Entrevista exclusiva con Javi Rozada, entrenador del Avilés, tras conseguir meter al equipo en play-off: "La temporada ya es de ocho y medio, pero buscamos la matrícula"

«Vamos a dar todo para conseguir el ascenso», asegura el ovetense, que ha conseguido llevar al equipo del play-out a soñar con la promoción. «Los primeros meses del año han sido los más duros de mi carrera», reconoce

Rozada, entrenador del Real Avilés

Rozada, entrenador del Real Avilés / Miki López

Noé Menéndez

Noé Menéndez

Avilés

Hace menos de un año el Avilés era un equipo que trataba mantener la categoría. Ahora sueña con el play-off. Uno de los grandes culpables de este giro es Javi Rozada (Oviedo, 1982), técnico que salvó al equipo y que ahora le ha conducido a una nueva fase de ascenso. Antes de un mes muy ilusionante, el ovetense atiende en exclusiva a LA NUEVA ESPAÑA para hacer un repaso a lo que ha sido todo este tiempo, la crisis de estos meses, la dimisión que se planteó y cómo puede ser el futuro del cuadro blanquiazul.

El Avilés es equipo de play-off. Ha tenido que sudar tinta para ello.

Estoy muy contento. Era nuestro objetivo, meter al equipo entre los cinco primeros, y además hemos conseguido asegurar el factor campo en la primera ronda. Ahora toca prepararse para el play-off, ojalá conseguir el sueño del ascenso.

Ha pasado de salvar al equipo del descenso a poder soñar con un ascenso.

El final de la temporada pasada fue muy complicado. Llevaba mucho sin entrenar, estaba con ganas y me gustaba el proyecto, pero la situación era difícil. Cuando me puse a analizar al Manchego vi a un equipo con grandes jugadores, que no había perdido, y nosotros estábamos en una situación totalmente distinta. Conseguí tocar las teclas indicadas y por suerte todo salió bien.

¿Cuándo decidió fichar por el Avilés vislumbraba este cambio?

Siempre pensé que este equipo podía pelear el ascenso. Al Avilés fui en una situación mala, pero en mi cabeza tenía claro que iba a hacer un gran proyecto. Me gustaba lo que veía desde fuera, lo que transmitían el club y el entorno. Soy una persona ambiciosa. Cuando fiché por el Lealtad me dijeron que fuese a salvar al equipo y les dije que nada, que yo les iba a meter en play-off. Al final quedamos campeones. Siempre he sido ambicioso, creo que es clave para sacar resultados. Por eso tenía claro que el Avilés no iba a ser menos. Además, durante estos meses hemos hecho un gran trabajo para seguir profesionalizando el equipo.

En verano vivió una gran revolución en la plantilla, con un nuevo director deportivo y dieciséis fichajes.

La responsabilidad de la plantilla fue de Miguel Linares y de Diego Baeza, yo no estaba capacitado para ello, llevaba mucho tiempo fuera. Opiné de jugadores y propuse otros, como Javi Cueto, Alarcón o Josín, pero la última palabra siempre era suya.

En la afición había cierto nerviosismo por fichajes como Kevin Bautista, que llegaban con poco cartel y de equipos descendidos.

Yo me centraba en saber todo del jugador, sobre todo en el tema personal. Llamaba a conocidos para que me diesen referencias. Me ayudó mucho Diego Cervero que, por ejemplo, jugó con Viti y Kevin Bautista. Esa ayuda me vino muy bien.

Por lo que dice, la relación con Linares ha sido muy fluida.

Tenemos una relación buena. Para mí suponía un reto, la verdad. En el Lealtad y en el filial del Oviedo tenía mucho poder de decisión para fichar, en el primer equipo azul también tuve mucho que ver en los fichajes de invierno… Es verdad que en el Racing choqué con la directiva, porque teníamos puntos de vista diferentes. Es algo que nunca había tenido antes, pero tanto con Miguel Linares como con Antonio Cruz (secretario técnico) la relación ha sido muy buena. Hemos tenido nuestras discusiones, pero siempre mirando por lo mejor para el club.

Uno de los puntos polémicos de la primera mitad de año fue la Copa Federación, cuando pareció no importarle la eliminación.

Me pidieron que la ganase. El club puso el factor campo y se dio todo para hacerse con ella, creo que contra el Marino se vio. En la fase nacional hubo un malentendido con el club. Priorizamos la liga porque el equipo no estaba preparado para competir en dos competiciones. Jugar la Copa del Rey era muy difícil. Sabíamos que los ingresos al club le podían venir muy bien y estaba la ilusión de jugar contra un Primera, pero ya estaba empezando la crisis de lesiones. Si el camino fuese más sencillo hubiésemos matado por ello. Me arrepiento de mis declaraciones tras el encuentro contra el Lealtad, me sentía el responsable de lo que había pasado. Los mensajes que mandé fueron erróneos.

El gran hándicap de los primeros meses fue la brutal crisis de lesiones que vivió el equipo.

Fue un caos. Después del partido ante el Lealtad cayeron Gete, Viti y Davo. Cuando me di cuenta estábamos entrenando once jugadores. En la primera vuelta el único pivote en la mayoría de partidos era Kevin Bautista. Estaba Josín, pero llevaba muchísimo tiempo sin jugar en esa posición. Miguel Méndez y yo sufrimos mucho para hacer las alineaciones, pasamos noches sin dormir. Fue muy difícil, hasta llegamos a jugar con cinco defensas, algo que a mí no me gusta. Tiene mucho mérito que no nos hubiésemos caído y que siguiésemos compitiendo.

¿Cómo fue la gestión de la baja de Mecerreyes?

Ha sido lo peor que he llevado este año. Me dio mucha pena. Hizo una pretemporada espectacular, empezó la liga muy bien, pero en el encuentro ante el Bergantiños nos dimos cuenta que sus datos físicos habían bajado mucho. Nos chocó, porque no había jugado la Copa Federación para reservarle, pero no le dimos mucha importancia. El siguiente viernes estaba comprando y me llamó para contarme lo que estaba pasando. Casi se me saltan las lágrimas, me quedé en shock. Fue una situación complicada. Le admiro mucho, tanto en lo personal como en lo profesional. Estuve en el hospital con él, sufrí mucho porque es un chaval con todo por delante y nunca sabes que puede pasar. Cuando regresó fue una alegría inmensa para todos.

El peor mes de todo el año fue el de diciembre, cuando el equipo se cayó por completo.

Fueron semanas complicadas. Acabamos fatal la primera vuelta, tanto por resultados como por sensaciones. No éramos un equipo reconocible y yo tenía parte de la responsabilidad. Tras jugar contra el Numancia exploté, porque lo veía todo negro.

¿Llegó a plantearse dimitir?

Sí, porque estaba sufriendo. Veía que Edu Cortina seguía sin jugar, lo de Mecerreyes, todos los jugadores lesionados… Fue muy duro. Me planteé dimitir, pero tuve una reunión con Baeza donde nos dijimos muchas cosas y buscamos unos puntos en común, para seguir adelante.

¿Han sido los meses más duros de su carrera?

Con diferencia. Me ayudó mucho estar en casa, con mis padres y mi hermano, y tener a Miguel Méndez. Tiene mucha hambre, mucho conocimiento, y ha sido de gran ayuda. Tiró mucho de mí. También tengo mucho que agradecer a gente del staff como Joaquín Alonso o Alex Garaot (entrenador de porteros), que son dos fenómenos.

Quién le iba a decir que, a partir de ese momento, estaría catorce partidos sin perder.

Era lo último que me esperaba. Fue algo que íbamos viendo poco a poco y no le dábamos ni importancia. Se notó un cambio muy importante en el equipo, recuperamos jugadores como Gete, que nos permitió volver a tener disponibles a dos pivotes; preparamos bien los partidos…

Más allá de la disponibilidad de jugadores, ¿qué ha cambiado en el Avilés respecto a la primera vuelta?

La preparación física. El fichaje de Hugo Laviana fue clave. Empezamos a entrenar menos tiempo y más centrados en mi estilo de juego. Yo tengo mi responsabilidad por lo anterior, al final todo pasa por mí, pero antes entrenábamos mucho tiempo y nos faltaba repetir esfuerzos, que es muy importante en mi estilo. Ha sido un gran acierto de Miguel Méndez. Los dos fueron mis capitanes en el cadete del Oviedo, me conocen a la perfección y saben lo que quiero. Laviana ha preparado al equipo para que no haya más lesiones y, además, lo ha hecho de una manera muy elegante.

Durante estos meses se ha visto la mejor versión de jugadores como Santamaría, Kevin Bautista o Javi Cueto. ¿Qué ha hecho con ellos para exprimirlos al máximo?

Son buenos jugadores que, además, están en una gran edad para seguir creciendo. Me encanta ayudar a los futbolistas a que lleguen al fútbol profesional. Quiero que me recuerden como un entrenador que les ha echado una mano para conseguir sus objetivos. A Santamaría le digo que tiene el potencial para llegar a ser profesional, este año lo está demostrando; con Cueto quiero recuperar las sensaciones de cuando estaba en Atlético de Madrid o Algeciras, algo que está consiguiendo gracias a todo su trabajo; y Bautista creo que no había encontrado ni el sitio ni el entrenador adecuado, porque las condiciones las tiene.

¿Tiene alguna espina clavada?

Creo que le hemos sacado rendimiento a casi todos los jugadores, quizás me ha faltado exprimir a Alarcón. Le conozco bien, estuvo conmigo en el Vetusta y después fichó por el Burgos en Segunda. Me duele no verle contento, que no podamos disfrutar de su mejor versión. Ahora tenemos el play-off por delante, ojalá recuperarle y que vuelva a ese nivel.

¿Cómo es su relación con Natalio? Este año, con el gran nivel de Cueto y Santamaría, ha pasado a ser suplente.

Ha sido siempre buena. Tenemos dos tipos de relación, la de entrenador-jugador y la de amigos. Es un ejemplo dentro del vestuario, casi no se ha perdido ningún entrenamiento y siempre da el 100%. Me quedo asustado con él. Cualquier problema que hay, Natalio lo soluciona. Estoy muy contento con él. Y te diré que ha jugado bastante, yo creo que ni él se esperaba jugar tanto y llevar tantos goles.

¿Avilés se puede ilusionar con el ascenso de su equipo?

Creo que ya se están ilusionando. Hemos estado catorce partidos sin perder y en la segunda vuelta hemos ganado casi todo en casa. Nosotros vamos a darlo todo por conseguir el objetivo, estamos dando parte de nuestras vidas por ello. Por trabajo no va a ser. Espero que la afición se vuelque por ello.

En los últimos meses ha mandado algún recado a esa afición.

No se dan cuenta de que cuando nos apoyan ganan partidos. Están los ejemplos fuera de casa de Torrelavega, Langreo o Luanco. La gente de la ciudad no es ni del Madrid ni del Barcelona, ni del Sporting ni del Oviedo, son del Avilés. Cuando la afición está conectada el equipo rinde más. Dependemos mucho de ellos, queremos que se sientan orgullosos del equipo. Si vamos todos juntos podemos conseguir nuestro sueño.

Cierta parte de la afición no acaba de entender alguna de sus alineaciones. ¿Entiende las críticas?

Entiendo todo, al final esto es fútbol. Vengo de estar en Oviedo y Racing, donde estás muy expuesto. Siempre tengo como ejemplo a Ancelotti, que a pesar de todas las críticas que tiene ha ganado todo. Forma parte del fútbol, hay que estar preparado para ello. Intento sacar el lado bueno de ellas.

¿El Avilés será en junio equipo de Primera Federación?

Ojalá. Las eliminatorias se me dan bien, pero va a depender de detalles. Tenemos que llegar bien a nivel psicológico, sin lesiones y, a partir de ahí, preparar muy bien los partidos. Sé que el equipo va a responder. No puedo asegurar el ascenso, porque el nivel va a ser alto y nos pueden tocar equipos difíciles, pero por trabajo y talento no va a ser.

¿Ya ha ojeado a los posibles rivales?

Algo hemos visto. Miguel Méndez lleva tiempo ojeándolos y tengo que decir que me enfadaba con él, porque yo quería certificar primero el play-off. Estamos semana hemos mirado cosas, pero todo dependerá de esta jornada. No va a haber ningún rival sencillo.

¿Qué nota le pone a la temporada? 

Le pongo un notable alto, un ocho y medio. Si pasamos de ronda le pongo un sobresaliente y, si ascendemos, una matrícula de honor. De este mes dependerá la nota final. Por mucho que estamos de notable ahora llega lo más importante del año. Juegas con las emociones de todo el mundo, hasta de la dirección deportiva, que no han tenido un año sencillo. Tengo mucho que agradecerles, no se han perdido ningún entrenamiento y nos han dado mucha confianza.

Otro equipo que sueña con ascender es su Oviedo. ¿Cómo le ve?

Llevan años haciendo las cosas bien. Cuando yo estuve no había ni la profesionalidad ni el nivel de plantilla que hay ahora, parece un club distinto. Están preparados para ascender. Antes podía sonar la flauta, pero era muy difícil. Pachuca está dando todo por ello. El ascenso directo es complicado, tienen que ganar los dos partidos que tienen por delante para ello, pero el play-off está casi asegurado. Yo no querría enfrentarme al Oviedo en una eliminatoria.

¿Qué opinión tiene de la nueva propiedad?

No tengo el conocimiento para evaluarlo desde dentro, pero desde fuera dan sensación de profesionalidad y de saber a dónde van. Quieren meter al Oviedo en Primera y están dando todo por ello. Tengo amigos dentro que me hablan muy bien. De mi cuerpo técnico están Berto Martínez, Benavides, Mauro… También está Diego Cervero. Todos me hablan maravillas.

¿Qué ve más probable, el ascenso del Avilés o el del Oviedo?

Creo que los dos tienen las mismas posibilidades. Tanto el Avilés como el Oviedo son equipos a los que nadie se quiere enfrentar. Míranos a nosotros, llevamos 17 porterías a cero y casi no hemos perdido este año. Los rivales yo creo que quieren evitarnos, como le pasa al Oviedo. Ojalá un verano con un ascenso de los dos.

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