De coger un equipo en el barro a conseguir el sueño del ascenso: Natalio, actor y testigo del resurgir del Avilés

Tras aterrizar hace cinco años y medio en un club hundido en Tercera y con un centenar de espectadores, el valenciano es uno de los grandes culpables de que el conjunto blanquiazul haya ascendido a Primera Federación y llenado el Suárez Puerta

Natalio, en el centro, celebra un gol del Avilés

Natalio, en el centro, celebra un gol del Avilés / David Cabo

Noé Menéndez

Noé Menéndez

Avilés

Si alguien sabe de primera mano lo que se sufre hasta llegar al objetivo es Natalio. Ha costado, pero el valenciano ha conseguido llevar al Avilés a Primera Federación cinco años y medio después de su desembarco en el Suárez Puerta. Cuando se confirmó su fichaje parecía un destino muy lejano, con un club a la deriva que apenas metía cien personas en el estadio. Su empeño, junto al de Diego Baeza, presidente, ha conseguido que el barco blanquiazul llegue al puerto que tanto esperaban. Su odisea personal personifica el crecimiento que ha vivido la entidad durante este lustro.

A todo el mundo pilló por sorpresa cuando, en enero de 2020, se confirmó la llegada de Natalio al Avilés. ¿Qué hacía un jugador con amplía experiencia en Segunda División, incluso con varias campañas en Primera, bajando al barro de la Tercera asturiana? "Es un club histórico", afirmó, por aquel entonces, el valenciano, que ya era optimista con el futuro blanquiazul. "Hay un proyecto para profesionalizar el Avilés y subirlo de categoría", declaró. Quién diría, en ese momento, que Natalio se convertiría en uno de las grandes leyendas que han pasado por el Suárez Puerta.

Su primer año no fue sencillo. Nada más ponerse la camiseta blanquiazul demostró para lo que había llegado al Avilés. Tras una semana de adaptación debutó ante el Condal, donde ya vio puerta. Buen preludio de lo que se iba a ver durante todos estos años. En el mes y medio que duró esa campaña, que se cortó en marzo por la pandemia de coronavirus, ya anotó cuatro tantos. El equipo quedó decimosexto, muy lejos de los puestos de play-off, pero ya se intuía que Natalio la iba a liar en Tercera.

Así fue. La campaña siguiente, que se jugó con relativa normalidad, Natalio se convirtió en el gran rey de la categoría. El valenciano sumó quince goles y una asistencia en veinte encuentros y, posteriormente, fue clave para que los blanquiazules materializasen su ascenso a Segunda Federación. Aquel fue el año que se reestructuró el fútbol español, lo que obligó a los avilesinos a tener que jugar dos fases de ascenso, y en las dos el ariete fue determinante. En los ocho encuentros de play-off anotó cinco goles y, aunque no jugó el último partido de aquel año por ver la tarjeta roja en el duelo anterior ante el San Martín, fue una de las claves para que el Avilés se colase en la nueva categoría.

El primer año en Segunda Federación fue de adaptación, tanto para el club como para él a nivel personal, y aun así, el delantero del Avilés terminó la temporada con nueve goles en su casillero, a lo que además sumó cuatro asistencias. El equipo acabó noveno tras un año ciertamente convulso, con momentos en los que se coqueteó con el descenso. Tres entrenadores pasaron por el banquillo del Suárez Puerta esa campaña.

Si algo tuvieron en común esos primeros años fue la escasa afluencia de público al Suárez Puerta. El propio Natalio recuerda que, cuando llegó, se podían contar con los dedos las personas que estaban en las gradas. En Segunda Federación empezó a cambiar la cosa, pero en el primer año en la categoría costó que la afición se enganchase al equipo. Los resultados, además, no acompañaron. Todo cambió en la cuarta temporada del atacante en la ciudad. Ese fue el año de la ilusión. Con Emilio Cañedo en el banquillo y con el valenciano unos metros más retrasado, haciendo labores de mediapunta, tanto el club como el jugador volvieron a sonreír. Ambos se quedaron con la miel en los labios por culpa del Granada B, pero habían conseguido lo más importante, volver a reenganchar a una ciudad.

La pasada campaña fue una de las más duras de la carrera del Natalio. A pesar de su espectacular rendimiento, llegando a pelear el pichichi de la categoría, la temporada estuvo a punto de acabar en tragedia. Un gol suyo en el último encuentro del año ante el Manchego confirmó la salvación avilesina, evitando que el club entrase en una crisis de la que hubiese sido muy complicado que se levantase.

El delantero ha cumplido este año los cuarenta y, con ello, ha pasado a tener un rol de suplente, aunque sus cifras siguen siendo muy buenas. Ocho tantos consiguió Natalio el último curso, siendo un recurso muy útil para dar rotación y para revolucionar ciertas partes. Fue uno de los que más celebró el esperado ascenso a Primera Federación, algo por lo que ha peleado durante años y años. Ahora que ha llegado a la gloria, al puerto que tanto buscaba, el presidente trata de que no abandone el barco.

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