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El Marino sigue sin suerte: derrota ante un rival de la zona baja

El conjunto luanquín, que pretendía sumar en Castro Urdiales, cae ante un Sámano suficiente que se lleva los tres puntos desde el punto de penalti

Fofana dispara ante un jugador del Sámano, ayer, en Castro Urdiales. | ÁREA 11

Fofana dispara ante un jugador del Sámano, ayer, en Castro Urdiales. | ÁREA 11

Área 11

Castro Urdiales

La de ayer parecía una ocasión propicia para que el Marino de Luanco se reencontrase con el triunfo o, al menos, sumase un punto en su visita a uno de los equipos de la zona baja de la tabla. Pero no fue así. Los asturianos pincharon en Castro Urdiales, donde no salieron bien al terreno de juego y, aunque mejoraron en la segunda mitad, vieron cómo el colegiado señalaba un penalti a favor de los locales que Abad convertía en el 1-0 definitivo. Un penalti más que protestado por los asturianos, que de ahí al final tuvieron que pelear contra un rival que no dejó jugar al Marino de Luanco.

Le costó entrar en el partido al Marino de Luanco, que durante los primeros veinte minutos estuvo a merced de los locales. El Sámano tenía el balón y generaba peligro ante un rival que no estaba cómodo en el campo. El equipo de Sergio Sánchez se precipitaba demasiado en sus acciones, queriendo correr más de lo que le permitía la cabeza, seleccionando mal las acciones y sin imprimir profundidad a su juego. Mientras, los locales mostraban mucho más empuje, acercándose con peligro al área asturiana, teniendo dos ocasiones claras para adelantarse en el marcador. La primera llegó en un balón largo que no despeja bien la zaga luanquina, permitiendo a Ander Castillo plantarse en un mano a mano ante Dennis, aunque enviaba el balón fuera. La misma suerte corría poco después Abad, que estrellaba el balón en el palo dentro del área.

Corrigió Sergio Sánchez cosas en vestuarios y los suyos salieron mejor en la segunda mitad, controlando el partido y combinando para merodear el área contraria. Pero cuando mejor estaban los asturianos, el colegiado decretaba penalti a favor del Sámano y Abad, encargado de ejecutar la pena máxima, no perdonaba, colocando el 1-0 en el marcador. Ahí se acabó el partido, porque eso fue lo que se propuso y consiguió el equipo local. De ahí hasta el pitido final, el Sámano se dedicó a defender ese gol con oficio, interrumpiendo el juego y sin dejar jugar al Marino de Luanco, con la connivencia del colegiado.

Lo intentó pese a todo el Marino de Luanco hasta el final, aunque su posesión resultó estéril y en ningún momento consiguieron los de Sergio Sánchez sacudirse la presión de la defensa rival y llegar con peligro a los dominios de Oleaga, que no tuvo que intervenir.

Al final, segunda derrota consecutiva para los luanquinos, que tendrán que trabajar para recuperar la senda del triunfo tras caer en un encuentro en el que no merecieron perder.

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