La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Peligro en las áreas

Con una melodía que recuerda la de la temporada pasada, Jagoba Arrasate ha sido el último en alabar la potencia ofensiva del Oviedo. Para muchos, su arma más dañina. "La parte buena es que no pueden jugar los 4 delanteros del Oviedo al mismo tiempo?", explicó con tono divertido el entrenador del Numancia en la previa. El cuarteto atacante se refiere a Toché, Michu, Linares y Pereira, cuatro delanteros con cartel que podrían ser la referencia en la mayoría de conjuntos de Segunda. Al igual que el curso pasado, el Oviedo vuelve a encontrar la mayor parte de razones para el optimismo en la vanguardia. Con esa nómina de delanteros, el asunto parece, al menos en teoría, sencillo: Se trata de cerrar bien atrás y aprovechar lo que salga en ataque.

Quizás esa es la idea que maneja Hierro desde el comienzo de temporada. El entrenador se afanado diariamente en El Requexón en reforzar la labor defensiva. Zaguero de alma, el entrenador es de los que creen que un equipo importante empieza a construirse desde la defensa. Por eso el equipo se junta tanto cuando el rival tiene el balón. Se trata de cerrar espacios e ir ganando en confianza. Pero también influyen las actuaciones individuales. Ayer, ante el Numancia, el Oviedo no fue fiero atrás. Erró la defensa en zona ante un córner contrario a los cinco minutos y falló Óscar Gil en la segunda mitad, dejando solo a Manu del Moral. Verdés también tuvo algún despiste y en general la sensación fue de inseguridad cuando la pelota se acercaba a Juan Carlos.

Pólvora intacta

Queda así fijado el punto fundamental en un intento de mejoría del Oviedo: defender mejor. El equipo azul transita por la mitad de la tabla y, con algunos matices (alguna tarde con escasa fortuna) parece que ese es un lugar merecido por lo visto hasta ahora. No ha dado razones para pensar en que estará peleando por la permanencia pero tampoco ha ofrecido argumentos sólidos como para considerarle un candidato firme al play-off. Es como si equipo aún buscara su rumbo. Lo bueno de la competición es que los equipos son entes vivos, capaces de reinventarse en el transcurso de la Liga.

El foco ofensivo siempre es algo a lo que se puede agarrar el Oviedo para mejorar sus perspectivas en la clasificación. Los azules tienen a Toché, seguramente uno de los tres mejores arietes de la competición; está rehabilitando a Michu al que su condición de internacional le define perfectamente, y cuenta con la ayuda de Linares, ahora exiliado en la banda. La aportación de Pereira está por venir. Aunque al comienzo de Liga al equipo le costaba llegar al marco rival, la pólvora, como se demostró ayer, permanece intacta. El gol es el diamante del fútbol y el Oviedo tiene un yacimiento que explotar.

Saltarse el orden

Con el Numancia cada vez más cómodo en el campo y el Tartiere cerca de la impaciencia, una jugada cortó la monotonía. No era capaz el Oviedo de desbordar a un bien situado equipo soriano así que Verdés lo intentó en largo. El cambio de juego del central rompió la presión del Numancia y habilitó a Fernández en la derecha, en la posición de extremo. El andaluz hizo lo más inteligente: llevar cuanto antes la pelota a Toché, que ya sabrá el murciano qué hacer con él. Cuando la portería está cerca, suele ser la destinataria de todo lo que pasa por Toché. Así que el delantero tocó con el flequillo en la acción que supuso el empate. El resumen mostrará el preciso envío de Fernández y el remate picado de Toché pero conviene resaltar el papel de Verdés en la jugada como iniciador de todo.

Michu, al choque

Michu adquirió en Gales el noble vicio de pelear contra todo. Contra armarios roperos con forma de centrales, principalmente, marca registrada de la Premier. De ahí que nunca rehúya el contacto. Pero en España es otra historia. El arbitraje español huye del choque y sanciona cualquier exceso de énfasis en la disputa. Una ayuda incuestionable para los equipos aficionados a cortar el ritmo y una invitación para las simulaciones. A España le falta el ritmo trepidante de la Premier y una de las razones puede estar ahí. Michu mantiene el mismo espíritu británico con el Oviedo y en las disputas siempre suele salir peor parado el defensa rival. Pero los árbitros mantienen el criterio nacional, el de la alergia al cuerpo a cuerpo. Por eso Michu es de los futbolistas a los que más faltas le sancionan.

Al margen de dibujos

Volvió a insistir Fernando Hierro con el nuevo dibujo, ese 4-1-4-1 que emergió como piedra filosofal en el Ramón de Carranza. Ese celebrado 0-2 parecía señalar el camino. Así es el fútbol, ansioso de conclusiones urgentes cada semana. Pero los problemas que se está encontrando el Oviedo en ese inicio de competición van más allá del sistema y tienen que ver con qué hace con la pelota. El Numancia demostró ayer, como ya había hecho el Reus en la última visita, que el orden se le indigesta al Oviedo. A los azules les cuesta un mundo atacar a un rival que le espera cerrado. Ahí es dónde debe insistir el entrenador. El camino para abrir vías es el de la fluidez, el del movimiento más ágil del balón. El nuevo dibujo permite la acumulación de centrocampistas pero la clave está en que saquen a relucir sus virtudes. Y si no, siempre quedan alternativas: como la poco explotada del balón directo a los delanteros.

Compartir el artículo

stats