeó en el cuerpo de Gomeza y desvió su trayectoria lo justo para despistar al portero rayista, facilitando que Álvaro Santamaría rematara a placer en boca de gol.

Los pupilos de Javi Rozada controlaban casi a la perfección los ataques del conjunto verdiblanco, que casi no generó peligro. Todo cambió tras el descanso. En el 47, un error colectivo de la zaga avilesina al despejar el balón permitió que el esférico llegase a Quicala Bari, que con un certero zurdazo igualó el marcador. Seis minutos después, una falta lateral botada por el aragonés fue cabeceada por Sergi Baldrich al fondo de la red, culminando la remontada.

En el 66, Álvaro Fernández se tragó un nuevo saque de esquina –cómo no, botado por Ángel Pérez– y dejó el balón muerto en el área pequeña, donde Baldrich no perdonó el 3-1. Solo la indisposición de uno de los asistentes del colegiado vasco García Arriola en el minuto 78, que tuvo que ser reemplazado por un árbitro cántabro que se encontraba en la grada, frenó momentáneamente la avalancha de juego del filial racinguista. Diego Díaz redondeó la exhibición visitante ya en el tiempo añadido con el cuarto gol del encuentro. Sin embargo, tras la derrota del Ávila por 2-1 ante el Valladolid Promesas, el Avilés se mantiene tercero.

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