Opinión | Entrenador nacional de balonmano

Ignacio Sendín

El más grande

José Antonio Roncero fue el gran maestro del balonmano, un innovador que revolucionó este deporte en España

Como su admirado Muhammad Ali, José Antonio Roncero Zabala fue el más grande, el mejor entrenador de los llamados de base que ha existido en la historia del balonmano español.

En un espacio de tiempo relativamente corto, apenas quince años, que fueron los que se dedicó a esa extraordinaria tarea que es iniciar a los niños en los secretos del deporte, el número de jugadores que previamente "habían dado los primeros pasos de balonmano" bajo su dirección y su atenta mirada, y que posteriormente alcanzaron la internacionalidad, nos hace pensar que estábamos ante un auténtico maestro.

Nunca más cierta la frase: "enseñó a dar los primeros pasos". Era un maestro enseñando a dar los pasos de balonmano. Hacía que todo tu cuerpo se coordinase en la gestoforma del balonmanista, aunque ya no tuvieses 12 años.

La Selección Española de Balonmano se caracteriza por haber tenido contados capitanes. Pues dos de ellos fueron discípulos muy directos de él: Javier García Cuesta y Faustino Villamarín.

Pero hubo mucho más, siendo José Antonio seleccionador nacional absoluto femenino, "las guerreras" consiguieron derrotar a Francia por primera vez. Fue el primer entrenador español que puso en práctica y con mucho éxito el sistema defensivo 3- 2-1, que tantos éxitos dio a su autor, el maestro yugoslavo Vlado Stenzel, y tanto revolucionó este deporte. Rumanía era casi invencible en los años sesenta y principio de los setenta. Pero la selección junior de los campeones del mundo no pudo con su homónima de España en las dos ocasiones en que José Antonio dirigió por parte española los enfrentamientos contra los rumanos. Un 3-2-1 perfectamente puesto en práctica por España, se imponía una y otra vez al 2-4 (sistema ofensivo de moda en aquella época) rumano.

Sus cualidades pedagógicas quedaron demostradas a lo largo de muchos años en el Colegio Corazón de María, pero no fue conocido por los aficionados en general, su gran capacidad para transmitir el Reglamento (con mayúscula) a árbitros y entrenadores.

Fue mucho más que un Entrenador de Balonmano. Fue un Maestro, de la técnica y la táctica; del planteamiento y dirección de partidos; y de todo aquello relacionado con la buena práctica del balonmano.

De su primera época como practicante del baloncesto, solo se puede decir que en los muchos años de existencia del Real Grupo de Cultura Covadonga, muy pocos deportistas, calaron tanto en el club, y defendieron su camiseta con tanta gallardía, calidad y arrojo.

El balonmano gijonés y asturiano tiene que sentirse muy orgullosos de haber tenido un maestro de tal nivel, que en el deporte asturiano contadas veces se ha igualado.

TEMAS

  • balonmano
  • España
  • Muhammad Ali
  • Niños
Tracking Pixel Contents