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Fondo Norte

Los riesgos de los equipos livianos

La falta de un central para Granada no es el único problema para el gran timonel rojiblanco

Mientras el gran timonel rojiblanco examina con qué central quedarse para sustituir a Amorebieta, sancionado por tarjetas, y a Babin, lesionado, si con Lillo o Juan Rodríguez, en Granada, doloridos aún por la goleada del Calderón, recuperan efectivos para el trascendental partido de la próxima noche sabatina. En esta situación de penuria de centrales hay que comenzar a analizar que Amorebieta, recibido como el gran refuerzo defensivo, falta más veces de la cuenta a las citas. Se perdió Riazor por un golpe en la cadera y se pierde ahora los Nuevos Cármenes por una tarjeta absurda, propia de un principiante, pero inadmisible en un futbolista con experiencia. El problema a resolver es clave en un partido clave y en una situación clave. El centro de la defensa es uno de esos pasillos de seguridad de los que tanto hablaba el inolvidable Luis Aragonés.

Pero no sólo tiene problemas en la defensa el responsable técnico rojiblanco. Abelardo tiene que resolver la flojera del equipo en general, con un centro del campo muy vacío y con un ataque que no sólo no tira a puerta sino que no se acerca a las posiciones de remate. La visita al colista, con el máximo respeto al Granada, es una oportunidad para ganar un partido después de cinco derrotas, que ya pesan en la marcha clasificatoria de un equipo que ilusionó en los tres primeros partidos y que ahora provoca seria preocupación en el amplio mundo rojiblanco.

Hay preocupaciones muy distintas. Una, por ejemplo, puede ser la que rodeó el regreso de Pep Chanel Guardiola a Barcelona alrededor de supuestas gestiones del exentrenador azulgrana con futbolistas del Barcelona para incorporarlos a su Manchester City. El entrenador ha desmentido la especie con rotundidad, pero ya se sabe que en cuestión de gestiones la verdad tarda mucho en saberse, pero termina apareciendo. Otra preocupación distinta es la que provocó el Real Madrid del martes, que goleó al Legia de Varsovia, pero dejó una pobre imagen en lo que ahora se llama balance defensivo. Zidane dejó solo a Kross en el centro del campo, que cargó de mediapuntas como James y Asensio. El Madrid marcó cinco goles y falló unos cuantos más, pero, en efecto, como bien sentenciaba un titular de la crónica de un diario madrileño, fue un equipo liviano, que es lo peor que se puede decir de un conjunto que quiere "campeonar" en España y en Europa.

Un equipo liviano es aquel que no ofrece garantías en su totalidad, por más que sea capaz de golear casi sin esfuerzo, pero que muestra lagunas que equipos más ordenados y potentes que el Legia polaco van a aprovechar. Por cierto, damas y caballeros, señoras y señores diputados, los seguidores polacos siguen siendo una amenaza para el espectáculo. Les cierran el campo, pero les dejan viajar. Un sinsentido. Claro que allá la UEFA y sus curiosas normas.

No hay más remedio que mantener las buenas costumbres; por eso, si pregunto, ¿molesto?: ¿cuál fue la recaudación en taquilla del domingo? Esuperio la conoce, pero guarda un silencio que puede parecer inexplicable. Hubo tiempos en los que el dato era público. Qué tiempos. Próxima parada, Capuchinos.

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