Este Alimerka Oviedo Baloncesto es de Primera FEB: aplastante victoria (105-69) al Real Valladolid para rozar la salvación
El equipo asturiano cuaja un partido perfecto ante un rival directo y deja virtualmente asegurada la salvación en una liga de la que es el decano

Ike Nweke se dispone a anotar ante Shemar Wilson y Eric Demers. | / IRMA COLLÍN

El Alimerka Oviedo dio ante el Real Valladolid una lección de cómo hay que afrontar los momentos difíciles, los partidos tensos, esos que cambian tanto el futuro dependiendo de que caigan de tu lado o del contrario. Desde el primer segundo, se vio la mejor versión de un equipo que lo hizo todo bien, que tuvo el acierto que le faltó otros días y que, sobre todo, se dejó todo en la pista para lograr una victoria que despeja el camino de la salvación. A falta de tres jornadas, le sacan dos victorias a tres equipos, con una sola plaza de descenso en juego. No es matemático pero casi.
Tener el objetivo asegurado a tres jornadas del final, con un presupuesto como el del OCB, es algo de un mérito que se aprecia quizás más desde fuera que desde dentro. Plantilla y jugadores del Valladolid, sobrepasados por el equipo de Oviedo, se rindieron a la forma en la que juega este equipo, al jugo que le sacan a los pocos recursos que tienen. No es que no quisieran es que, tal y como se dio el partido, nunca pidieron ante un Oviedo Baloncesto que divirtió y se divirtió en un Pumarín que se agota.
El partido fue todo el rato igual, con algunos momentos que pudieron sembrar alguna pequeña inquietud en la parroquia local en la primera parte, pero siempre con una agresividad en defensa que compensaba cualquier error en defensa. Valladolid nunca pudo poner el ritmo, quizás más pausado, que le hubiera interesado para disputar este encuentro.
Fue un día feliz para Valinotti, que acabó con 21 puntos, pero cuyo partido fue mucho más que eso. Obligado a tomar el relevo del lesionado Dan Duscak en la dirección de juego, estuvo mucho más sereno, sin perder la explosividad, que en el partido que el equipo azul perdió ante el Gipuzkoa en la anterior jornada.
Pero los protagonistas fueron mucho más y ahora que acaba la temporada es justo empezar a valor su labor. Hay un jugador que nunca falla en este equipo, que en un día anota más triples y otros días menos, pero que siempre se lo deja todo y hace un trabajo encomiable en defensa. Es Lobaco. Su temporada está siendo sensacional. Como la Cosialls, del que se puede decir algo parecido pero en el juego interior. Los dos fueron claves en la victoria, pero han sido todavía más importantes en la solidez del equipo. Como lo es Martí, que venía de algunos partidos en los que las cosas no le habían terminado de salir, y al que sus compañeros buscaron hasta que dio una buena versión. .
Hasta Alonso Faure, una apuesta del OCB para el futuro, tuvo un buen momento al final en un partido que está a la altura de la historia de Pumarín, un lugar al que le quedan dos citas como casa del Oviedo Baloncesto. El Palacio de los Deportes es el futuro, pero el pasado, tan importante, siempre estará Pumarín. Un pasado que ha sido muy feliz para todos los que han tenido la suerte de vivirlo.
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