Álvaro Fernández da un balón de oxígeno al Avilés: buen empate ante el Antoniano (0-0)
El madrileño sacó un penalti en los últimos minutos y ahora la eliminatoria se decidirá en el Suárez Puerta
Una acción del partido / Área 11
Todo se decidirá en el Suárez Puerta. El Avilés se fue de Lebrija con un buen empate que a punto estuvo de complicarse, pero Álvaro Fernández, una vez más, volvió a hacerse gigante. El meta madrileño paró un penalti en los últimos minutos que da vida a los blanquiazules, que se la jugarán el próximo domingo en su feudo. Gran encuentro también de Babin, gigante en defensa, que marcó la diferencia.
Le costó al Avilés adaptarse al Municipal de Lebrija. El ambiente, con las gradas a reventar de aficionados andaluces, se hizo notar en los primeros minutos, con un Antoniano logrando tener la pelota con tranquilidad. Rozada apostó por un 4-3-3, con un trivote formado por Gete, Kevin Bautista y Mecerreyes y, unos metros por delante, el tridente Isi Ros-Santamaría-Davo Fernández.
Tras acostumbrarse al sintético andaluz, el Avilés empezó a mostrar poco a poco su juego. Davo Fernández y la banda derecha empezó a ganar protagonismo, tratando de buscar las cosquillas al lateral izquierdo rival, Caro, que brilla más en el aspecto ofensivo que en defensa. El Antoniano trataba de dormir el encuentro desde la posesión, con Joao tratando de calmar los ánimos locales, pero cada vez que la pelota caía en la zaga, los blanquiazules se encargaban de, con un desplazamiento rápido, conectar con los puntas avilesinos.
Diego Barrios (1);
Álvaro Caro (1), Guille Campos (1), Guti (1), Chacartegui (1);
Jaime López (), Joao (2), Juanfran (1);
Nacho (1), Cevallos (1), Javi (2)
CAMBIOS
Raúl Rojas () por Nacho, min. 77.
Álvaro Fernández (3)
Soler (1), Babin (2), Josín (), Viti (1);
Mecerreyes (1), Gete (1), Kevin Bautista (1);
Davo Fernández (2), Santamaría (1), Isi Ros (1)
CAMBIOS
Alarcón (1) por Davo Fernández, min. 74. Javi Cueto (1) por Santamaría, min. 74. Nico Fernández (s. c.) por Mecerreyes, min. 82.
Kevin Bautista fue el primero en meter el miedo en el cuerpo a Diego Barrios, pero su zapatazo desde fuera del área acabó saliendo por encima del travesaño. Eso sí, su galopada marcó el camino de los avilesinos. Entre el minuto 20 y el 35 llegaron los mejores momentos de los avilesinos en la primera mitad, que tuvieron en la cabeza de Santamaría la más clara, pero el gijonés no fue capaz de dirigir el remate entre los tres palos. También probó al guardameta local Davo Fernández, pero su disparo lo atrapó sin problemas el meta del Antoniano. Isi Ros fue el primero de meter el balón en el fondo de la red, pero su carrera, dejando atrás a los dos centrales sevillanos, estaba invalidada por fuera de juego. El susto del partido lo dio Álvaro Fernández. El meta salió de su portería para tratar de blocar un centro lateral con peligro pero, tras chocar con un rival, pegó un cabezazo contra el muro del Municipal de Lebrija. Entraron las asistencias, pero todo se resolvió con rapidez.
La segunda parte fue de marcado color andaluz. Tuvo un par de destellos el Avilés nada más salir de los vestuarios, pero el Antoniano se hizo dueño y señor del encuentro con un gran número de ocasiones. Para frenar la ofensiva sevillana emergió Babin, colosal, para, tanto en los duelos físicos como a la hora de sacar los balones aéreos, despejar todos los intentos del Antoniano. Tanto él como Álvaro Fernández, muy hábil a la hora de salir de su zona para achicar balones, marcaron la diferencia a nivel defensivo.
Tardó Rozada en hacer los cambios, algo que parecía muy necesario viendo que al Avilés le costaba más hacer daño al contragolpe. Al contrario que en la primera mitad, los blanquiazules no lograban enviar la pelota a sus puntas para hacer daño al espacio, y el campo parecía cada vez más cuesta arriba. Tanto Isi Ros, muy pitado por la grada por sus continuas caídas sobre el césped, como Davo Fernández se fueron apagando con el paso de los minutos.
Esta semana se ha demostrado que los porteros marcan la diferencia, y Álvaro Fernández dio buena muestra de ello. Tras varias acometidas del Antoniano, que cerca estuvo de ponerse por delante del marcador, el madrileño tuvo su gran momento. Estaba a punto de acabarse el partido cuando, en una jugada liosa en el aire, el árbitro decretó penalti. La grada del Antoniano ya se relamía por ponerse por delante en el marcador, pero el portero blanquiazul cortó de cuajo sus sueños. Aguantó hasta el último instante y, cuando Guille decidió a qué lado lanzar, se tiró como un puma. Y la sacó, dando una bombona de oxígeno a su equipo.
El resultado es bueno para el Avilés, aunque la segunda parte estuvo lejos de ser la mejor. Ahora todo se decidirá en el Suárez Puerta, donde a los avilesinos les vale el empate para pasar de ronda. Seguro que Álvaro Fernández volverá a aparecer.
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