Saltar al contenido principalSaltar al pie de página

Emilio Sánchez Vicario, en Oviedo: "España tiene futuro en el tenis más allá de Alcaraz"

¿Rafa o 'Carlitos? Es la eterna pregunta, pero la admiración por Carlos va un poco más allá por el tipo de juego que tiene, tiene mucha alegría y te hace levantarte de tu asiento", expresa el ex tenista profesional, de visita en la capital del Principado

Emilio Sánchez Vicario, hoy, en el Club de Tenis de Oviedo

Emilio Sánchez Vicario, hoy, en el Club de Tenis de Oviedo / Fernando Rodríguez

Javi Viso

La carrera de Emilio Sánchez Vicario nunca dejó de estar ligada a la raqueta pese a su retirada. El tenista español, hermano de Arantxa, fue uno de los mejores jugadores españoles en la época de los años 80, llegando a ser número uno del mundo en dobles y alcanzando la gloria sobre la tierra de Roland Garros en dos ocasiones. Triunfador también como capitán en la Copa Davies, se encuentra estos días en el Club de Tenis de Oviedo impartiendo clases a entrenadores y alumnos como parte de sus labores de formación. Desde hace 25 años es propietario de una academia y, aprovechando su visita, atiende a LA NUEVA ESPAÑA para repasar el panorama tenístico nacional y sus particularidades en Asturias.

Para los que le hayan perdido la pista… ¿A qué se dedica Emilio?

Desde mi retirada, manejo unas academias donde los chicos estudian y entrenan a alto nivel. Desde hace más de 25 años, hemos sacado a muchos jugadores como Andy Murray o Dimitrov, muchos jugadores que en sus países no tienen infraestructuras ni nada, vienen aquí y consiguen el nivel. Al mismo tiempo hacemos curso de formación de entrenadores, como el que estamos haciendo ahora en Oviedo, para que mejoren el nivel y puedan enseñar mejor. 

En sus inicios la Federación de Tenis le había dicho que no iba a llegar a nada 

Era pequeño. Tenía 15 años, estaba gordito y no crecía. En ese momento no ganaba y decidieron que no valía. Por suerte mis padres me apoyaron, seguí jugando y con el paso de los meses comencé a crecer, me puse más fuerte y el talento se impuso al resto. En el tenis, cuando los chicos son pequeños se prejuzga mucho por los resultados, que para muchos es lo que marca si tienen talento o no. Pero la realidad es que puede faltarle confianza, algo de físico u otros factores que consiguen resolver con el tiempo. 

Y no le fue nada mal… número uno mundial de dobles y dos Roland Garros

La verdad es que sí, y además fui muy rápido. Prácticamente no tuve que pasar épocas difíciles y en apenas seis meses estaba el 60 del mundo. Ya te ganas la vida y podía contratar a un entrenador y eso lo cambia todo. Hoy en día, salvo que seas Sinner o Alcaraz, el proceso de aprender la profesión de tenista es mucho más lenta y se tardan más años. Hay mucha gente que no tiene la paciencia ni la capacidad para poder llegar.

¿Qué es lo primero que se le pasa por la cabeza al recordar su trayectoria? 

Lo que me queda es la exigencia de la competición, el tratar de hacer las cosas lo mejor que podía y mi capacidad para ir perdiendo 6-0 y 4-0 y pensar que podía ganar. Es una especie de resiliencia ante la adversidad que te hace crecer, el tenis te obliga a eso. Y es un aspecto que no solo depende de ti, también del rival. A lo mejor estás jugando increíble, pero el rival puede ser mejor que tú. Los buenos jugadores son los que aprenden a competir cuando no juegan bien, que es lo complicado. Yo me quedo con eso, con el haber aprendido a estar ahí y a luchar ante la adversidad.

¿Ha cambiado mucho el tenis desde su época? 

Lo que más ha cambiado es el aspecto físico. Todas las ciencias alrededor del deporte han mejorado mucho. Antes éramos muy buenos atletas, pero durábamos mucho menos. Recuperábamos igual, pero al final la carrera se hacía mucho más corta. Los tenistas actuales se cuidan mucho más y escogen mejor los torneos. Nosotros jugábamos cada semana y entrenábamos menos. Todo está más estudiado: el tipo de entrenamiento, el desarrollo muscular, el sueño, la hidratación, la nutrición… Es todo lo que da la energía para competir, por eso ahora duran hasta los 40 años a buen nivel. 

¿Cómo ve la situación actual del tenis en España? 

Tenemos la suerte de tener al mejor del mundo (Alcaraz), que ha sustituido al otro mejor del mundo que teníamos (Rafa Nadal). ‘Carlitos’ no solo es el mejor del mundo porque es el número uno, es porque ha traído una ilusión nueva a nuestro deporte gracias a esa alegría y su forma de jugar. En los momentos clave de los partidos, donde todo el mundo juega más tenso, él levanta a la gente de sus asientos. 

¿Y qué hay más allá de Alcaraz? 

España tiene futuro en el tenis más allá de Alcaraz. Hay mucha calidad y juventud y tenemos buenos jugadores para volver a tener 10 jugadores en los 100 primeros bastante pronto. Pero, claro, competimos ante países como Estados Unidos, Francia o Italia, que tienen 10 veces más de presupuesto, de torneos e infraestructuras formativas mucho mayores que aquí.España sigue teniendo posibilidades de plantar cara con el talento bruto que sale de los clubes, aunque es cierto que hay países que van a estar por delante nuestro y, ahora, tenemos a Davidovich, Jaume Munar, Roberto Bautista, Pedro Martínez… jugadores de categoría. Carreño también tiene que volver, pero sigue aportando. 

¿Cree que va a llegar a ser más que Nadal o usted cree que no?

Es la eterna pregunta (se ríe). Es imposible saberlo. La admiración por Rafa era total por su entrega, su cabeza, su físico y por su manera de afrontar los partidos, que nunca daba un punto por perdido. La admiración por Carlos va un poco más allá por el tipo de juego que tiene, porque además de tener todos esos golpes tiene mucha alegría en su tenis que te hace levantarte del asiento. Esas características que tiene, si las mantiene en una carrera completa de 10-15 años, le va a dar muchos triunfos. Pero más que Rafa no lo sé. De todas formas, para el tenis ha sido una bocanada de aire fresco que ha vuelto a poner al tenis en el punto de mira. No para los que nos gusta el tenis, sino para los que no les gusta, que cuando lo ven dicen “¡Qué cosas hace este hombre! Además creo que con su forma de jugar, a esa velocidad, va a conseguir que haya una regresión en el tenis a la época de los años 70. Hace unas jugadas que nadie se atreve a hacer. 

Y en el tenis femenino, ¿por qué cree que no hay una referente clara?

Nosotros tenemos unos referentes claros como Arantxa o Conchita, que tienen una carrera muy importante de más de 15 años, pero también tenemos otras jugadoras que han ganado medallas olímpicas, Grand Slams, etc. No va a haber nada comparado con estas dos porque es muy difícil tener esa continuidad a lo largo de la carrera. España nunca ha sido un país que haya empujado mucho al mismo nivel en el tenis masculino y femenino, el femenino siempre ha estado más de lado y se han invertido menos medios. Aún así tenemos buenas jugadoras que están ahí compitiendo arriba del todo, y compiten bien. Si ahora no hubiese salido Alcaraz… todo sería un desastre después de Nadal. Como salió… todo el mundo está tranquilo. Creo que con los medios que se han invertido en el tenis femenino nos ha ido mucho mejor de lo que podría haber ido. 

Y para que salga alguien como tu hermana, Arantxa, ¿qué tiene que pasar ahora? 

Se tendría que hacer un cambio cultural en todos los sentidos, empezando por la parte de abajo de la pirámide: dedicando más recursos a las niñas, sobre todo en la época de la pubertad, una etapa clave en la que perdemos mucho talento. Ellas son muy exigentes, incluso más que los chicos, y muchas lo terminan dejándolo enseguida. Tenemos buenas jugadoras en o más alto como Badosa, que no ha podido demostrar su verdadero potencial por las lesiones, pero llegó a ser top 3 del mundo que es muy difícil. En épocas de formación, muchos niños y niñas no tienen casi ni nombre, se les conoce por el año en el que han nacido y por su ranking.Tenemos es que tratar de no ser tan resultadistas en la etapa de desarrollo, se es muy cruel con los niños cuando se pierde y ahí se pierde mucha ilusión y ganas porque la gente solo se fija en el resultado. 

¿Qué recuerdos tienes de Asturias? 

Cuando era pequeño venía cada año a Avilés a jugar un torneo juvenil que era de los mejores de España. También venía a la Copa Masaveu, que perdí la final ante Martin, mi gran rival de jóvenes, en un partidazo que hicimos aquí. Siempre recuerdo la gran afición asturiana, porque en esos torneos que no viene nadie famoso, que siempre vienen los jóvenes y nadie sabe quienes son, la gente era muy entendida y apoyaban a los que jugaban bien. También he venido por alguna labor benéfica, he estado en Luanco… Para mí Asturias es una de las grandes desconocidas fuera de España. Es de los sitios en los que mejor se come del país. Te tratan muy bien, es gente cariñosa y amigable. Me gusta mucho venir. 

¿Y qué opina de Pablo Carreño? 

Es un jugadorazo que ha conseguido tener una carrera muy larga. Ha tenido mala suerte cuando estaba en el pico con esa lesión que le ha frenado esa evolución. Cuando tienes un parón así tienes que volver a empezar y eso cuesta mucho. Ya está de vuelta con esa victoria en el torneo de Villena (el pasado fin de semana) y regresa entre los 100 primeros. Tiene posibilidades de recuperar ese nivel que tenía antes por su edad. Creo que su victoria en la Copa Davis le habrá subido mucho la moral. Siempre ha sido un chico muy comprometido y espero que pueda jugar el año que viene sin problemas para regresar al sitio donde tiene que estar. 

Por último, ¿le ha quedado alguna espinita en su carrera? 

El sueño de cualquier niño es ser el número de uno. Lo conseguí en dobles, pero me quedé el séptimo en el ranking individual. En dobles no se reconoce la labor porque el circuito no le da el reconocimiento que se merece. Los mejores muchas veces se centran únicamente en el individual y no hay muchos incentivos para jugarlo porque te machacas mucho físicamente. También me hubiese gustado ganar un Grand Slam en individual, pero jugué en una época muy dura. Hubiese sido mi broche de oro. 

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents