Un patatero, un estudiante, un trabajador de la construcción...: la plantilla "proletaria" del Puerto Vega en busca del milagro copero ante el Celta
"Les diré que el Puerto Vega tiene que funcionar como un reloj suizo", dice Javi Prendes, clásico del fútbol asturiano y entrenador de un equipo cinco categorías por debajo de los vigueses

Javi Viso / Amor Domínguez

Son las siete y cuarto de la tarde cuando el aparcamiento de El Campón comienza a llenarse. Como cada viernes, los futbolistas del Puerto Vega apuraron sus ocupaciones diarias para llegar a tiempo al entrenamiento, el último en su estadio antes del encuentro más importante en la historia del club. Los coches van llegando desde distintas partes de Asturias: Gijón, Oviedo, Colunga e incluso Coruña. Un esfuerzo enorme por disfrutar de su gran pasión, el fútbol, que tendrá su recompensa el próximo jueves (19:00 horas).
De momento, tranquilidad
En el vestuario se respira un ambiente alegre y tranquilo a escasas horas de recibir al Celta, aunque muchos aún siguen sin creérselo del todo. “Hasta que no los vea aquí…”, dice Santi Otero. En el pueblo, el duelo copero es un asunto recurrente en cada mesa de bar. “Nunca se había hablado tanto del equipo de fútbol como estas semanas”, confiesa Borja Fernández.
Que un equipo que disputa competiciones europeas se enfrente a uno que milita en la sexta categoría del fútbol nacional no ocurre todos los días. De hecho, lo habitual es que no pase nunca. Por ello, en todo el occidente asturiano se vivirá como “una fiesta” con la esperanza de, por qué no, dar la campanada. Los milagros existen en el fútbol y si hay una competición en las que se ven año tras año esa es la Copa del Rey. No es la primera vez -ni será la última- que en la competición del “KO” David vence a Goliat. Todo puede pasar y lo último que va a perder el pueblo es la esperanza. “A ilusión y a motivación no nos va a ganar nadie”, expresa el técnico Javi Prendes.

La plantilla del Puerto Vega en un entrenamiento / J. V.
La plantilla de un modesto
La plantilla del Puerto Vega es el fiel reflejo de cualquier club modesto que sobrevive con sus escasos recursos y alejado de los focos. Es, en realidad, la esencia del fútbol, el de verdad, del barro. Ellos serán los encargados de tumbar al Celta, un grupo de gente humilde y trabajadora, "el proletariado", como dice Prendes. Gente corriente que, por un día, serán futbolistas profesionales. Y cada uno tiene su historia.
Como por ejemplo Sergio Ardura, que trabaja en una empresa familiar de patatas: "Patatas Ardura". "Me levanto temprano, cargamos el camión y tengo reparto todos los días, para mí ya es una parte más de mi vida", explica el mediocentro, que cuando toca entrenar se hace más de una hora en coche para disfrutar del fútbol. "Es muy sacrificado porque son muchos años de no tener ningún fin de semana libre, pero en estas categorías si quieres competir tienes que venir a entrenar", reconoce.
El sueño de todo un equipo
"Jugar la Copa es un sueño para todos y a veces de insistir lo hemos conseguido". El sentir de Ardura es el de toda la plantilla, que al igual que él se sacrifica en el día a día para compaginar su vida laboral con el fútbol. Javi Suárez, uno de los capitanes del Puerto Vega, trabaja como operador de máquinas en la multinacional Reny Picot. Lo hace a turnos y a veces le toca en horario nocturno. "Compaginarlo con los entrenos a veces es un poco difícil, sobre todo si se retrasa, porque tengo que irme un poco antes a trabajar, pero lo importante es entrenar con el equipo y esforzarse", comenta. Por suerte, su jornada termina el viernes, por lo que nunca le toca ir a jugar sin horas de sueño. "Sacamos horas de donde se puede, pero lo hago porque me encanta el fútbol".
Trabajadores y estudiantes
Suárez es central y su pareja en la zaga es su primo, Álvaro Rodríguez, que estudia el grado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte (antiguo INEF) en La Coruña. En su primer año jugó en tierras gallegas, pero este ha apostado por el Puerto Vega. "Me queda cerca de Luarca y venía mucho a ver a mi primo", explica como motivos para ir y volver cada semana a Galicia. "Vengo los viernes después de clase con un compañero que juega aquí en otro equipo y me vuelvo los domingos", comenta. Durante la semana, entrena dos días en el Carral y los viernes ya trabaja con el resto de la plantilla. "Sabía que iba a ser duro este año, pero estoy muy contento y más con todo esto. Es un partido con el que sueñas para demostrar todo lo que entrenaste para llegar hasta aquí. No me lo esperaba para nada", confiesa.
Desde Colunga a Puerto de Vega
Otro que se pasa más tiempo en la carretera que sobre el césped para jugar en el Puerto Vega es el lateral Santi Otero, que va a entrenar desde Colunga todas las semanas. "Son situaciones que te da la vida. Es una pena que tenga que recorrer tantos kilómetros para sentirme tan a gusto, pero cuando haces cosas que de verdad te gustan el sacrificio es mucho menor", subraya. Cuando le toca ir a Navia, el trayecto son unos 260 kilómetros ida y vuelta, pero al defensor le da igual. "Esto es una gran familia y aquí estoy como en casa". Además, el defensa tiene que atender su trabajo, es autónomo de la construcción y maneja una excavadora.
De Puerto de Vega de toda la vida
Será un día inolvidable para todos, pero si hay alguien que lo va a sentir más que el resto, ese es Borja Fernández, que vive en Puerto de Vega desde que tenía un año. "Para mí esto es un cúmulo de sensaciones porque venía de pequeño al Campón a ver al equipo y saltaba al descanso a jugar con mis amigos. Ahora juego dentro y estoy muy contento de lo que estamos haciendo", afirma. El Puerto Vega intentará vencer al Celta "por hacer grande al pueblo" dice el joven Borja, que cumplirá el sueño de cualquier futbolista. "Jugar contra un equipo de Primera es el sueño que todos tenemos desde pequeños, vamos a enfrentarnos a jugadores que ves por la televisión todos los días", comenta.
A darlo todo en el campo
Los futbolistas lo darán todo sobre el verde, aunque son conscientes de la dificultad de la gesta y de que lo más importante es disfrutar. "Situaciones así sólo se viven una vez en la vida, y con mucha suerte. Tenemos que aprovechar y disfrutar al máximo", destaca Santi, mientras que Ardura desea que "ojalá jueguen los mejores y se lo podamos poner complicado". Además, el mediocentro reitera que todo es posible. "Posibilidades hay siempre, pero debemos tener los pies en la tierra y tomarlo como una fiesta".
Javi Prendes, uno de los artífices
Uno de los principales artífices de todo esto también es su entrenador, Javi Prendes, que se toma con humor lo que dirá a sus futbolistas antes del choque. "Les diré que el Puerto Vega tiene que funcionar como un reloj suizo ¿sabe usted cómo funciona? Fantástico, fantaaaastico, pues así", bromea, mientras destaca todo lo que significa este encuentro para el club. "Veo al pueblo con una ilusión terrible y al equipo con una motivación tremenda. Hay que disfrutarlo porque esto es inolvidable".
Y, pese a poder verse en televisión, todos tratarán de quedarse un recuerdo de la cita para poder colgar en su habitación. La mayoría de los futbolistas coinciden en querer la camiseta de Iago Aspas. "Es un ídolo porque es un jugador contrastado y le llevamos viendo marcar goles desde pequeño", dice Ardura, aunque otros apuntan a sus posiciones. "Yo iré a por Bryan Zaragoza porque me encanta como juega", destaca Borja. Pase lo que pase, y consigan la camiseta de quién sea, la experiencia será inolvidable y nunca lo olvidarán ni ellos, ni el pueblo.
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