El reto de Reilly, fiel reflejo del estilo vertiginoso del Círculo Gijón Baloncesto: "Vamos a ser muy peligrosos"
El escolta de Connecticut, el jugador con más minutos del grupo Oeste de Segunda FEB pese a su escasa estatura: "para mí esto siempre ha ido de ser listo"

Joey Reilly, en el Palacio de los Deportes de La Guía. / Luisma Murias
El pequeño Joey Reilly no tenía mucha más opción que jugar al baloncesto. Su padre, Joe Reilly, es el entrenador jefe de la universidad de Wesleyan, en su estado natal de Connecticut; su abuelo Joe Sr. ya dirigía y su tío Luke le entrenó en Secundaria, así que el deporte de la canasta es algo así como una tradición familiar. Y Joey se enamoró de él. No destaca precisamente por su altura (mide 1,84, lo que es poco para jugar al baloncesto). "Obviamente la altura te ayuda un montón, pero para mí esto siempre ha ido de ser listo, de saber jugar y portarte con tus compañeros", apunta el estadounidense a LA NUEVA ESPAÑA antes de iniciar en el Palacio el primer entrenamiento de la semana con el Círculo Gijón Baloncesto.
Obsesión por su fichaje
El fichaje de Reilly fue una de las grandes obsesiones veraniegas del cuerpo técnico del equipo gijonés, liderado por Nacho Galán, que le tuvo enfrente la temporada pasada en Tercera FEB. A sus 24 años, el escolta se ha convertido en el perfecto exponente del juego que pone en práctica el Círculo: rápido, vertical y con mucho volumen de lanzamiento de tres puntos. Reilly es el jugador más utilizado en el grupo Oeste de Segunda FEB, con algo más de 31 minutos por choque, y va cogiendo el tono desde más allá de 6,75: en el último partido convirtió 4 de 8 lanzamientos de tres. Su equipo es el tercero que más canastas triples lleva en las cuatro jornadas disputadas (37, muy poco por detrás de Valladolid, con 39, e Iraurgi, con 38) y es el segundo con mejor porcentaje (35,6 por ciento, solamente superado por el club pucelano.
Tirar y tirar
"Hoy en día es muy importante el tiro de tres, los jugadores que pueden meter esos tiros son los más peligrosos, así que es algo que siempre intento aportar en la pista. Casi todos los miembros de la plantilla somos capaces de meter y eso es algo que nos va a ayudar, especialmente a medida que vayamos mejorando", explica Reilly, que desvela que eso es precisamente lo que le pidió Nacho Galán desde un principio: "Quiere que tire, soy un tirador y es lo que me gusta hacer. Y en defensa, que esté listo y juegue con energía".
Joey cambió este verano Marín por Gijón sin dudarlo: "Cuando vine el año pasado me impresionaron la ciudad y la afición, Galicia me encantó y Asturias, al final es parecida. Gijón era una muy buena opción para mí y estoy muy contento: me gusta la ciudad, me encantan mis compañeros, el cuerpo técnico es increíble... estoy enamorado de la cultura española y del estilo de juego de aquí, quiero quedarme mucho tiempo". Le ayuda el pasaporte portugués, país de nacimiento de su madre, Isabel. "Después de aprender español (que habla con gran fluidez), quiero aprender portugués", apunta.

Nacho Galán da instrucciones a Samu Franco y a Joey Reilly, a la derecha, en el partido ante el Logrobasket. / Luisma Murias
Un equipo en progresión
La alegría por el grupo del vestuario y por la ciudad en la que le toca vivir no la empañan los resultados, un triunfo y tres derrotas en las cuatro primeras jornadas. La última, ante el Logrobasket en La Guía, reflejó la montaña rusa del juego del Círculo: Joey colaboró como nadie a la remontada con una racha tremenda de canastas pero perdió el balón decisivo por mantener el dinamismo y huir del juego especulativo.
"No hemos ganado todos los partidos que nos gustaría", admite el estadounidense, "pero somos un equipo nuevo y si seguimos mejorando espero que lleguen muy pronto. Definitivamente, creo que para después de Navidad y en la primavera vamos a ser un equipo muy peligroso".
Sin desánimo
¿Qué le ha faltado al Círculo para presentar un mejor balance de triunfos y derrotas? "Tenemos que arreglar el rebote defensivo", confiesa Reilly, pensando en la segunda parte en la pista del Iraurgi y en los minutos calientes ante el Logrobasket del pasado sábado. "Pero lo más importantes es ir mejorando y no estar desanimados, y no lo estamos en absoluto. Es una temporada muy larga y tenemos entrenadores con experiencia, jugadores que han estado en Oro, líderes que saben de qué va esto... vamos bien y seguimos con muchas ganas de mejorar y competir", explica el escolta, que promedia 15,5 puntos por partido. La grada les insufla ánimo: "El sábado vimos mucho ambiente y mucha afición, nos ayuda muchísimo. Aunque perdimos, creo que fue un partido muy divertido y espero que quieran seguir viniendo". A ellos dedicará sus triples.
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